martes, 3 de marzo de 2020

Una tarde en la Santamaría.

Hoy escribe en este rincón una firma de categoría: mi tía Salud Hernández-Mora. Corresponsal en la capital colombiana desde hace mucho tiempo donde ha firmado infinidad de artículos y reportajes en diferentes medios de comunicación, hoy colabora con estas líneas para Berrendo en Cárdeno.

Triunfal cierre en la Santamaría de Bogotá.

La feria de la Libertad concluyó este domingo con una gran entrada en los tendidos para presenciar un cartel internacional: el francés Sebastián Castella, el peruano Roca Rey y el diestro nacional Juan de Castilla. Los toros, de juego interesante eran de la ganadería de Juan Bernardo Caicedo. El segundo fue premiado con la vuelta al ruedo y el sexto fue indultado.

Castella es un torero que por diferentes razones está muy ligado a Colombia así que es una tierra en que él se siente muy querido y esperado. En sus plazas ha triunfado en repetidas ocasiones. Su primer toro se lesionó en el caballo y fue devuelto. Salió un sobrero ante el que Sebastián se entregó totalmente. Brilló con el capote y con la muleta redondeó varias series con la mano derecha. También toreó con la mano izquierda pero estos naturales tuvieron menos calado que los derechazos. Cerró la obra con una gran estocada premiando su labor con las dos orejas. Ante el cuarto de la tarde emocionó a los tendidos con sus habituales pases cambiados por la espalda. En el momento álgido de la faena, el toro también se lesionó y Sebastián lo mató con otra buena estocada. Para desquitarse la espinita, pidió el de Béziers el sobrero. Ante éste toro que hizo séptimo en el orden de la corrida, toreó el francés con mucha clase perdiendo los trofeos debido a que falló con el acero.

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Roca Rey triunfa donde torea y no suele defraudar. Está el peruano en estado de gracia, es el torero del momento. Su faena a Zorro fue sensacional de principio a fin y cortó dos orejas. Fue éste un animal bravo y por ello fue premiado con la vuelta al ruedo. Andrés sabe como llegar al público. Supo mezclar variedad y tremendismo añadiendo además un enorme valor y una técnica prodigiosa. Ligó varias series de muletazos por cada mano y cerró con unas ajustadas bernadinas. En el quinto poco pudo hacer ante la sosa condición del animal que le tocó en el sorteo.

Juan de Castilla actuó ante sus paisanos sabiendo que toreaba con dos máximas figuras del toreo. ¡Novillero! soltó una voz desde el tendido y se espoleó el muchacho. No le gustó. Ni quería ni podía quedarse atrás. Plantó cara ante la mansedumbre y complicaciones que puso el toro de Caicedo. Jugó con los terrenos y querencias para sacar el máximo partido a su oponente. Por ello y gracias a la buena ejecución de la suerte de matar cortó una oreja.
Como el sexto fue indultado, fue premiado con los trofeos simbólicos. Juan estuvo a la altura de este animal. Lo toreó a placer, disfrutó él y los que presenciamos esa faena. Fue preciosa su labor. El momento más emocionante fueron unos maravillosos naturales y a medida que avanzaba la faena, la petición de indulto fue creciendo. Como el presidente lo concedió, este buen toro de Juan Bernardo Caicedo volverá al campo.

Wilson Chaparro “El Piña”, tras muchos años como banderillero, se cortó la coleta.

Acabó una tarde como no podía ser de mejor manera: con los tres toreros a hombros de los aficionados. A pesar de vetos políticos, de indiferencia de empresas y patrocinadores que hacen que acá la Fiesta de los toros se sostenga íntegramente con lo que se genera en la taquilla, en Bogotá y en otros tantos lugares seguiremos luchando por la libertad de ir a una plaza.


(Fotos: Salud Hérnandez-Mora y Rodrigo Urruego)


Bogotá, 1 de marzo de 2019.


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