"La historia del toreo está ligada a la de España, tanto que, sin conocer la primera, resultará imposible comprender la segunda". José Ortega y Gasset.
sábado, 25 de diciembre de 2021
Feliz Navidad.
miércoles, 15 de diciembre de 2021
Más sangre y menos horchata.
martes, 16 de noviembre de 2021
¿Lo sabes?
A. La distancia que hay entre los pitones de un bovino.
B. La altura que mide un bovino.
C. A los comederos que hay en la dehesa para alimentar al ganado.
2. ¿En qué año se fundó la Unión de Criadores de Toros de Lidia, que es una de las diferentes asociaciones de ganaderos que existen en la actualidad?
A. 1896.
B. 1905.
C. 1909.
3. Datos correctos de la alternativa de Stephane Fernández Meca.
A. Mont de Marsan, 25 de agosto de 1985
B. Beaucaire, 13 de abril de 1887.
C. Saint-Server, 25 de Junio de 1989.
4. La Criticá, así se llama la plaza de un pueblo del sudoeste de Madrid. ¿Cuál?
A. Villa del Prado.
B. Navas del Rey.
C. Colmenar del Arroyo.
5. ¿Quién de los hermanos Lozano fue conocido como "La muleta de Castilla"?
A. Manolo.
B. José Luis.
C. Pablo.
6. ¿Qué matador del S. XIX fue conocido como "Napoleón de los Toreros"?
A. Francisco Montes "Paquiro".
B. José Delgado "Pepe Yllo".
C. Cayetano Sanz.
7. Las fregolinas o valentinas, es un lance que se realiza con...
A. Capote.
B. Banderillas.
C. Muleta.
A. Enrique Ponce.
B. José Tomás.
C. "El Juli".
A. Cieza.
B. Cehegín.
C. Totana.
A. Martínez Benavides.
B. D. José María Aristrain.
C. Jódar y Ruchena.
1a, 2b, 3c, 4b, 5c, 6a, 7a, 8c, 9b, 10a
viernes, 22 de octubre de 2021
Chenel en el recuerdo.
Se cumple una década del fallecimiento de un torero con mayúsculas: Antonio Chenel Albadalejo, Antoñete en los carteles.
Hubo una época en Madrid en que el fútbol era algo secundario. O el baloncesto. Y otras muchas cosas. En aquellos años 80, que marcaron una manera de pensar y actuar en la sociedad española que abanderaron principalmente las generaciones más jóvenes que vivieron con intensidad aquella década, la vida giraba en torno a la Fiesta. Se hablaba de toros en el metro, en las tabernas, en la calle, en los comercios, en los medios de comunicación... y gracias al auge de la Escuela Taurina situada en la Casa de Campo, hizo sino aumentar la afición de miles de muchachos que soñaron con ser toreros y que la tauromaquia estuviese presente en la vida cotidiana de muchos madrileños. La empresa Chopera, una de las grandes casas que ha habido, gestionó durante aquellos años la catedral del toreo. Y su brillante trabajo fue el responsable de que muchos se aficionasen al arte de Cúchares. Hubo muchísimos toreros que durante esos 80 hicieron de esa década una etapa absolutamente apasionante en la historia de la Fiesta pero hubo uno de Madrid fue el que de verdad movió a aquellas masas de aficionados: Antoñete.
"Estaba de moda Antoñete. Y en los ochenta, Las Ventas se llenaba de cazadoras de cuero. Te juro que venían de Rock-Ola de resaca para ir a ver a Antoñete".
Así citaba al animal. Siempre de frente, con clasicismo, pureza y torería.
Nació nuestro protagonista en Madrid en 1932, y con siete fue acogido en casa de su cuñado Paco Parejo, el cual era mayoral en los corrales de la plaza de Madrid, por lo que Antonio, (que por aquella época aún no era Antoñete), conoció el toreó y aprendió todo lo que Paco le enseñó. A base de ver entrenar a los toreros de aquel entonces, se le metió el gusanillo del toreo y con un saco viejo se cosió él mismo su primera muleta.
Llegó el día en el que Parejo le apuntó a la parte seria del Bombero Torero y sin apenas experiencia, dejó boquiabiertos tanto a su cuñado como a los profesionales que allí estaban por cómo toreó la becerra. Se doctoró en Castellón con 21 años. Sus años de novillero y los primeros de matador, toreó y se curtió pero sin que nada extraordinario ocurriese. No despuntaba. En su segunda tarde en Madrid cortó tres orejas pero ni aún así conseguía despegar: cornadas, muchas lesiones, la indiferencia de los empresarios... Antoñete apenas toreaba así que pensó seriamente pasarse a la fila de los banderilleros. Hasta que llegó el año 1965 y el 8 de agosto le corta dos orejas a Flor de Malva, un toro de Félix Cameno en Madrid. Un año después, en la feria de San Isidro, bordó el toreo con Atrevido, un animal de Osborne. Si no fuera porque no acertó con la espada, habría cortado el rabo. Está considerada como una de las grandes faenas en la historia de la plaza de la calle de Alcalá. Volvió el infortunio, pues la mala suerte se cebó con él. Siguieron unos años sin historia y en 1975 tras matar discretamente seis toros de Sánchez Fabrés en Las Ventas tomó la decisión de retirarse. Viajó a Venezuela y gracias a unos ganaderos que le acogieron, se recuperó anímicamente tras esos años sin apenas éxitos y empezó a coger sustituciones de las figuras españolas cuando no podían torear en aquellas plazas por los motivos que fueren.
Sus triunfos en ultramar resonaban con fuerza en la Madre Patria y regresó en 1981. Aquel mismo año hizo el paseíllo en la Villa y Corte dejando retales de buen toreo. En 1982 su carrera comenzó, por fin, a despegar: le cortó dos orejas a Danzarín de Garzón y la crítica fue unánime. La afición se rindió al torero. El 7 de junio de 1985, tras tres años sin grandes triunfos en la capital, vuelve a dictar una lección. Le cortó las dos a Cantinero, de la misma ganadería que Danzarín y tras ese triunfo, se retiró brevemente. Siguió toreando un año después pero sin dejar faenas estelares. Aún así, movía masas de aficionados. En el 88 firmó su última gran actuación en el coso venteño con un toro de D. Álvaro Domecq llamado Siestecita y no volvió a torear en Madrid. Durante aquella década, toreaba cuatro y hasta cinco tardes en el ruedo capitalino por temporada.
Natural a Cantinero. 7 de junio del 85. Ese día cortó tres orejas.
Diez años más tarde, exactamente en junio del 98, el día de San Juan y para celebrar su sexagésimo sexto cumpleaños hizo un regalo inolvidable a la afición: abrió Las Ventas y mató dos toros altruistamente. En agosto del año siguiente dejó muletazos para el recuerdo en Antequera en una tarde que se intuía insuperable pues toreó con Curro Romero y Rafael de Paula. Y ese mismo otoño, en Jaén, volvió a reverdecer laureles obsequiando a los jiennenses dos obras inigualables. Su delicado estado de salud, sumado a dos pulmones que rebosaban nicotina, dijo basta en Burgos de 2001. En mitad del festejo, tuvo que ser atendido por problemas respiratorios. Dejó de impartir cátedra en los ruedos pero siguió haciéndolo en televisión. Fiel compañero de Manuel Molés en Canal Plus, deleitó durante los 90 (mientras seguía en activo) y 2000 a los abonados a este canal privado. Hablaba poco pero cuando lo hacía dejaba enseñanzas que seguramente nadie olvida. No fue figura, como tampoco fue un torero de muchos festejos y altos datos numéricos. Fue algo más que figura del toreo, tiene Chenel otro título que reciben esos matadores que por su personalidad y carisma atraen a los aficionados: torero de culto. Ser figura puede serlo cualquiera, pero ser un torero que marque una época y quede en el recuerdo de generaciones posteriores, es mucho más difícil. Él lo es.
En Madrid toreó un total de ochenta tardes: setenta y siete como matador y tres como novillero. Cortó 32 orejas. Salió siete veces por la puerta grande.
Pero el resumen de este sencillo recuerdo podría ser este vídeo: sus tardes más gloriosas, faenas legendarias... Media horilla de felicidad. Disfrútenlo.
jueves, 14 de octubre de 2021
Breves apuntes de Madrid (III).
Cerramos la última sesión de toros con la corrida que fuera suspendida por la lluvia y que estaba programada como el primer festejo de la feria de Otoño: viernes 8, toros de Jandilla y Victoriano del Río para Diego Urdiales (verde y oro), José María Manzanares (marino y oro) y Paco Ureña (negro y oro).
Urdiales sin suerte. El riojano llegaba a Madrid tras cortar dos orejas en Sevilla pero poco pudo hacer en esta ocasión con los toros que le tocaron. Saludó una ovación Josemari tras una faena llena de pases y más pases. ¡Qué aburrimiento! Y lo mismo en el quinto. JMM no se hizo con el animal y eso que era un toro de lío gordo. El toro era exigente y por ello, como figura que es, tenía que haber intentado el alicantino un esfuerzo. No quiso. Pudo, pero no. Y Ureña, al que creo que pudo hacer algo más de lo que hizo en el tercero, no pudo, e inédito ante el sexto. Vi al murciano desubicado y sin ideas. Tras un gran año 2019, no ha sabido mantener esa línea. Hay que espabilar.
Entre las cuadrillas destacaron Daniel Duarte y Óscar Bernal.
El sábado 9, en vez de acudir a Las Ventas, me fui a Villa del Prado. Se celebraba el último festejo de certamen llamado Copa Chenel, en la que han participado toreros que no frecuentan las grandes ferias y que independientemente de su juventud o madurez han dejado constancia de que hay en el escalafón toreros de sobra para hacer carteles de interés para el aficionado. Y en cuanto al ganado, variedad de encastes: Domecq, Santa Coloma, Veragua, Atanasio, Martínez... En esta ocasión Sánchez Vara (gris plomo y oro), Paulita (rosa y oro) y Miguel de Pablo (rosa y oro) torearon tres toros de Hermanos Quintas y tres de Partido de Resina. Correctos de presentación pero con las fuerzas justitas.
Una corrida en la que en general los tres toreros manejaron con acierto el capote. Las verónicas más pintureras fue las que dio Paulita. Sánchez Vara lidió un primer animal de Quintas de buena condición. Empujó con brío al peto y con calidad por el pitón izquierdo. No estuvo a la altura el manchego. Cortó un oreja vergonzosa. Ante el cuarto, de PR, a punto estuvo de cortarle otra oreja. Menos mal que el presidente se puso serio. Una faena en que la hubo mando y dominio pero estuvo despegado y sin ajuste. Paulita pechó en primer lugar ante un animal sin fuerza al que toreó muy pinturero el diestro aragonés. Recibió un tremendo porrazo en el quinto y por el esfuerzo y ganas ante un animal de nobleza y clase, a pesar de estar mellado tras la escalofriante voltereta, cortó otra oreja. Miguel de Pablo se las vio con un descastado tercero al que toreó con gusto y decoro. Cerró la tarde ante un animal que no dio ninguna opción. Una tarde marcada por el pésimo uso de la espada por parte de los toreros y de los nefastos puyazos por parte de los picadores.
José Mora saludó por sus pares de banderillas en el primero.
Tras haber acabado las rondas clasificatorias, los carteles restantes son los siguientes:
Sábado 16 de octubre: Valdemorillo. Primera semifinal con toros de Zacarías Moreno y Prieto de la Cal para Fernando Adrián, Jesús Enrique Colombo y Jorge Isiegas.
Domingo 17 de octubre: San Agustín de Guadalix. Segunda semifinal con toros de D. Celestino Cuadri y Rehuelga para Fernando Robleño, Paulita y Tomás Angulo.
Final: sábado 23 de octubre. Cadalso de los Vidrios. Toros de José Vázquez y Adolfo Martín.
Brevemente, aunque no fui a Madrid, se lidiaron erales de Jandilla para los finalistas del certamen para alumnos de las escuelas taurinas madrileñas, Camino hacia Las Ventas, y que de igual modo, hay fases clasificatorias durante los meses estivales. Rubén Núñez, Juan Herrero y Alejandro Chicharro fueron los que torearon esta final. El triunfador fue el azteca Rubén Núñez. Lo más positivo de este festejo fue la gran respuesta del público y la cantidad de jóvenes que asistieron.
El domingo 10 aconteció la segunda tarde de Juli (negro y oro), que en esta ocasión estuvo acompañado de Miguel Ángel Perera (marino y oro) y Daniel Luque (blanco y plata) para lidiar un encierro de Santiago Domecq. Dos toros fueron rechazados y tuvieron que remendar el encierro con otros tantos animales de La Ventana de El Puerto.
Cortó una oreja Luque. Estuvo el de Gerena valiente y dispuesto. Su lote fue áspero y complicado. Lo más significativo fueron las verónicas al tercero y una buena estocada que valió el trofeo. Julián no tuvo toros y lo poco que hizo fue insípido y sin contenido. Perera también estuvo insulso. Mató de un bajonazo al segundo y se puso pesado ante el impresentable quinto. Incomprensible que durante una de las faenas (por sosa y sin emoción) del pacense, se levantase una señora y se pusiera a cantar. Cosa que nunca ha ocurrido en Madrid y que mucha gente protestó.
Destacó la cuadrilla de Perera toda la tarde y Juan Contreras saludó una ovación en el sexto.
Se cerró la temporada el día de la Hispanidad. Morante de la Puebla (celeste y oro), López Simón (marino y oro) y Ginés Marín (obispo y oro) estoquearon seis toros de Alcurrucén. Sosa y descastada corrida de los Lozano pero muy bien presentada en lo que a trapío se refiere. Abrió la puerta grande Ginés ante un toro noblón, como todos sus hermanos. Madrid rugió en el sexto gracias a una faena en la que destacaron un par de enormes y largos naturales tras varios cambios de mano. Empezó el jerezano acelerado y con un toreo eléctrico pero se fue asentando y poco a poco la obra empezó a coger altura. Para mi gusto fueron extraordinarios los naturales a pies juntos y cerró el trasteo con una estocada de mala colocación, parecida a la que dio Morante al primero de la tarde. Aún así, un público extasiado pidió unas excesivas dos orejas. Fue un trasteo con muletazos que alborotaron los tendidos pero sin la rotundidad de una faena maciza de principio a fin. En resumen, fue un premio a un par de naturales excelentes y poco más. A mi juicio la faena era de una. Así que por segunda vez en su carrera cortaba dos orejas a un toro de este hierro y salía a hombros de la juventud madrileña. En su primero se las vio con un toro con calidad pero sin apenas fuerzas. Además de esos naturales que tanto emocionaron hay que decir que el andaluz estuvo sensacional con el capote toda la tarde.
lunes, 4 de octubre de 2021
Breves apuntes de Madrid (II).
El sábado 2 se agotó el papel. Julián López "El Juli", Emilio de Justo y Juan Ortega hicieron el paseíllo para estoquear una corrida de Garcigrande. Destacó por su buen juego el primero de la tarde.
El gran triunfador de la tarde fue Emilio. Volvió a salir a hombros por segunda vez consecutiva en esta temporada ya que lo consiguió el pasado mes de julio. Por ese motivo se le sacó a saludar al romper el paseíllo; quiso Emilio sacar a sus compañeros a responder la ovación pero ellos declinaron, honrado detalle pues Julián y Juan no tenían motivos para ello. Emilio es el triunfador del año: dos puertas grandes en Madrid y otra en Sevilla tras un faenón premiado con las dos orejas son algunos de sus hitos más importantes de esta temporada. Puso a Madrid en pie con un toreo entregado y de verdad. En las primeras tandas fue poco a poco haciéndose con el toro y a medida que avanzaba la faena, las series de muletazos subían de intensidad. A pesar de las pegas del peso y el tamaño de los toros que repite una y otra Emilio Muñoz en las cámaras de Movistar TV, un toro que según este torero sevillano no podía embestir, este quinto toro (que pesaba una barbaridad) se entregó y Emilio lo bordó. Por ambos lados. No falló con la tizona y rubricó la obra con una sensacional estocada. Rugió Madrid. Hubo hasta quien le pidió una incomprensible vuelta al ruedo. El toro fue noble pero no como para tal premio. Vestido de nazareno y oro salió a hombros en Madrid por tercera vez en su carrera.
El segundo torero en expectación era Juan Ortega (corinto y oro). Tras una temporada con faenas para el recuerdo, venía de Sevilla tras bordar el toreo con el capote en varias tardes. Pasaportó rápidamente a su primero y con el sexto fue todo primor. Muletazos de muchísimos quilates, detalles enorme torería... Un toro simplón que acudía con boyantía y el sevillano le aplicó suavidad con la muleta. Una faena desestructurada en el pegó pases por todo el ruedo. Torero de gran clase pero tiene que poner ese poco que falta para enrabietarse cuando un toro le exige.
A Juli (sangre de toro y oro) se le fue el primero. Un toro con el tenía que crujir Las Ventas pero Julián metió pico y tiró líneas. Una máxima figura como es él tenía que haber hecho mucho más de lo que hizo. A pesar de ello cortó una oreja. Tiene el de San Blas otra oportunidad pues repite tarde el próximo domingo con Daniel Luque y Miguel Ángel Perera.
lunes, 27 de septiembre de 2021
Breves apuntes de Madrid (I).
Cerramos este primer fin de semana de Feria con un nuevo encierro de Victorino. Se acartelaron López Chaves (caldero y oro), Alberto Lamelas (malva y oro) y Jesús Enrique Colombo (marino y oro).
Petardo de Victorino. Descaste absoluto. Y desiguales de presencia. Lo que en el toreo llamamos escalera por la diferencia de trapío entre los animales de un mismo encierro. Alguno que otro era inaceptable por su presencia. El primero y el segundo fueron fuertemente pitados en el arrastre.
En la plaza reinó el aburrimiento y la decepción. La falta de fuerza de varios toros aguó la ilusión de ver aquello que tanto se le exige a estos toros: casta y bravura. Victorino tiene mucho trabajo por delante. López Chaves lució al toro en su primero con el capote. El toro apretó en las tablas del 9 y se salió a los medios bregando con él. Y poco más. Esperaba mucho más de Domingo. Su parte negativa fue dejó castigar a sus toros duramente en el caballo. Sobre todo al cuarto. Lo masacró en varas.
Fotos: Las Ventas.
sábado, 25 de septiembre de 2021
Diez años sin toros.
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos.
viernes, 17 de septiembre de 2021
¿Por qué se mata al toro?
"La espada no me quita el sueño". Finito de Córdoba.
Tras escuchar una entrevista a Finito de Córdoba por sus treinta años de alternativa una de las perlas de la misma es la siguiente: el torero decía que le duele más no torear bien a un toro que matarlo bien. Enseguida pienso: ¡es ridículo! ¿Os imagináis a Cristiano Ronaldo en un partido decisivo regatear él sólo a todo el equipo rival mientras va avanzando y cuando llega al portero falla el gol? Cuando acaba el partido se acerca el periodista de turno y le pregunta por aquel fallo y éste responde: He fallado el gol pero he regateado a once rivales. Ese fallo no me quita el sueño. ¡Sería absurdo! Pues claro que se lo quita. Porque ese gol puede ser la diferencia entre una victoria y una derrota. Cristiano estará el resto de la temporada lamentando ese fallo. Así que hoy explicaré el porqué de la muerte del animal. El porqué de la muerte en el ruedo y ante la vista de todos los presentes.
Al igual que el objetivo de un futbolista es meter goles, en el toreo es matar al animal, y siempre de una manera rápida y limpia. El toreo está reglado y controlado ministerialmente así que cada profesional taurino lleva su carné que lo certifica. Mozos de espadas, Picadores, banderilleros, toreros... Todos. En el carné de estos últimos no indica que son toreros. Indica que son matadores de novillos o de toros, según el escalafón en el que se encuentre dicho profesional. Pues esa es su profesión: matar toros.
Aunque las comparaciones son odiosas, procuro hacerlo siempre con el fin de hacer más clara una explicación así que en este artículo voy a comparar el toreo con el fútbol. Le pese a quien le pese. Muchas veces he oído que los que no están a favor de la Fiesta lo están porque no entienden que haya que matar a un animal. Y es respetable. Son de los que consideran que sería muy bueno e incluso muy positivo a nivel de "marketing" que las corridas fuesen sin sangre, como por ejemplo ocurre en California (no hay picador, las banderillas son de pega y no hay suerte de matar) y en otros estados americanos. Así se atraería a más gente. Y yo pienso: sería mentir, sería maquillar un espectáculo para conseguir más adeptos. Y lo más triste: sería faltar a la memoria de todos esos héroes que cayeron derramando su sangre en la arena de una plaza. Habrían muerto en vano.
Recordemos brevemente que al toro se le pica para amoldarle, para templarle. Evidentemente también se le quita fuerza pero el objetivo es moldearle para una mejor embestida. Aunque se le quite fuerza, los toros se crecen ante el castigo, quieren más pelea. De ahí que el animal aunque sabe que está siendo herido, vuelve a seguir luchando. Es lo que en el argot taurino se llama casta. ( Y como otras muchas expresiones populares, de ahí viene este dicho: crecerse ante el castigo). Cuanto más encastado sea un toro, mayor emoción habrá en el tendido. Sin un adecuado puyazo el comportamiento de un animal sería ingobernable y el torero poco podría hacer. Acto seguido se le clavan seis banderillas que poco significan y tras la faena de muleta el toro muere a espada. Si no se realizasen estos trances, el animal sería una bestia absolutamente incontrolable.
El toreo es un rito. Es un sacrificio. Hombre y bestia salen a morir. Recordemos que el resultado de un conjunto de normas y bases que surgieron en la antigüedad han ido reglamentando el toreo a lo largo de los siglos y evolucionando hasta acabar en las corridas tal y como las conocemos hoy en día. La gente teme a la muerte. No quiere hablar de ella. Nacemos, crecemos y morimos. Es ley natural. En el toreo se recuerda que la muerte está presente. Esto no es teatro o cine. Aquí no hay decorados.
Como ya queda explicado la profesión no es ser torero, es ser matador. Un festejo sin muerte no tendría sentido. ¿Y por qué? ¿Por qué es famoso Cristiano y no el delantero del Orense C.F.? Porque Cristiano es un tío que cada partido que juega marca un gol, y cuando tiene una racha mala goleadora, llega el partido en el que se recupera y mete cuatro goles. Es la diferencia entre un jugador que ya es historia del fútbol y uno que no lo es. En el toreo es exactamente igual. ¿Cuál es la diferencia entre una máxima figura y un torerillo del montón? Los dos pueden hacer faenas extraordinarias y torear con mucho gusto o valor, pero sin espada, no se vería quien es mejor y quién peor. El que mata bien, corta las orejas, triunfa y sale a hombros. Si eso lo hace 40 ó 50 veces en una temporada y además en las plazas importantes pues su fama será mayor. Y en un año se hace rico. ¿Un ejemplo? Roca Rey.
Por eso no concibo un festejo sin muerte. Por honor, por respeto. Si el toreo es un combate, no puede ser que el toro vuelva a la oscuridad del chiquero tras ser toreado y atado a unos barrotes reciba el golpe final. Tiene que ser una lucha hasta el fin, y qué más lógico final que un encuentro entre hombre y bestia. El torero, preparado con un trapillo y un acero, esperará al toro para darle muerte.
Un detalle crucial y que todos pasan por alto. ¿Te has fijado, querido lector, que cada vez que hay una desgracia en un deporte de riesgo, en un medio de transporte o en cualquier otro ámbito se trabaja para que eso no vuelva a ocurrir, y si ocurre, que los daños sean mínimos? En el toreo no, murieron recientemente Fandiño y Víctor Barrio y no se hizo nada. La vida sigue. La muerte es el precio que hay que pagar en esta profesión y si no asumes que puedes morir, no tiene sentido intentarlo. Los toreros no llevan hombreras, casco, gafas... y por más cornadas que reciben en boca, ojos, ingles, vientre, muslos, cuello... no se quejan. Nadie pide medidas de seguridad. ¡Es más, es que nadie (ni aficionados ni profesionales) se lo plantea! Lo único que exigen los toreros es que cada tarde de corrida haya un equipo médico cualificado e instrumental necesario para este tipo de heridas. Y nada más. Es lo que hay y punto. Por eso pienso a veces que si se acaban las corridas con sangre, se acabó el vestido de luces y la liturgia que lo envuelve. En la película El Patriota hay una conversación entre Benjamin Martin y el general francés: Benjamin le halaga que vaya tan impecablemente preparado para la batalla a lo que el francés, con mucha elegancia, responde: "si muero, que sea bien vestido". Pues esto es igual. ¿De qué sirve lucir el oro, la plata o el azabache para hacer de un rito ancestral una pantomima moderna? Los colores, los bordados, la música, la liturgia... todo tiene un simbolismo. Si eso acaba, no tendrían sentido. La montera, la castañeta (coleta), los capotes de paseo, espadas etc acabarían todas esas joyas artesanales en un museo o en el baúl de los recuerdos y los toreros deberían (en mi opinión) ir como los jugadores de fútbol americano: protegidos hasta los dientes. El resumen es que si al toro no se le puede tocar, al torero tampoco. En caso de percance, que los seguiría habiendo, evidentemente, el que tiene las de perder es él. Una simple coz o un cabezazo pueden al torero, desde abrirle una brecha, romperle un hueso o hasta mandarle a una silla de ruedas.
Siempre se ha dicho que el toro es el único animal en la tierra que puede ganar el perdón. Y es cierto. Ningún otro animal goza de tal enorme privilegio. El objetivo de ello es que el animal indultado pase a sus hijos aquellos caracteres de morfología y comportamiento por los que se ganó la vida. Si la corridas son sin muerte, ni que decir tiene que el indulto perdería su esencia.
Muchos dirán que en Portugal no se mata al animal. No es cierto. El toro muere, pero en la oscuridad del matadero. Tras acabar la faena el toro vuelve al corral y en ocasiones espera varias horas hasta ser trasladado a un matadero. Y por ende es más sufrimiento. Se le priva de morir en el ruedo, y por ende, de poder matar a su rival. Para mí, lo más injusto para el toro y para el ganadero: que es negar al criador ver la reacción del público mientras las mulillas arrastran al animal. La ovación o una clamorosa vuelta al ruedo tras un bravo comportamiento. Y por supuesto en Portugal los indultos carecen de sentido. Portugal es un quiero y no puedo en la tauromaquia. ¿De qué sirve torear en Portugal si no se puede matar al toro? Como no se mata no hay orejas, y en vez de este premio un torero da vueltas al ruedo. Si un torero da dos o más vueltas, podrá salir a hombros. En el resto de países cuando un torero hace una gran faena y la marra con la espada sí que da una vuelta al ruedo. Ese el sentido de una vuelta. En nuestro país vecino no. Repito lo antes explicado, si dos toreros hacen en Lisboa dos faenas extraordinarias triunfarán y saldrán a hombros. Pero... ¿qué sentido tiene premiar algo que no ha sido culminado? Lo veo incoherente. Por eso se llama suerte suprema. Porque es el culmen, es el fin de una lidia. Grandes figuras españolas fueron contratadas para aquellos espectáculos en California pero poco a poco fueron rechazando la contratación porque vieron que era abursdo. Aunque, gracias a Dios, la situación del toreo en nuestro país vecino y aquel estado americano no es la misma, sigo sin terminar de comprender de por qué los toreros van a Portugal si no pueden ejercer su profesión en pleno. Sería como el fútbol sin goles. Si no hubiese goles, Cristiano no sería nadie.
Así que si un torero hace una gran faena pero no la culmina con una certera estocada, todo se queda en agua de borrajas. Otro apunte. Si no se puede matar a un animal, ¿qué sentido tiene enfrentarse a él? ¿Cuántos toreros a lo largo de la historia han tenido que pechar con un animal que en de propinar faenas gloriosas han propinado quebraderos de cabeza y miedos innecesarios? A los neófitos, busquen crónicas o vídeos de dos ejemplos rápidos en "gúguel": Cazarrata y Sánchez Vara en 2016 o la corrida de 2014 de Victorino Martín. Dos tardes en los que se pasó miedo en la plaza de Madrid. Dos ejemplos de tardes en los que el terror flotaba en el ambiente. ¿Para qué va a jugarse la vida un torero si no puede matar al animal? Según eso, ¿Qué habrían hecho Sánchez Vara o los tres toreros que se enfrentaron a esa terrorífica corrida de Victorino en San Isidro 2014? Si un torero ve que un mínimo lucimiento es completamente imposible y hay un porcentaje altísimo de acabar en la enfermería, en cuanto termina el tercio de banderillas diría al presidente: no lo toreo. Si no lo puede matar.... ¿para qué se le pica? ¿Para qué se le banderillea? ¿Para qué se han jugado la vida picadores y banderilleros si al final el matador no quiere jugarse la vida (y con razón) delante de esa alimaña?
Y por último. Si no hay muerte (en el ruedo como en Portugal), ésta seguirá teniendo lugar en un lúgubre matadero. Pero... ¿si un día la administración lo prohíbe? Si ya no se puede matar a un animal ni en un matadero, ¿Llegarían a obligar a un ganadero que recuperar su toro tras el festejo y seguir cuidándolo en la finca hasta que muera de viejo? El toro es un producto caduco y tras ser toreado, no tiene más mercado. Un ganadero tiene unos cuantos toros para cubrir un determinado número de festejos, así que si no hubiesen corridas no tendría sentido criar este animal. La cría del toro de lidia no es como quien tiene una granja de pollos que abastece de carne a todo aquel que la compra. La cría del toro bravo es una filosofía y una cultura. Para un granjero, un pollo es un producto económico y nada más. Un toro de lidia requiere atención diaria, desde que nace hasta que muere en la plaza. Cinco años de cuidados exquisitos. Y cinco años de una inmensa inversión económica. Los pocos toros que tiene un ganadero difícilmente cubren gastos. Criar esos pocos toros no sería mínimamente rentable si no hubiese festejos o mercado al que vender la carne. ¿Acabaría siendo el toro un producto gastronómico de auténtico lujo como si de caviar u otro alimento se tratase? No sé qué opinarían los ganaderos.
La Fiesta ha sobrevivido a reyes y a papas, pero ahora es diferente. Aunque el futuro que se avecina sea más negro que el carbón y la cosa pinta muy difícil, toca apretarse los machos y salir a torear. Aficionados y profesionales tienen que luchar por ello. Es crucial. Las nuevas corrientes e ideas son absolutamente implacables. Hemos pasado de una mentalidad en la que el aborto era absolutamente impensable a una legislación que te multará si talas un árbol o simplemente recoges las piñas que caen en tu jardín para la chimenea. Importa más la vida de una encina que la de un hombre. La ecología, la sostenibilidad... Han sido llevados a lo más extremo. Y los gobiernos llevan la voz cantante. Medidas ilógicas e insostenibles han sido tomadas con el fin de imponer una ideología en vez de tratar el problema de un modo sensato y razonable. Un festejo taurino es lo que es. Ni se puede maquillar, ni se puede cambiar. Por todo lo expuesto en los párrafos anteriores y por mucho más. Podrá evolucionar de muchas formas (música, vestidos, marketing, organización, reglamento...), pero el rito, lo que es en sí el transcurso de un festejo, es absolutamente intocable. El día que esto cambie, que conmigo no cuenten. Me bajaré del carro y me buscaré otra afición en la que gastar el tiempo y el dinero. Lo tengo clarísimo.
sábado, 28 de agosto de 2021
¿Lo sabes?
1. ¿Con qué matador mejicano tuvo una gran amistad y una fuerte rivalidad?
2. En su alternativa ocurrió una anécdota curiosa: el toro de la ceremonia tenía un nombre pero lo cambiaron y le pusieron Mirador. ¿Cómo se llamaba originalmente aquel toro?
A. Miliciano.
B. Comunista.
C. Republicano.
3. Tuvo varios coches: un Cadillac, un Mercedes y también tuvo un...
A. Citröen.
B. Hispano Suiza.
C. Buick.
4. Abrió cuatro veces la puerta grande de Madrid: 1941, 1942, 1944 y...
A. 1945.
B. 1946.
C. 1947.
5. ¿Cómo se llamaba su madre?
A. Angustias.
B. Dolores.
C. Consuelo.
6. ¿En qué legendaria ganadería solía pasar sus inviernos para preparar la siguiente temporada?
A. Murube.
B. Antonio Pérez de San Fernando.
C. Sánchez Cobaleda.
7. ¿En qué localidad madrileña puso el único par de banderillas de su carrera?
A. Aranjuez.
B. Arganda del Rey.
C. Chinchón.
8. ¿Cuándo y dónde tomó la alternativa?
9. En 1939, le dedicaron un pasodoble que es de los más solemnes que existen. Lo compuso un extremeño llamado Pedro Orozco. ¿Cuándo se estrenó?
A. El día de San José.
B. El día de San Isidro.
C. El día de Santiago.
viernes, 20 de agosto de 2021
Recuerdos de Céret.
Ya he comentado alguna vez que aquí puede colaborar todo aquel que quiera escribir sobre la Fiesta. En esta ocasión cuento con la aportación de Pablo Soteras. Un amigo que viajó en julio hasta Ceret (Francia) para presenciar la corrida que lidió Miguel Reta cuya ganadería se anuncia como Reta de Casta Navarra. Para que se hagan una idea, la expectación de este cartel fue como el de Morante en agosto con los toros de Prieto de la Cal. Han sido dos tardes marcadas por unas ganaderías que aunque no gozan de predicamento ante el gran público, tienen su tirón en la afición más torista. Ceret es plaza francesa pero con alma catalana. Su cercanía a la frontera hace que esta diminuta plaza sirva de refugio a los maltratados aficionados catalanes castigados por la tiranía de sus gobernantes. Fue una tarde de épica y combate. Esta pequeña localidad gala es Tierra Santa del Torismo. Aquí, ante todo, prevalece el Rey Toro. Estas líneas hacen tener una idea más que aproximada al lector de lo que allí sucedió a los que no pudimos acudir:
Realmente Céret es una de las Mecas del Toreo. Una plaza auténtica, consagrada al Toro. Es un lugar impactante, su esencia es única, o eso pareció aquel día. Todos los elementos que rodean a la plaza, desde la banda hasta la cuadrilla de areneros o el esmero que se pone en cada detalle (burladeros, albero…).En fin, el ruedo parece el lugar perfecto para la lidia.
Por fin empezó el festejo. La seriedad que se respiró en la plaza no la he vivido ni padecido nunca- ni si quiera algo que se le parezca- en mi corta vida de aficionado. Por eso, creo que hablar desde el desconocimiento de no haber estado presente es un grave error. Y por ello, también creo que el ganadero hizo bien en no querer retransmitirla.
No faltaron críticas, sobre todo de gente que no lo presenció, o de los denominados “críticos taurinos” en los medios de masas. Cada vez tienen menos de críticos y que decir de taurinos. Que no guste a un público no significa que no tenga que aparecer. Como dijo un aficionado “ el revuelo que ha montado RETA en Twitter, no lo he visto nunca con ningún evento taurino”. Por algo será.
Salió como salió, pero como dijo el presidente de la ADAC (Asociación de Aficionados de Céret): “salió” que era lo importante. Reivindicar los encastes distintos en la lidia debería ser un deber para todos los aficionados. No hay solo una lidia, hay muchas lidias y esto también es la Fiesta. Ojalá más figuras empiecen a buscar la diferencia y la diversidad.
La emoción del día se notó en la plaza, en el aficionado. La emoción real de ver cada paso como un triunfo frente a una bestia. Una emoción cargada de tragedia y realidad.
Ocurrió en Céret
Con seriedad, bravura y emoción. No la emoción moderna, la emoción real, la que hacía ver la muerte en cada pase y mostraba la verdad. Porque salieron como salían los toreros de las plazas, como se despedía al soldado o se recibía al héroe. Ocurrió en el ruedo la lucha contra el tiempo. Lidiadores con la vida y la antigüedad. En una época en la que todo parecía fugaz y líquido, ocurrió en Céret.
sábado, 14 de agosto de 2021
Pequeños grandes Toreros
Los enanitos toreros llevan años y años haciendo reír a niños y mayores. El Chino Torero, El Bombero Torero, Popeye y sus enanitos marineros... Son muchas las denominaciones que han tenido. Diferentes grupos de ellos han recorrido España durante décadas de norte a sur y de este a oeste. Tristemente han ido decayendo y cada vez son menos frecuentes. Eran habituales en la programación de cualquier feria. Como ya queda dicho, escasean. Hasta no hace mucho tiempo actuaban en todos lados. "Rivalizaban" en contratos con los grandes toreros de cada época, pues eran requeridos en todos los pueblos de nuestra geografía. Estos entrañables personajes son cómicos y ante todo, son toreros. O sea, que conocen la técnica y el oficio como cualquier matador. Evidentemente su toreo es burdo y basto, ya que, al contrario de lo que digo siempre, ellos no buscan que el espectador se emocione. Ellos buscan que éste se ría. Y claro que lo consiguen. Pues ese es su trabajo. Juegos, bromas, actuaciones de todo tipo... Claro está que con una becerra de por medio. Una de las consecuencias negativas del descenso de festejos de este tipo, es que durante el rato que estaba la vaquilla de por medio, que era conocido como "la parte seria", muchísimos toreros empezaron su carrera con ellos: dando sus primeros capotazos en este espectáculo.
Son artistas y por ende, trabajadores: tienen nómina, cobran su sueldo y cotizan como cualquier hijo de vecino. Viajan con un apoderado que les busca los contratos.
Pero tenía que llegar y llegó. Este gobierno de absolutos ineptos ha considerado que ponerles en una plaza y hacer, lo que para estos artistas y cualquier persona es un trabajo digno y honrado, para los políticos es casi exhibirles como cuando antiguamente se exhibían en las ciudades jaulas en los circos con personas deformes debido a enfermedades o con problemas de cualquier índole. Estos toreros, ni están enfermos ni son discapacitados ni nada. Sufren acondroplasia que es lo da lugar al enanismo. Pero por ello, para mí y lo veo así, no es discapacidad. Es más, se ganan la vida jugándose el tipo con un animal bravo. ¿Es podría hacerlo una persona discapacitada? ¿De verdad hay gente con mala sangre que piensa que es inhumano este tipo de espectáculos y que lo que se busca es mostrarles para que se rían de ellos además de poner en riesgo sus vidas? ¿Los empresarios que contratan a estos toreros lo harían si fuese peligroso para ellos? Partiendo de la base que el simple hecho de enfrentarse a un animal de lidia es peligroso pero repito lo dicho: son TOREROS y por ello saben perfectamente cómo desenvolverse delante de un animal. Ni está en juego su integridad ni su salud. Y ellos mismos lo dicen: ni se sienten bichos raros, ni humillados ni objeto de burla y mofa. Sólo quieren que les dejen en paz.
Ocurrió esta misma semana en Baza (Granada). Debido a fuertes presiones de la Junta de Andalucía amén del inútil ministerio de Asuntos Sociales, se consiguió que la empresa suspendiera un espectáculo cómico-taurino. Es negarles trabajar, es negarles el pan y la sal. Y si dejan de torear, ¿Qué hacemos con ellos? si en vez de hacer reír en un ruedo lo hiciesen en un teatro de variedades, ¿tendría el mismo efecto? O es porque hay animales de por medio y los de siempre (ya sean animalistas, moralistas modernos y demás pensadores progres etc) van a buscar hasta el más mínimo matiz para poner el grito en el cielo? Me paro a pensar y pongo ejemplo sencillo: Tras los juegos Olímpicos, se celebran los Paralímpicos. He oído opiniones de todos los colores: hay quien piensa que es maravilloso el tesón y capacidad de superación que muestran esos atletas o que eso sí que es dantesco y es inhumano ver, por ejemplo, a un tío sin brazos cruzar una piscina olímpica o ver un partido de baloncesto en silla de ruedas. ¿Ahí no van a decir nada los que crean que es humillante e indignante? Hemos llegado a un momento en el que hay que trabajar en lo que otros quieran, no en lo que uno se sienta feliz: han conseguido que no haya azafatas en eventos deportivos, que estos toreros no puedan trabajar... ¿Dónde está la libertad? Vivimos en una época en la que siempre sacarán matices y buscarán excusas los defensores del buenismo para organizar la sociedad como esa gente quiera y no como uno se sienta a gusto. Es peligroso. Y dictatorial. Lo veo así.
Son toreros, pero se ganan la vida haciendo reír. Ellos no buscan la gloria y la puerta grande. Buscan que la gente vaya a disfrutar. Cómo aquí lo he dejado claro en otras ocasiones, todo lo que sea alrededor de un animal bravo, cuenta con mi más incondicional apoyo. Es otra muestra de la rica variedad que hay en la fiesta de los toros. Vayan a verles, disfrutarán. Lleven a sus niños. Será inolvidable para ellos.
miércoles, 11 de agosto de 2021
De Morante y su encerrona.
El año pasado se cumplió el centenario de la muerte del legendario Joselito el Gallo y el de La Puebla, que profesa a José una inmensa admiración quiso recordarlo de diferentes maneras pero la pandemia impidió que se celebrase el centenario con normalidad en las distintas plazas y ferias de España.