jueves, 14 de octubre de 2021

Breves apuntes de Madrid (III).

Cerramos la última sesión de toros con la corrida que fuera suspendida por la lluvia y que estaba programada como el primer festejo de la feria de Otoño: viernes 8, toros de Jandilla y Victoriano del Río para Diego Urdiales (verde y oro), José María Manzanares (marino y oro) y Paco Ureña (negro y oro). 

Urdiales sin suerte. El riojano llegaba a Madrid tras cortar dos orejas en Sevilla pero poco pudo hacer en esta ocasión con los toros que le tocaron. Saludó una ovación Josemari tras una faena llena de pases y más pases. ¡Qué aburrimiento! Y lo mismo en el quinto. JMM no se hizo con el animal y eso que era un toro de lío gordo. El toro era exigente y por ello, como figura que es, tenía que haber intentado el alicantino un esfuerzo. No quiso. Pudo, pero no. Y Ureña, al que creo que pudo hacer algo más de lo que hizo en el tercero, no pudo, e inédito ante el sexto. Vi al murciano desubicado y sin ideas. Tras un gran año 2019, no ha sabido mantener esa línea. Hay que espabilar. 

Entre las cuadrillas destacaron Daniel Duarte y Óscar Bernal.


El sábado 9, en vez de acudir a Las Ventas, me fui a Villa del Prado. Se celebraba el último festejo de certamen llamado Copa Chenel, en la que han participado toreros que no frecuentan las grandes ferias y que independientemente de su juventud o madurez han dejado constancia de que hay en el escalafón toreros de sobra para hacer carteles de interés para el aficionado. Y en cuanto al ganado, variedad de encastes: Domecq, Santa Coloma, Veragua, Atanasio, Martínez... En esta ocasión Sánchez Vara (gris plomo y oro), Paulita (rosa y oro) y Miguel de Pablo (rosa y oro) torearon tres toros de Hermanos Quintas y tres de Partido de Resina. Correctos de presentación pero con las fuerzas justitas.

Una corrida en la que en general los tres toreros manejaron con acierto el capote. Las verónicas más pintureras fue las que dio Paulita. Sánchez Vara lidió un primer animal de Quintas de buena condición. Empujó con brío al peto y con calidad por el pitón izquierdo. No estuvo a la altura el manchego. Cortó un oreja vergonzosa. Ante el cuarto, de PR, a punto estuvo de cortarle otra oreja. Menos mal que el presidente se puso serio. Una faena en que la hubo mando y dominio pero estuvo despegado y sin ajuste. Paulita pechó en primer lugar ante un animal sin fuerza al que toreó muy pinturero el diestro aragonés. Recibió un tremendo porrazo en el quinto y por el esfuerzo y ganas ante un animal de nobleza y clase, a pesar de estar mellado tras la escalofriante voltereta, cortó otra oreja. Miguel de Pablo se las vio con un descastado tercero al que toreó con gusto y decoro. Cerró la tarde ante un animal que no dio ninguna opción. Una tarde marcada por el pésimo uso de la espada por parte de los toreros y de los nefastos puyazos por parte de los picadores. 

José Mora saludó por sus pares de banderillas en el primero. 

Tras haber acabado las rondas clasificatorias, los carteles restantes son los siguientes:

Sábado 16 de octubre: Valdemorillo. Primera semifinal con toros de Zacarías Moreno y Prieto de la Cal para Fernando Adrián, Jesús Enrique Colombo y Jorge Isiegas. 
Domingo 17 de octubre: San Agustín de Guadalix. Segunda semifinal con toros de D. Celestino Cuadri y Rehuelga para Fernando Robleño, Paulita y Tomás Angulo.
Final: sábado 23 de octubre. Cadalso de los Vidrios. Toros de José Vázquez y Adolfo Martín.

Brevemente, aunque no fui a Madrid, se lidiaron erales de Jandilla para los finalistas del certamen para alumnos de las escuelas taurinas madrileñas, Camino hacia Las Ventas, y que de igual modo, hay fases clasificatorias durante los meses estivales. Rubén Núñez, Juan Herrero y Alejandro Chicharro fueron los que torearon esta final. El triunfador fue el azteca Rubén Núñez. Lo más positivo de este festejo fue la gran respuesta del público y la cantidad de jóvenes que asistieron.


El domingo 10 aconteció la segunda tarde de Juli (negro y oro), que en esta ocasión estuvo acompañado de Miguel Ángel Perera (marino y oro) y Daniel Luque (blanco y plata) para lidiar un encierro de Santiago Domecq. Dos toros fueron rechazados y tuvieron que remendar el encierro con otros tantos animales de La Ventana de El Puerto. 

Cortó una oreja Luque. Estuvo el de Gerena valiente y dispuesto. Su lote fue áspero y complicado. Lo más significativo fueron las verónicas al tercero y una buena estocada que valió el trofeo. Julián no tuvo toros y lo poco que hizo fue insípido y sin contenido. Perera también estuvo insulso. Mató de un bajonazo al segundo y se puso pesado ante el impresentable quinto. Incomprensible que durante una de las faenas (por sosa y sin emoción) del pacense, se levantase una señora y se pusiera a cantar. Cosa que nunca ha ocurrido en Madrid y que mucha gente protestó. 

Destacó la cuadrilla de Perera toda la tarde y Juan Contreras saludó una ovación en el sexto.


Se cerró la temporada el día de la Hispanidad. Morante de la Puebla (celeste y oro), López Simón (marino y oro) y Ginés Marín (obispo y oro) estoquearon seis toros de Alcurrucén.  Sosa y descastada corrida de los Lozano pero muy bien presentada en lo que a trapío se refiere. Abrió la puerta grande Ginés ante un toro noblón, como todos sus hermanos. Madrid rugió en el sexto gracias a una faena en la que destacaron un par de enormes y largos naturales tras varios cambios de mano. Empezó el jerezano acelerado y con un toreo eléctrico pero se fue asentando y poco a poco la obra empezó a coger altura. Para mi gusto fueron extraordinarios los naturales a pies juntos y cerró el trasteo con una estocada de mala colocación, parecida a la que dio Morante al primero de la tarde. Aún así, un público extasiado pidió unas excesivas dos orejas. Fue un trasteo con muletazos que alborotaron los tendidos pero sin la rotundidad de una faena maciza de principio a fin. En resumen, fue un premio a un par de naturales excelentes y poco más. A mi juicio la faena era de una. Así que por segunda vez en su carrera cortaba dos orejas a un toro de este hierro y salía a hombros de la juventud madrileña. En su primero se las vio con un toro  con calidad pero sin apenas fuerzas. Además de esos naturales que tanto emocionaron hay que decir que el andaluz estuvo sensacional con el capote toda la tarde. 

Volvía Morante a la Villa y Corte tras un par de temporadas sin dejarse ver por el número 237 de la calle Alcalá. Dejó destellos de inmensa calidad con el capote y la muleta: verónicas, la media, el galleo por cacerinas, unos ayudados por alto y unos naturales muy buenos. Su primer toro mostró dificultades y José Antonio supo hacerle todo lo que el animal requería. Mató de un bajonazo. El público, que tenía ganas de verle triunfar, le regaló la oreja. Si su otro toro hubiese tenido un mínimo de fuerza y embestida, seguramente habría salido el sevillano por la puerta grande. La gente estaba deseando sacarle a hombros. Pero no ocurrió. El sevillano abrevió y fue silenciado. Si hubo un momento álgido en la tarde fueron las chicuelinas al tercer toro. Morante puso en pie Madrid y Ginés tuvo la osadía de replicarle. Duelo de quites para el recuerdo. Tras haber lidiado unos 90 toros en Las Ventas, el balance de Morante es de menos de diez orejas.

López Simón estuvo vulgar con el capote toda la tarde y fue arrollado en el comienzo de faena de su primer toro. Temiendo lo peor, se repuso y siguió su faena pero nada emocionante ocurrió. Mellado por el golpe, siguió y aguantó hasta que acabó el festejo. Horas después tuvo que ser operado por una cornada interna.  

Entre las cuadrillas destacaron José Chacón con el capote y Guillermo Marín, padre de Ginés, por su buen segundo puyazo al tercero de la tarde. 


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