sábado, 25 de diciembre de 2021

Feliz Navidad.


"En la ciudad de Belén ha nacido un salvador.
El Mesías, El Señor".




   Belén de El Valle de Los Caídos. 


miércoles, 15 de diciembre de 2021

Más sangre y menos horchata.

"No hay mejor marketing que la casta". Esto rezaba una pancarta que ondeaba una soleada tarde en la Feria de San Isidro en el Tendido 7. ¿Qué es la casta? Brevemente hay que explicar que la casta es la capacidad de un toro de sobreponerse al castigo que se le presenta. En resumidas palabras, o más bien en una sola: emoción. Un toro encastado es aquel que consigue hacer vibrar al aficionado, el que al final, queda en la memoria. Pongo unos rápidos ejemplos: Pastelero de Victorino Martín; Hebreo, de Jandilla; Agitador, de Fuente Ymbro; Capitán, de Hernández Plá; Mulillero de Adolfo Martín o Bastonito, de Baltasar Ibán. Por ende, son toros que cualquier aficionado recuerda. ¿Y a qué viene esto? Pues que se me ocurrió ver la "Corrida Guadalupana" que es, ni más ni menos, la corrida que se celebra el 12 de diciembre en la capital mejicana en honor a la Virgen del mismo nombre, patrona de esa nación. Como día grande que fue, se tocó el himno nacional, hubo un minuto de aplausos, oraciones... Hubo actos de todo tipo; religiosos por la Virgen, y patrióticos por ser día nacional. Me parece estupendo y en su derecho están, pero... ¿Qué pasó en el ruedo? Sopor y tedio. Antonio Ferrera levantó pasiones con un torillo indigno al cual se le pidió el indulto, pero el extremeño, con gran criterio, hizo caso omiso al público y lo mató. Morante de la Puebla por su parte, hizo lo que pudo con otros tantos torillos flojos de solemnidad. Independientemente del resultado artístico de los toreros, ver esos ocho animales dóciles cual mascota doméstica fue insufrible. (Apunto que vi la primera parte y cuando Morante estoqueó su segundo toro, es decir, el quinto del orden de lidia, apagué y me acosté). Parafraseando a nuestro refranero, en vez de sangre, debían tener horchata. El estado del campo bravo mejicano es absolutamente desolador. ¿Por qué? Cada vez lo tengo más claro. El indulto en Méjico está a la orden del día: se perdona la vida a cualquier animalejo por noblón que sea, y eso es un error gravísimo. Más nobleza, más suavidad, más bondad... De generación en generación se aumenta todo esto en las diferentes ganaderías aztecas a base de constantes indultos y al cabo de unos pocos años, los toros carecen de emoción, de peligro... de CASTA. 

Es constante, por lo menos desde que uso Twitter. Ahí es cuando de verdad me he dado cuenta de cómo está la situación allende nuestra tierra. Lo curioso del aficionado español que es abonado a Movistar, es que es como los seguidores del Atleti: sufridor. Me alucina (y admira) ver como desde mediados de noviembre hasta finales de enero, que es cuando tiene lugar la llamada Temporada Grande, cada domingo, los españoles abonados al Canal Toros, ponen la tele a las 11.30 de la noche (16.30 horas allá) y móvil en mano se disponen a comentar lo que ocurre en la plaza más grande del mundo. Invierno tras invierno, es leer Twitter durante ese rato y ver como empiezan a despotricar soltando sapos y culebras. Da igual quien toree, da igual quien lidie, allí están fieles al canal. Más arriba digo ocho toros (¿pero las corridas no son de seis toros?) si te has parado en este detalle, explicaré que en Méjico se ha vuelto frecuente ver festejos de ocho toros y cuatro toreros en vez de seis animales y tres matadores como es lo habitual. Además, en ese país se ha convertido en costumbre que los toreros regalen un sobrero sin motivo alguno, es decir, que hay corridas de siete toros o de nueve, según sea el caso. Horas y horas y horas de sopor, y claro, un domingo estar viendo toros a las tres y pico de la noche pues no es aconsejable si al día siguiente hay que madrugar. 

El protagonista es el Toro. Eso debe ser innegociable. Podrá haber himno, desfile, izado de bandera, concierto musical mientras la gente ocupa su localidad y hasta baile de "cheerleaders" si me apuras. Lo que sea. No me preocupa. Pero si cuando suena el clarín se presencia un desfile de animales que en vez de sangre tienen horchata, vamos de cráneo. La culpa es de muchos ganaderos, son ellos los que tienen la responsabilidad de buscar la emoción, la casta, la fiereza... La espiral de indultitis en la que nos encontramos es frustrante. Y arrreglarlo, complicado. No por buscar una solución, que la hay, sino por querer de verdad hacerlo. ¡Basta de horchata, ya es hora!

Si los mejicanos están felices con que dure cinco horas un festejo taurino, allá ellos. Yo he visto finales de Wimbledon más cortas que una corrida de toros en la capital azteca. Una y no más, Santo Tomás. Lo tengo clarísimo. 



martes, 16 de noviembre de 2021

¿Lo sabes?

1. Se llama cuna a...
A. La distancia que hay entre los pitones de un bovino.
B. La altura que mide un bovino.
C. A los comederos que hay en la dehesa para alimentar al ganado.

2. ¿En qué año se fundó la Unión de Criadores de Toros de Lidia, que es una de las diferentes asociaciones de ganaderos que existen en la actualidad?
A. 1896.
B. 1905.
C. 1909.

3. Datos correctos de la alternativa de Stephane Fernández Meca.
A. Mont de Marsan, 25 de agosto de 1985
B. Beaucaire, 13 de abril de 1887.
C. Saint-Server, 25 de Junio de 1989.

4. La Criticá, así se llama la plaza de un pueblo del sudoeste de Madrid. ¿Cuál?
A. Villa del Prado.
B. Navas del Rey.
C. Colmenar del Arroyo.

5. ¿Quién de los hermanos Lozano fue conocido como "La muleta de Castilla"?
A. Manolo.
B. José Luis.
C. Pablo.

6. ¿Qué matador del S. XIX fue conocido como "Napoleón de los Toreros"?
A. Francisco Montes "Paquiro".
B. José Delgado "Pepe Yllo".
C. Cayetano Sanz.

7. Las fregolinas o valentinas, es un lance que se realiza con...
A. Capote.
B. Banderillas.
C. Muleta.

8. A finales de los 90, se creó un videojuego para ordenador. ¿Qué matador apadrinó el proyecto y aparece en la portada de dicho juego?
A. Enrique Ponce.
B. José Tomás.
C. "El Juli".




9. Esta plaza con un árbol en mitad de sus tendidos se encuentra en la localidad murciana de...
A. Cieza.
B. Cehegín.
C. Totana.




10. ¿A qué ganadería pertenece este hierro y divisa?
A. Martínez Benavides.
B. D. José María Aristrain.
C. Jódar y Ruchena.




1a, 2b, 3c, 4b, 5c, 6a, 7a, 8c, 9b, 10a



viernes, 22 de octubre de 2021

Chenel en el recuerdo.

Se cumple una década del fallecimiento de un torero con mayúsculas: Antonio Chenel Albadalejo, Antoñete en los carteles.

Hubo una época en Madrid en que el fútbol era algo secundario. O el baloncesto. Y otras muchas cosas. En aquellos años 80, que marcaron una manera de pensar y actuar en la sociedad española que abanderaron principalmente las generaciones más jóvenes que vivieron con intensidad aquella década, la vida giraba en torno a la Fiesta. Se hablaba de toros en el metro, en las tabernas, en la calle, en los comercios, en los medios de comunicación... y gracias al auge de la Escuela Taurina situada en la Casa de Campo, hizo sino aumentar la afición de miles de muchachos que soñaron con ser toreros y que la tauromaquia estuviese presente en la vida cotidiana de muchos madrileños. La empresa Chopera, una de las grandes casas que ha habido, gestionó durante aquellos años la catedral del toreo. Y su brillante trabajo fue el responsable de que muchos se aficionasen al arte de Cúchares. Hubo muchísimos toreros que durante esos 80 hicieron de esa década una etapa absolutamente apasionante en la historia de la Fiesta pero hubo uno de Madrid fue el que de verdad movió a aquellas masas de aficionados: Antoñete.


Ante la Virgen de la Paloma en la capilla de Las Ventas. Momentos previos...

En aquellos movidos años, la gente salía con resaca del Rock-Ola y se iba a Las Ventas. La plaza se llenaba de "chupas de cuero" para ver al torero del Mechón. ¿Y por qué? Porque tras unos años de hastío y vulgaridad, Antoñete volvió tras unos años retirado y, como cuando a un niño que no sabe nada y empieza por aprender las vocales, volvió a la base, o sea, a enseñar a aquella afición tan severa el toreo más clásico y más puro a la vez que sencillo, sin alharacas ni excentricidades. Los rockeros, los poetas, los "punkis", los músicos, los que empezaban a interesarse por la tauromaquia, los aficionados cansados de mediocridad... vieron en Chenel el toreo de siempre. Faenas como las que hizo a Danzarín o Cantinero, fueron un bello ejemplo de lo que es torear. Él fue el faro de esa generación. Por ejemplo, Gabinete Caligari se inspiró en la tauromaquia para componer canciones y hasta "El Fari" dedicó un tema al genial torero madrileño.

"Más que macarras, ¡castizos! Íbamos a los toros". Yo voy a los toros desde que tengo siete años, me llevaba mi padre que era crítico taurino. El ambiente, ver los toros, salir de los toros, y la caña, el carajillo e invitar a una chica a los toros. 
"Estaba de moda Antoñete. Y en los ochenta, Las Ventas se llenaba de cazadoras de cuero. Te juro que venían de Rock-Ola de resaca para ir a ver a Antoñete".
Jaime Urrutia.
 

                     ...Y después de rezar, apurando el último cigarro...  Luciendo su eterno malva y oro.

Pero... ¿Por qué era tan especial? ¿Se toreaba peor o mejor que cuando no estaba Antoñete? ¿Qué tenía Chenel que no tenían los demás? No era cuestión de ser mejor o peor. Resumidamente, puedo decir que la cuestión eran sus formas, el conocimiento del animal al que daba más protagonismo etc. Antonio daba distancia, citaba al toro y cargaba la suerte en el último suspiro. Sus faenas eran cortas, pero sus muletazos eran macizos y rotundos. Su torería llenaba la plaza y su actitud, chula y castiza, enamoraba a aquella afición. Y ésta, era absolutamente fiel. Ya fueran tardes de gloria o tardes silenciosas, todos esos madrileños no se perdían ni un sólo día en el que Antonio se anunciaba en Las Ventas.


Así citaba al animal. Siempre de frente, con clasicismo, pureza y torería.  

Nació nuestro protagonista en Madrid en 1932, y con siete fue acogido en casa de su cuñado Paco Parejo, el cual era mayoral en los corrales de la plaza de Madrid, por lo que Antonio, (que por aquella época aún no era Antoñete), conoció el toreó y aprendió todo lo que Paco le enseñó. A base de ver entrenar a los toreros de aquel entonces, se le metió el gusanillo del toreo y con un saco viejo se cosió él mismo su primera muleta.

Llegó el día en el que Parejo le apuntó a la parte seria del Bombero Torero y sin apenas experiencia, dejó boquiabiertos tanto a su cuñado como a los profesionales que allí estaban por cómo toreó la becerra.  Se doctoró en Castellón con 21 años. Sus años de novillero y los primeros de matador, toreó y se curtió pero sin que nada extraordinario ocurriese. No despuntaba. En su segunda tarde en Madrid cortó tres orejas pero ni aún así conseguía despegar: cornadas, muchas lesiones, la indiferencia de los empresarios... Antoñete apenas toreaba así que pensó seriamente pasarse a la fila de los banderilleros. Hasta que llegó el año 1965 y el 8 de agosto le corta dos orejas a Flor de Malva, un toro de Félix Cameno en Madrid. Un año después, en la feria de San Isidro, bordó el toreo con Atrevido, un animal de Osborne. Si no fuera porque no acertó con la espada, habría cortado el rabo. Está considerada como una de las grandes faenas en la historia de la plaza de la calle de Alcalá. Volvió el infortunio, pues la mala suerte se cebó con él. Siguieron unos años sin historia y en 1975 tras matar discretamente seis toros de Sánchez Fabrés en Las Ventas tomó la decisión de retirarse. Viajó a Venezuela y gracias a unos ganaderos que le acogieron, se recuperó anímicamente tras esos años sin apenas éxitos y empezó a coger sustituciones de las figuras españolas cuando no podían torear en aquellas plazas por los motivos que fueren. 


La media verónica a Atrevido. Así remataba Chenel el principal lance de capa.
Legendario trasteo conocido como "la faena al toro blanco".

Sus triunfos en ultramar resonaban con fuerza en la Madre Patria y regresó en 1981. Aquel mismo año hizo el paseíllo en la Villa y Corte dejando retales de buen toreo. En 1982 su carrera comenzó, por fin, a despegar: le cortó dos orejas a Danzarín de Garzón y la crítica fue unánime. La afición se rindió al torero. El 7 de junio de 1985, tras tres años sin grandes triunfos en la capital, vuelve a dictar una lección. Le cortó las dos a Cantinero, de la misma ganadería que Danzarín y tras ese triunfo, se retiró brevemente. Siguió toreando un año después pero sin dejar faenas estelares. Aún así, movía masas de aficionados. En el 88 firmó su última gran actuación en el coso venteño con un toro de D. Álvaro Domecq llamado Siestecita y no volvió a torear en Madrid. Durante aquella década, toreaba cuatro y hasta cinco tardes en el ruedo capitalino por temporada.

                                          

                                   Natural a Cantinero. 7 de junio del 85. Ese día cortó tres orejas.

Diez años más tarde, exactamente en junio del 98, el día de San Juan y para celebrar su sexagésimo sexto cumpleaños hizo un regalo inolvidable a la afición: abrió Las Ventas y mató dos toros altruistamente. En agosto del año siguiente dejó muletazos para el recuerdo en Antequera en una tarde que se intuía insuperable pues toreó con Curro Romero y Rafael de Paula. Y ese mismo otoño, en Jaén, volvió a reverdecer laureles obsequiando a los jiennenses dos obras inigualables. Su delicado estado de salud, sumado a dos pulmones que rebosaban nicotina, dijo basta en Burgos de 2001. En mitad del festejo, tuvo que ser atendido por problemas respiratorios. Dejó de impartir cátedra en los ruedos pero siguió haciéndolo en televisión. Fiel compañero de Manuel Molés en Canal Plus, deleitó durante los 90 (mientras seguía en activo) y 2000 a los abonados a este canal privado. Hablaba poco pero cuando lo hacía dejaba enseñanzas que seguramente nadie olvida. No fue figura, como tampoco fue un torero de muchos festejos y altos datos numéricos. Fue algo más que figura del toreo, tiene Chenel otro título que reciben esos matadores que por su personalidad y carisma atraen a los aficionados: torero de culto. Ser figura puede serlo cualquiera, pero ser un torero que marque una época y quede en el recuerdo de generaciones posteriores, es mucho más difícil. Él lo es. 

En Madrid toreó un total de ochenta tardes: setenta y siete como matador y tres como novillero. Cortó 32 orejas. Salió siete veces por la puerta grande.

Pero el resumen de este sencillo recuerdo podría ser este vídeo: sus tardes más gloriosas, faenas legendarias... Media horilla de felicidad. Disfrútenlo. 


 
DESCANSE EN PAZ, TORERO



jueves, 14 de octubre de 2021

Breves apuntes de Madrid (III).

Cerramos la última sesión de toros con la corrida que fuera suspendida por la lluvia y que estaba programada como el primer festejo de la feria de Otoño: viernes 8, toros de Jandilla y Victoriano del Río para Diego Urdiales (verde y oro), José María Manzanares (marino y oro) y Paco Ureña (negro y oro). 

Urdiales sin suerte. El riojano llegaba a Madrid tras cortar dos orejas en Sevilla pero poco pudo hacer en esta ocasión con los toros que le tocaron. Saludó una ovación Josemari tras una faena llena de pases y más pases. ¡Qué aburrimiento! Y lo mismo en el quinto. JMM no se hizo con el animal y eso que era un toro de lío gordo. El toro era exigente y por ello, como figura que es, tenía que haber intentado el alicantino un esfuerzo. No quiso. Pudo, pero no. Y Ureña, al que creo que pudo hacer algo más de lo que hizo en el tercero, no pudo, e inédito ante el sexto. Vi al murciano desubicado y sin ideas. Tras un gran año 2019, no ha sabido mantener esa línea. Hay que espabilar. 

Entre las cuadrillas destacaron Daniel Duarte y Óscar Bernal.


El sábado 9, en vez de acudir a Las Ventas, me fui a Villa del Prado. Se celebraba el último festejo de certamen llamado Copa Chenel, en la que han participado toreros que no frecuentan las grandes ferias y que independientemente de su juventud o madurez han dejado constancia de que hay en el escalafón toreros de sobra para hacer carteles de interés para el aficionado. Y en cuanto al ganado, variedad de encastes: Domecq, Santa Coloma, Veragua, Atanasio, Martínez... En esta ocasión Sánchez Vara (gris plomo y oro), Paulita (rosa y oro) y Miguel de Pablo (rosa y oro) torearon tres toros de Hermanos Quintas y tres de Partido de Resina. Correctos de presentación pero con las fuerzas justitas.

Una corrida en la que en general los tres toreros manejaron con acierto el capote. Las verónicas más pintureras fue las que dio Paulita. Sánchez Vara lidió un primer animal de Quintas de buena condición. Empujó con brío al peto y con calidad por el pitón izquierdo. No estuvo a la altura el manchego. Cortó un oreja vergonzosa. Ante el cuarto, de PR, a punto estuvo de cortarle otra oreja. Menos mal que el presidente se puso serio. Una faena en que la hubo mando y dominio pero estuvo despegado y sin ajuste. Paulita pechó en primer lugar ante un animal sin fuerza al que toreó muy pinturero el diestro aragonés. Recibió un tremendo porrazo en el quinto y por el esfuerzo y ganas ante un animal de nobleza y clase, a pesar de estar mellado tras la escalofriante voltereta, cortó otra oreja. Miguel de Pablo se las vio con un descastado tercero al que toreó con gusto y decoro. Cerró la tarde ante un animal que no dio ninguna opción. Una tarde marcada por el pésimo uso de la espada por parte de los toreros y de los nefastos puyazos por parte de los picadores. 

José Mora saludó por sus pares de banderillas en el primero. 

Tras haber acabado las rondas clasificatorias, los carteles restantes son los siguientes:

Sábado 16 de octubre: Valdemorillo. Primera semifinal con toros de Zacarías Moreno y Prieto de la Cal para Fernando Adrián, Jesús Enrique Colombo y Jorge Isiegas. 
Domingo 17 de octubre: San Agustín de Guadalix. Segunda semifinal con toros de D. Celestino Cuadri y Rehuelga para Fernando Robleño, Paulita y Tomás Angulo.
Final: sábado 23 de octubre. Cadalso de los Vidrios. Toros de José Vázquez y Adolfo Martín.

Brevemente, aunque no fui a Madrid, se lidiaron erales de Jandilla para los finalistas del certamen para alumnos de las escuelas taurinas madrileñas, Camino hacia Las Ventas, y que de igual modo, hay fases clasificatorias durante los meses estivales. Rubén Núñez, Juan Herrero y Alejandro Chicharro fueron los que torearon esta final. El triunfador fue el azteca Rubén Núñez. Lo más positivo de este festejo fue la gran respuesta del público y la cantidad de jóvenes que asistieron.


El domingo 10 aconteció la segunda tarde de Juli (negro y oro), que en esta ocasión estuvo acompañado de Miguel Ángel Perera (marino y oro) y Daniel Luque (blanco y plata) para lidiar un encierro de Santiago Domecq. Dos toros fueron rechazados y tuvieron que remendar el encierro con otros tantos animales de La Ventana de El Puerto. 

Cortó una oreja Luque. Estuvo el de Gerena valiente y dispuesto. Su lote fue áspero y complicado. Lo más significativo fueron las verónicas al tercero y una buena estocada que valió el trofeo. Julián no tuvo toros y lo poco que hizo fue insípido y sin contenido. Perera también estuvo insulso. Mató de un bajonazo al segundo y se puso pesado ante el impresentable quinto. Incomprensible que durante una de las faenas (por sosa y sin emoción) del pacense, se levantase una señora y se pusiera a cantar. Cosa que nunca ha ocurrido en Madrid y que mucha gente protestó. 

Destacó la cuadrilla de Perera toda la tarde y Juan Contreras saludó una ovación en el sexto.


Se cerró la temporada el día de la Hispanidad. Morante de la Puebla (celeste y oro), López Simón (marino y oro) y Ginés Marín (obispo y oro) estoquearon seis toros de Alcurrucén.  Sosa y descastada corrida de los Lozano pero muy bien presentada en lo que a trapío se refiere. Abrió la puerta grande Ginés ante un toro noblón, como todos sus hermanos. Madrid rugió en el sexto gracias a una faena en la que destacaron un par de enormes y largos naturales tras varios cambios de mano. Empezó el jerezano acelerado y con un toreo eléctrico pero se fue asentando y poco a poco la obra empezó a coger altura. Para mi gusto fueron extraordinarios los naturales a pies juntos y cerró el trasteo con una estocada de mala colocación, parecida a la que dio Morante al primero de la tarde. Aún así, un público extasiado pidió unas excesivas dos orejas. Fue un trasteo con muletazos que alborotaron los tendidos pero sin la rotundidad de una faena maciza de principio a fin. En resumen, fue un premio a un par de naturales excelentes y poco más. A mi juicio la faena era de una. Así que por segunda vez en su carrera cortaba dos orejas a un toro de este hierro y salía a hombros de la juventud madrileña. En su primero se las vio con un toro  con calidad pero sin apenas fuerzas. Además de esos naturales que tanto emocionaron hay que decir que el andaluz estuvo sensacional con el capote toda la tarde. 

Volvía Morante a la Villa y Corte tras un par de temporadas sin dejarse ver por el número 237 de la calle Alcalá. Dejó destellos de inmensa calidad con el capote y la muleta: verónicas, la media, el galleo por cacerinas, unos ayudados por alto y unos naturales muy buenos. Su primer toro mostró dificultades y José Antonio supo hacerle todo lo que el animal requería. Mató de un bajonazo. El público, que tenía ganas de verle triunfar, le regaló la oreja. Si su otro toro hubiese tenido un mínimo de fuerza y embestida, seguramente habría salido el sevillano por la puerta grande. La gente estaba deseando sacarle a hombros. Pero no ocurrió. El sevillano abrevió y fue silenciado. Si hubo un momento álgido en la tarde fueron las chicuelinas al tercer toro. Morante puso en pie Madrid y Ginés tuvo la osadía de replicarle. Duelo de quites para el recuerdo. Tras haber lidiado unos 90 toros en Las Ventas, el balance de Morante es de menos de diez orejas.

López Simón estuvo vulgar con el capote toda la tarde y fue arrollado en el comienzo de faena de su primer toro. Temiendo lo peor, se repuso y siguió su faena pero nada emocionante ocurrió. Mellado por el golpe, siguió y aguantó hasta que acabó el festejo. Horas después tuvo que ser operado por una cornada interna.  

Entre las cuadrillas destacaron José Chacón con el capote y Guillermo Marín, padre de Ginés, por su buen segundo puyazo al tercero de la tarde. 


lunes, 4 de octubre de 2021

Breves apuntes de Madrid (II).

Comenzó el segundo fin de semana de la feria con una novillada de D. Antonio López Gibaja. Torearon Alejandro Fermín (grana y oro), Ignacio Olmos (caña y oro) y Alejandro Adame (marino y plata). Fue otra tarde sin mucho contenido. Festejo insípido. Lo único a destacar fue el boyante tercer novillo. El resto acusaron flojedad y mansedumbre. El cuarto fue un señor toro.

Alejandro es mejicano y hermano de toreros. Es el pequeño de ellos. Joselito y Luis David ya saben lo que es torear en Madrid. Ayer se presentó el benjamín de la familia ante la cátedra venteña. Digno debut presentación del diestro azteca. El chaval, correcto con el capote estuvo inspirado pues hizo varios quites: chicuelinas, navarras, una elegantes verónicas a su primero... Se lució con unos profundos muletazos, sobre todo con la izquierda, al primero de su lote y marró con la espada. En general se mató muy mal toda la tarde. Y abúlico en el sexto. 

Olmos fue silenciado en su lote. Tenía esperanza en este toledano, pues en 2019 dejó varias tardes interesantes en las que mostró raza y valor ante novillos de diferente condición. Este viernes 1, tampoco es que tuviera un lote ideal para el triunfo pero no le vi con la ambición de días anteriores. Sobrio en sus formas, consiguió hilvanar algún decoroso derechazo al complicado segundo. Un animal que tenía peligro sobre todo por este pitón, se colaba y buscaba herir al torero tras cada muletazo. Aún así, yo creo que un esfuerzo habría valido la pena por parte del novillero. Y nada en su segundo. Otro animal sosaina y mansurrón que no dio ninguna posibilidad de lucimiento. 

Abrió cartel un extremeño. Alejandro Fermín sigue tras muchas temporadas en el escalafón de novilleros. Incomprensiblemente el presidente no devolvió al primero, un novillo blando y desrazado que se cayó varias veces. Sin sentido, Alejandro se extendió pegando muletazos y aburriendo al personal. El cuarto, que fue el toro con cuajo y remate, tras un alegre comportamiento del animal en el caballo, poco a poco a fue decayendo en la faena de muleta. Algún lucido muletazo se pudo ver pero ante un animal que pegó el bajón, Fermín abrevió. 

Entre las cuadrillas brilló Sergio Aguilar con las banderillas en el cuarto. 
 



El sábado 2 se agotó el papel. Julián López "El Juli", Emilio de Justo y Juan Ortega hicieron el paseíllo para estoquear una corrida de Garcigrande. Destacó por su buen juego el primero de la tarde. 

 El gran triunfador de la tarde fue Emilio. Volvió a salir a hombros por segunda vez consecutiva en esta temporada ya que lo consiguió el pasado mes de julio. Por ese motivo se le sacó a saludar al romper el paseíllo; quiso Emilio sacar a sus compañeros a responder la ovación pero ellos declinaron, honrado detalle pues Julián y Juan no tenían motivos para ello. Emilio es el triunfador del año: dos puertas grandes en Madrid y otra en Sevilla tras un faenón premiado con las dos orejas son algunos de sus hitos más importantes de esta temporada. Puso a Madrid en pie con un toreo entregado y de verdad. En las primeras tandas fue poco a poco haciéndose con el toro y a medida que avanzaba la faena, las series de muletazos subían de intensidad. A pesar de las pegas del peso y el tamaño de los toros que repite una y otra Emilio Muñoz en las cámaras de Movistar TV, un toro que según este torero sevillano no podía embestir, este quinto toro (que pesaba una barbaridad) se entregó y Emilio lo bordó. Por ambos lados. No falló con la tizona y rubricó la obra con una sensacional estocada. Rugió Madrid. Hubo hasta quien le pidió una incomprensible vuelta al ruedo. El toro fue noble pero no como para tal premio. Vestido de nazareno y oro salió a hombros en Madrid por tercera vez en su carrera.

El segundo torero en expectación era Juan Ortega (corinto y oro). Tras una temporada con faenas para el recuerdo, venía de Sevilla tras bordar el toreo con el capote en varias tardes. Pasaportó rápidamente a su primero y con  el sexto fue todo primor. Muletazos de muchísimos quilates, detalles enorme torería... Un toro simplón que acudía con boyantía y el sevillano le aplicó suavidad con la muleta. Una faena desestructurada en el pegó pases por todo el ruedo. Torero de gran clase pero tiene que poner ese poco que falta para enrabietarse cuando un toro le exige. 

A Juli (sangre de toro y oro) se le fue el primero. Un toro con el tenía que crujir Las Ventas pero Julián metió pico y tiró líneas. Una máxima figura como es él tenía que haber hecho mucho más de lo que hizo. A pesar de ello cortó una oreja. Tiene el de San Blas otra oportunidad pues repite tarde el próximo domingo con Daniel Luque y Miguel Ángel Perera. 

Entre las cuadrillas destacó sobre todo Iván García por sus pares de banderillas. Un detalle a resaltar es el desorden de las divisas: como es habitual que las ganaderías tengan dos o más hierros, y cada uno tenga su divisa identificativa; en el caso de Garcigrande, el segundo hierro de esta casa salmantina es Domingo Hernández. Salieron toros de DH con la divisa de Garcigrande y viceversa. Detalle que sólo se fijaron los aficionados más avezados. No sé si por distracción o dejadez de los responsables de toriles de Las Ventas pero es algo que hay no se debe volver a repetir.







El cierre de este fin de semana fue gris. Gris por la capa cárdena de los Albaserradas de Adolfo Martín y por el circo que se montó en la plaza al final del festejo. Rumores que se oían y leían las semanas previas cuando decían que Antonio Ferrera pidió seis toros por la mañana y seis por la tarde. Quizá para emular a aquella gesta que en su día hizo el gran Antonio Bienvenida en 1959 y que, tras estoquear los seis matinales, volvió a Las Ventas en la sesión vespertina para seguir su hazaña pero en el tercer toro (noveno del cómputo total) tuvo que retirarse por problemas musculares.

Lució un turquesa y oro. Los sobresalientes fueron Álvaro de la Calle (verde y oro) y Jeremi Banti (blanco y oro). A destacar la imponente presentación de los toros de Adolfo. Así fue la cosa: descastado el primero, buscaba al torero y se quedaba corto en su recorrido. Silencio. El segundo, que era serio y muy bien presentado, acudió con alegría al peto desde los medios. Ferrera plantó batalla en los bajos del tendido 3 dejando muletazos de importancia por ambos lados y detalles muy toreros en los andares y en las formas. Ovación. En el tercero, expuso Antonio ante animal que desarrolló peligro. Tras varios fallos con el acero, despachó al cárdeno animal con un espadazo monumental. Silencio. Ate el cuarto, pudo haber apostado por un par de series cortas de muletazos para aprovechar lo que tenía el animal pero no lo debió ver claro. El quinto fue un animal deslucido y de corto viaje en su embestida. Silencio también. En el sexto escuchó un aviso. Un toro que huía y no quiso saber nada del torero y su franela, al que el extremeño pegó varias tandas aceleradas y sin ningún sentido. Ferrera quiso desquitarse de una tarde sin historia y pidió el sobrero. Salió un toro de Pallarés (encaste San Coloma) y Antonio se lució con el capote. Quiso compartir el tercio de banderillas con Fernando Sánchez, Antonio Chacón y João Diego Ferreira. Cada uno clavó un par. El mejor fue Ferreira. El subalterno portugués puso a la plaza en pie. Ya en la muleta se fajó al animal en varias tandas, asentadas las zapatillas toreó con gusto pero sin rotundidad. Cortó una oreja muy pobre gracias a unos enloquecidos tendidos de sol. Una vez muerto el animal pidió un segundo sobrero pero el presidente no lo autorizó. El publico montó en cólera, e inundó el ruedo  de almohadillas mientras AF discutía con los delegados para pedir dicho sobrero. Hasta el sexto, y quitando el blando y descastado juego de los toros, AF estuvo digno y mostró ganas durante toda la tarde. Pero fue excesivo pedir esas "dos" últimas oportunidades para intentar abrir una puerta grande que a poco habría sabido. Una plaza carnavalera y circense quería sacar a su torero a hombros a toda costa. El presidente puso cordura y cortó en seco aquel espectáculo. Ya tendrá Antonio más ocasiones para triunfar en la plaza de Madrid. Ferrera estuvo desastroso con la espada. 

Segunda encerrona de Ferrera en apenas dos años. No tocaba. Si miramos la estadística, encerrarse en Madrid y triunfar con rotundidad toda la tarde, habría que remontarse al 96 en la que José Miguel Arroyo "Joselito" cortó seis orejas, al 70 en la que Paco Camino cortó siete orejas y la legendaria de Joselito "El Gallo" a principios de siglo con los toros de Martínez. Entre tanto, aunque haya habido encerronas para recordar y para olvidar, no ha habido ninguna tan rotunda y tan recordada como las mencionadas. Es imposible. Hay que ser muy buen torero y que se alinien los astros para que todo salga bien. La probabilidad de éxito es bastante baja. 

Ferrera no ha tenido su día, los que han brillado de verdad han sido las cuadrillas. Tarde para el recuerdo de João Diego Ferreira, de "Fini", de Manolo Montoliú, de Fernando Sánchez, de José Chacón... Fabulosos todos, con banderillas o con el capote. Y entre los picadores destacó Antonio Prieto por sus puyazos al segundo de la tarde. La decepción llegó con Gabin Rehabi, picador francés con premios y reconocimientos en todos los cosos galos y que muchos aficionados tenemos ganas de verle al sur de los Pirineos ya que por diferentes motivos no suele torear en plazas españolas, que yo sepa, pero picó mal y duramente al toro que le tocó en suerte. Esperé mucho más de él.






(Fotos: Las Ventas. Vídeos: el autor).



lunes, 27 de septiembre de 2021

Breves apuntes de Madrid (I).

Como ya hice en 2019, procuraré contar todo lo que pase en la plaza de Madrid. Aparte del festival del dos de mayo recordado por el toreo de capa de Julián López "El Juli", ha habido dos festejos más en el caluroso verano madrileño. Por diferentes circunstancias no lo publiqué en su momento así que los añado a los de este fin de semana. A finales de junio se lidió un encierro (al que no pude asistir) de Victorino Martín y hubo dos toros que dieron un juego interesante. Torearon Manuel Escribano (grana y oro), Sergio Serrano (caña y oro) y Fortes (azul marino y oro). Por lo que he leído, os diré que este último fue silenciado en sus dos toros. Los otros dos matadores cortaron una oreja. Si hay que destacar a un torero sería al de Albacete. Lleva Sergio una temporada excelente. Ya canté su valor y raza a finales de septiembre de 2019 y estas últimas semanas ha triunfado con rotundidad en donde ha toreado,  destacando otra tarde muy importante en la plaza de su tierra y otra en tierras de La Alcarria y precisamente, ambas, con esta misma ganadería. 




El siguiente festejo ocurrió el cuatro de julio. El domingo 4 torearon mano a mano dos toreros extremeños: Antonio Ferrera (verde y oro) y Emilio de Justo (azul rey y oro). Los toros llevaban el hierro y cintas de la ganadería madrileña de Victoriano del Río. Por su trapío y bella estampa, fue ovacionado de salida el tercer toro. Por segunda vez en su carrera, el de Torrejoncillo cruzó la puerta grande.
Cortó Emilio un total de tres orejas. A su primero, recuerdo que en la faena de muleta destacaron unos naturales a pies juntos de mucha pureza y clase. Antes, en el tercio de quites ambos matadores se picaron en quites: unas elegantes verónicas de Ferrera y unas ceñidas chicuelinas de Emilio. El viento sopló toda la tarde así que aumentó el valor de la faena de Emilio. Mostró el diestro mucha firmeza a pesar de las dificultades. La estocada fue rinconera y Madrid premió al cacereño con la primera oreja de la tarde. A mi juicio, fue un trofeo muy justito. Al cuarto, le cortó las dos orejas. Fue una faena de las que a mí me llenan. Como se dice en el argot torero: pronto y en la mano. Brevedad y rotundidad. El trasteo se cimentó básicamente en el lado derecho. Aprovechó EDJ las enclasadas embestidas de Duende y tanto los derechazos como los naturales que dio con esa misma mano pusieron a Madrid en pie. Ya sabréis que este torerazo es un as con el acero. Rubricó la obra con otro soberbio espadazo y las orejas de Duende acabaron en sus manos. Duende fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Cerró la tarde con un toro imposible pero al que, indudablemente, consiguió sacarle varias series de muletazos muy macizas. Se la jugó y metió al toro en el canasto. La gloria le esperaba. Salió a hombros ese día y volvió a hacerlo en la presente Feria de San Miguel de Sevilla ante los toros de Victorino, así que indiscutiblemente es uno de los triunfadores de esta temporada.
Su paisano Ferrera pasó desapercibido. Torero en los modos y en los lances, no le acompañó la fortuna en aquel festejo dominical. Brilló su toreó de capa al primero, unos derechazos muy profundos y poco más. Tarde más que insípida de Antonio. 

Entre las cuadrillas, destacó Antonio Chacón por sus pares de banderillas.




Después de unos meses desiertos de festejos se anunció la feria de Otoño y comenzó con un cartel estelar. El pasado viernes 24, toros de Victoriano del Río y Jandilla para Diego Urdiales, José María Manzanares y Paco Ureña. La tromba de agua que cayó a poco de empezar el festejo, hizo que se aplazase al viernes 8 de octubre. 

Al día siguiente se lidió un encierro de Fuente Ymbro. Manuel Diosleguarde (verde y oro), Isaac Fonseca (grana y oro) y Manuel Perera (fresa y oro). Los tres muchachos debutaron en la Villa y Corte.
Manuel, de Dios le Guarde (Salamanca), pechó en primer lugar ante un mansazo. Fonseca se jugó el tipo en unas impertérritas gaoneras. Como mansazo que fue este animal nada pudo hacer el salmantino. Muletazos decorosos muy jaleados y poco más. Madrid, que sigue haciendo cosas incompresibles, pidió con mucha fuerza una oreja que no era. El presidente se mantuvo en su sitio y no concedió un premio que hubiera sido completamente inmerecido. Aquí entran los banderilleros y haré un inciso. Cuando hay un faenón de los buenos y se falla con la espada, se puede dar una vuelta al ruedo, ¡para eso están! Ahora, yo que llevo bastantes temporadas viendo un gran número de festejos en Madrid, es vergonzoso la actitud de estos. Jalean y animan a los chavales a que la den, y claro, la bronca del público es esperada. En vez de ayudar, le animan a hacer algo que poco le va a reportar. Un torero tiene que saber cuando dar y cuando no dar una vuelta, o cuando salir a recibir  una ovación y cuando hacerla desde el burladero. La gran mayoría del público pitó a Diosleguarde por la exagerada vuelta al ruedo. En el cuarto, cuajó buenos muletazos que esta vez si hicieron vibrar Madrid. Este chaval tiene rodaje y oficio pues lleva un par de temporadas en el escalafón de novilleros. Abandera ese toreo sobrio y frío castellano pero cuando se pone torear, y el toro embiste con alegría y transmisión consigue sacar olés roncos en el tendido. La profundidad de sus derechazos, las tandas ligadas y sus ganas de hacer las cosas bien, amén de una gran estocada al encuentro, fueron suficientes para que, esta vez, sí atendiese el presidente la petición de oreja. 

Perera y Fonseca son dos novilleros que este año están siendo los protagonistas de la temporada. El segundo, ha sido triunfador prácticamente de todos los certámenes en los que ha participado. Este mejicano estuvo en novillero. Tiene hambre y ganas de triunfo. Quiere y puede llegar lejos. Hay que arriesgar pero sin atropellar la razón. Recibió varios porrazos escalofriantes y de todos salió indemne. Saludó una ovación ante su peligroso primero con el que se jugó el tipo. Con su segundo estuvo abúlico e indeciso. Mató de una estocada y fue silenciada su labor. 

Manuel Perera, que también está dando mucho que hablar, mostró una actitud exactamente igual a la de su compañero: aguerrido y batallador en su primero, pero extremadamente soso y frío en su segundo: dio infinidad de pases y ni un olé de sus seguidores consiguió sacar. 

Los novilleros deben tener actitud y ganas de triunfar, pero también es vital conocer las diferentes suertes del toreo: los dos empezaron de rodillas y recibieron volteretas al primero de sus respectivos lotes. Iniciaron con pases cambiados respetivas faenas al segundo... Y lo más habitual que se ve en todo el escalafón: Una larga tanda de derechazos para luego cambiar la muleta por la espalda y cerrar la serie con un pase de pecho con la mano zurda. Y varias faenas fueron finalizadas por manoletinas. Fotocopias. Son todos iguales. Por eso ninguna destaca. Por eso ninguno mueve gente.

Entre las cuadrillas destacó Javier Perea en el tercero con las banderillas y en el sexto con el capote.


                            


Cerramos este primer fin de semana de Feria con un nuevo encierro de Victorino. Se acartelaron López Chaves (caldero y oro), Alberto Lamelas (malva y oro) y Jesús Enrique Colombo (marino y oro).
Petardo de Victorino. Descaste absoluto. Y desiguales de presencia. Lo que en el toreo llamamos escalera por la diferencia de trapío entre los animales de un mismo encierro. Alguno que otro era inaceptable por su presencia. El primero y el segundo fueron fuertemente pitados en el arrastre. 

En la plaza reinó el aburrimiento y la decepción. La falta de fuerza de varios toros aguó la ilusión de ver aquello que tanto se le exige a estos toros: casta y bravura. Victorino tiene mucho trabajo por delante. López Chaves lució al toro en su primero con el capote. El toro apretó en las tablas del 9 y se salió a los medios bregando con él. Y poco más. Esperaba mucho más de Domingo. Su parte negativa fue dejó castigar a sus toros duramente en el caballo. Sobre todo al cuarto. Lo masacró en varas. 

Voluntarioso estuvo el de Jaén. Alberto se fue a recibir de rodillas a sus dos toros a la puerta del chiquero. Intentó acoplarse al segundo animal y torearlo pero no pudo. Pegó algunos muletazos decorosos. Y con el quinto pecó de lo que se peca ahora en el toreo: de encimismo. Estar tan cerca del animal y agobiarle es muy negativo en muchos sentidos, y más en este encaste tan diferente a otros. De hecho una mujer en una andanada lo protestó y la gente se lo reprochó. Pero ella tenía razón. Si hubo toros que permitieron torear y lucirse con ellos, fueron precisamente los de Lamelas, así que no entendí, y cómo es que un torero tan curtido en estas lides como él no vio ese fallo. Dicen que su segundo fue un gran toro con opciones de triunfo, pero yo no lo vi así. No lo comparto. Tampoco diré que no dio opción ninguna pues no es así, pero hablar de ese toro como un toro de bandera, yo creo que es demasiado. Pero lo que si comparto con mucha gente es que perdió una ocasión de oro para dar un toque a afición y crítica. Con la espada estuvo Alberto muy desacertado.

Cerró este primer fin de semana un joven venezolano. Colombo estuvo horrible. Vulgar. Explosivo en banderillas pero sin sentido del temple ni de la torería. Los tres pares que puso en su segundo es de lo más indecoroso que haya visto a un torero banderillero en la plaza de Madrid. Y otro pecado que cometen muchos matadores: torear a todos los toros de la misma forma. Y no es así. Su lote fue insípido pero yo creo que un torero con cierto oficio podría haber hecho bastante más que lo que hizo Colombo. En vez de lidiar, de enseñar, de someter... Pasó directamente a torear por derechazos. Y en vez de torear él al toro, fue al revés. El Victorino hacía e iba por donde él quería y no por donde deseaba el matador. 

Tarde para olvidar. Y feo gesto del ganadero. En un bajo del tendido 8, respondió con chulería a las críticas de los aficionados. Ese bajeza prepotente con el que paga y da de comer a tus animales hay que convertirla en batalla con los políticos y la administración, que es la que nos pone trabas y pegas. Él verá. A Juan José Padilla, por lanzar unos besos al Tendido 7 en 2006, estuvo un par de años sin pisar Madrid. Ahí lo dejo.

          


Fotos: Las Ventas.




sábado, 25 de septiembre de 2021

Diez años sin toros.

Una afición extraordinaria. Una ciudad que llegó a tener hasta tres plazas en funcionamiento: La Barceloneta, Las Arenas (actualmente es un centro comercial) y El Sport, que posteriormente acabó convirtiéndose en la Monumental (en pie y cerrada). Pero no sólo en la Ciudad Condal bullía el toreo, pues en plazas modestas de otros puntos de Cataluña también había (y hay) afición: Olot, Gerona, Tarragona, Vic, Lloret de Mar... En aquella España de los 50 y 60, que en el extranjero nos promocionábamos como "Sun , Sand and Sea", es decir: sol, arena y mar. Empezó el auge turístico de la costa levantina. Atraídos por estos alicientes, los extranjeros se ponían ciegos de arroz y sangría mientras se tostaban al sol. Los empresarios taurinos querían llenar las plazas pero cometieron un error. Buscaban (lógicamente) el éxito económico de aquellos festejos taurinos a base de una programación que atraía a los extranjeros y al público ocasional pero en cambio echaba atrás a los aficionados habituales a esas plazas. El cántaro se llenó y acabó rebosando. Poco a poco las plazas fueron vaciándose y ese esplendor de años de vacas gordas terminó. Llegaron las vacas flacas. Pan para hoy y hambre para mañana.

 Durante esas décadas y sobre todo en las plazas principales, vieron los catalanes a las figuras de cada época: Joselito, Belmonte, Manolete, El Cordobés, Paco Camino, Puerta, Viti, Robles, Capea, Espartaco, Ponce... Y por supuesto toreros que tuvieron especial tirón y que desataron pasiones como Joaquín Bernadó, José Tomás y, sobre todo, el predilecto de aquella afición: Antonio Borrero "Chamaco". Aquel 25 de septiembre, la afición acudía tristemente a los toros: ese día, Juan Mora, José Tomás, Serafín Marín y los toros salmantinos de El Pilar, se juntaron por última vez en aquella Monumental. 

Diez años de una tropelía. Como tantas otras que se cometen en este país. Cosa que no gusta, cosa que se prohíbe. ¿No gusta una calle? Pues la cambiamos. ¿No gusta una escultura? Pues la derribamos. ¿No gusta una placa? Pues la quitamos. Todo empezó cuando allá por el año 2004 se decretó oficialmente a Barcelona como ciudad antitaurina. Constantes presiones animalistas lo consiguieron. Un gobierno vendido a estos grupos, hizo realidad el deseo de los antis. Una región que prohíbe las corridas de toros pero que autoriza los toros embolados. ¿Por qué? ¿Cuál es el motivo por el que no se puede dar lidia y muerte a un toro bajo unas reglas y preceptos en una plaza y sí se puede soltar un toro por las calles de cualquier localidad mientras arden dichas bolas céreas en cada pitón? ¿Sufrimiento animal? ¿Identidad cultural? El eterno debate si es por el primero o por el segundo. Si fuese por sufrimiento, no se realizaría ningún evento con animales, pero qué curiosidad que el primero no está autorizado y el segundo sí. Y me paro en este detalle, pues prohibida la tauromaquia no está. La familia Balañá, (dueña de la Monumental y una de las grandes casas empresariales en la historia del toreo) con negocios de naturaleza extra taurina, no quieren follones. Prefieren no dar toros y mantener su imperio que luchar contra viento y marea para que haya corridas ya que el Tribunal Constitucional suprimió aquella ley que en 2010 prohibía los festejos taurinos en suelo catalán. 

Prohibido prohibir. Ese grito que revolucionó París en mayo del 68 y posteriormente más ciudades europeas, llegó a su fin. Es gracioso porque estoy convencidísimo que los que ahora prohíben, son los que en aquel 1968 pedían libertad. Los que estaban cansados de gobernantes que según ellos no dejaban vivir en paz a nadie, son los que ahora amargan la vida a sus ciudadanos. De pedir, a prohibir. Vivimos en una dictadura. En una dictadura de redes sociales, de hacer las cosas de una determinada manera, de formas de pensar... Y una de ellas (y muy preocupante) es el animalismo. Un pensamiento llevado al lado más extremo es el que reina ahora mismo. Dictadorzuelos de tebeo dicen ayudar a los animales a base de leyes absurdas.  

Una vez leí que para ver como está España no hay más que asomarse a una plaza de toros. Y es algo realmente cierto. Un ejemplo: 2008 fue el último año de esplendor. "El Fandi" fue el que más toreó: ciento once tardes. Sí, 111. Todas la plazas daban toros. Hasta el torero más modesto pudo hacer una campaña suficientemente larga como para ingresar un dinero con el que poder mantenerse económicamente viviendo de su trabajo. En esos últimos años de bonanza había riqueza y estabilidad. En 2009 empezó la decadencia en todos los aspectos. Y en todos los ámbitos. Dicen que los toros son crueldad y que generan violencia. Lo que hay que oír.... Yo a esos les contesto que la Ciudad Condal lleva diez años sin ver toros en sus plazas y reina en sus calles la delincuencia, el paro y la miseria. Y va en aumento. Lo veo a diario en Twitter, en la prensa... La gente está harta. Un gobierno obsesionado con la independencia desde hace años como único objetivo ha obviado todo lo demás. Y a la vista está que no les importa. ¿Cómo están las plazas catalanas? Cerradas. ¿Casualidad? No lo creo. Eso sí, Barcelona es ciudad antitaurina así que los animalistas estarán felices porque ya no ven sufrimiento en el ruedo: donde reina el sufrimiento ahora es en las calles, y ya no solo de dicha localidad, si no en otros lugares de Cataluña. 

No creo que volvamos a ver toros en Cataluña. Las presiones animalistas junto al apoyo de las autoridades y sumado a la desidia de unos empresarios que no luchan para que vuelva a saltar un toro a cualquier ruedo catalán, lo impedirán.  Lo que se pierde no se recupera. Mucho debería cambiar para que esto ocurriera. 


La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos.
Don Quijote



                       

             José Tomás y Serafín Marín,
salen a hombros en la última tarde que se dieron toros en Barcelona. 
Foto: Inés Baucels.




viernes, 17 de septiembre de 2021

¿Por qué se mata al toro?

"La espada no me quita el sueño". Finito de Córdoba.

Tras escuchar una entrevista a Finito de Córdoba por sus treinta años de alternativa una de las perlas de la misma es la siguiente: el torero decía que le duele más no torear bien a un toro que matarlo bien. Enseguida pienso: ¡es ridículo! ¿Os imagináis a Cristiano Ronaldo en un partido decisivo regatear él sólo a todo el equipo rival mientras va avanzando y cuando llega al portero falla el gol? Cuando acaba el partido se acerca el periodista de turno y le pregunta por aquel fallo y éste responde: He fallado el gol pero he regateado a once rivales. Ese fallo no me quita el sueño. ¡Sería absurdo! Pues claro que se lo quita. Porque ese gol puede ser la diferencia entre una victoria y una derrota. Cristiano estará el resto de la temporada lamentando ese fallo. Así que hoy explicaré el porqué de la muerte del animal. El porqué de la muerte en el ruedo y ante la vista de todos los presentes. 

Al igual que el objetivo de un futbolista es meter goles, en el toreo es matar al animal, y siempre de una manera rápida y limpia. El toreo está reglado y controlado ministerialmente así que cada profesional taurino lleva su carné que lo certifica. Mozos de espadas, Picadores, banderilleros, toreros... Todos. En el carné de estos últimos no indica que son toreros. Indica que son matadores de novillos o de toros, según el escalafón en el que se encuentre dicho profesional. Pues esa es su profesión: matar toros.

Aunque las comparaciones son odiosas, procuro hacerlo siempre con el fin de hacer más clara una explicación así que en este artículo voy a comparar el toreo con el fútbol. Le pese a quien le pese. Muchas veces he oído que los que no están a favor de la Fiesta lo están porque no entienden que haya que matar a un animal. Y es respetable. Son de los que consideran que sería muy bueno e incluso muy positivo a nivel de "marketing" que las corridas fuesen sin sangre, como por ejemplo ocurre en California (no hay picador, las banderillas son de pega y no hay suerte de matar) y en otros estados americanos. Así se atraería a más gente. Y yo pienso: sería mentir, sería maquillar un espectáculo para conseguir más adeptos. Y lo más triste: sería faltar a la memoria de todos esos héroes que cayeron derramando su sangre en la arena de una plaza. Habrían muerto en vano. 

Recordemos brevemente que al toro se le pica para amoldarle, para templarle. Evidentemente también se le quita fuerza pero el objetivo es moldearle para una mejor embestida. Aunque se le quite fuerza, los toros se crecen ante el castigo, quieren más pelea. De ahí que el animal aunque sabe que está siendo herido, vuelve a seguir luchando. Es lo que en el argot taurino se llama casta. ( Y como otras muchas expresiones populares, de ahí viene este dicho: crecerse ante el castigo). Cuanto más encastado sea un toro, mayor emoción habrá en el tendido. Sin un adecuado puyazo el comportamiento de un animal sería ingobernable y el torero poco podría hacer.  Acto seguido se le clavan seis banderillas que poco significan y tras la faena de muleta el toro muere a espada. Si no se realizasen estos trances, el animal sería una bestia absolutamente incontrolable. 

El toreo es un rito. Es un sacrificio. Hombre y bestia salen a morir. Recordemos que el resultado de un conjunto de normas y bases que surgieron en la antigüedad han ido reglamentando el toreo a lo largo de los siglos y evolucionando hasta acabar en las corridas tal y como las conocemos hoy en día. La gente teme a la muerte. No quiere hablar de ella. Nacemos, crecemos y morimos. Es ley natural. En el toreo se recuerda que la muerte está presente. Esto no es teatro o cine. Aquí no hay decorados. 

Como ya queda explicado la profesión no es ser torero, es ser matador. Un festejo sin muerte no tendría sentido. ¿Y por qué? ¿Por qué es famoso Cristiano y no el delantero del Orense C.F.? Porque Cristiano es un tío que cada partido que juega marca un gol, y cuando tiene una racha mala goleadora, llega el partido en el que se recupera y mete cuatro goles. Es la diferencia entre un jugador que ya es historia del fútbol y uno que no lo es. En el toreo es exactamente igual. ¿Cuál es la diferencia entre una máxima figura y un torerillo del montón? Los dos pueden hacer faenas extraordinarias y torear con mucho gusto o valor, pero sin espada, no se vería quien es mejor y quién peor. El que mata bien, corta las orejas, triunfa y sale a hombros. Si eso lo hace 40 ó 50 veces en una temporada y además en las plazas importantes pues su fama será mayor. Y en un año se hace rico. ¿Un ejemplo? Roca Rey. 

Por eso no concibo un festejo sin muerte. Por honor, por respeto. Si el toreo es un combate, no puede ser que el toro vuelva a la oscuridad del chiquero tras ser toreado y atado a unos barrotes reciba el golpe final. Tiene que ser una lucha hasta el fin, y qué más lógico final que un encuentro entre hombre y bestia. El torero, preparado con un trapillo y un acero, esperará al toro para darle muerte. 

Un detalle crucial y que todos pasan por alto. ¿Te has fijado, querido lector, que cada vez que hay una desgracia en un deporte de riesgo, en un medio de transporte o en cualquier otro ámbito se trabaja para que eso no vuelva a ocurrir, y si ocurre, que los daños sean mínimos? En el toreo no, murieron recientemente FandiñoVíctor Barrio y no se hizo nada. La vida sigue. La muerte es el precio que hay que pagar en esta profesión y si no asumes que puedes morir, no tiene sentido intentarlo. Los toreros no llevan hombreras, casco, gafas... y por más cornadas que reciben en boca, ojos, ingles, vientre, muslos, cuello... no se quejan. Nadie pide medidas de seguridad. ¡Es más, es que nadie (ni aficionados ni profesionales) se lo plantea! Lo único que exigen los toreros es que cada tarde de corrida haya un equipo médico cualificado e instrumental necesario para este tipo de heridas. Y nada más. Es lo que hay y punto. Por eso pienso a veces que si se acaban las corridas con sangre, se acabó el vestido de luces y la liturgia que lo envuelve. En la película El Patriota hay una conversación entre Benjamin Martin y el general francés: Benjamin le halaga que vaya tan impecablemente preparado para la batalla a lo que el francés, con mucha elegancia, responde: "si muero, que sea bien vestido". Pues esto es igual. ¿De qué sirve lucir el oro, la plata o el azabache para hacer de un rito ancestral una pantomima moderna? Los colores, los bordados, la música, la liturgia... todo tiene un simbolismo. Si eso acaba, no tendrían sentido. La montera, la castañeta (coleta), los capotes de paseo, espadas etc acabarían todas esas joyas artesanales en un museo o en el baúl de los recuerdos y los toreros deberían (en mi opinión) ir como los jugadores de fútbol americano: protegidos hasta los dientes. El resumen es que si al toro no se le puede tocar, al torero tampoco. En caso de percance, que los seguiría habiendo, evidentemente, el que tiene las de perder es él. Una simple coz o un cabezazo pueden al torero, desde abrirle una brecha, romperle un hueso o hasta mandarle a una silla de ruedas.

Siempre se ha dicho que el toro es el único animal en la tierra que puede ganar el perdón. Y es cierto. Ningún otro animal goza de tal enorme privilegio. El objetivo de ello es que el animal indultado pase a sus hijos aquellos caracteres de morfología y comportamiento por los que se ganó la vida. Si la corridas son sin muerte, ni que decir tiene que el indulto perdería su esencia. 

Muchos dirán que en Portugal no se mata al animal. No es cierto. El toro muere, pero en la oscuridad del matadero. Tras acabar la faena el toro vuelve al corral y en ocasiones espera varias horas hasta ser trasladado a un matadero. Y por ende es más sufrimiento. Se le priva de morir en el ruedo, y por ende, de poder matar a su rival. Para mí, lo más injusto para el toro y para el ganadero: que es negar al criador ver la reacción del público mientras las mulillas arrastran al animal. La ovación o una clamorosa vuelta al ruedo tras un bravo comportamiento. Y por supuesto en Portugal los indultos carecen de sentido. Portugal es un quiero y no puedo en la tauromaquia. ¿De qué sirve torear en Portugal si no se puede matar al toro? Como no se mata no hay orejas, y en vez de este premio un torero da vueltas al ruedo. Si un torero da dos o más vueltas, podrá salir a hombros. En el resto de países cuando un torero hace una gran faena y la marra con la espada sí que da una vuelta al ruedo. Ese el sentido de una vuelta. En nuestro país vecino no.  Repito lo antes explicado, si dos toreros hacen en Lisboa dos faenas extraordinarias triunfarán y saldrán a hombros. Pero... ¿qué sentido tiene premiar algo que no ha sido culminado? Lo veo incoherente. Por eso se llama suerte suprema. Porque es el culmen, es el fin de una lidia. Grandes figuras españolas fueron contratadas para aquellos espectáculos en California pero poco a poco fueron rechazando la contratación porque vieron que era abursdo. Aunque, gracias a Dios, la situación del toreo en nuestro país vecino y aquel estado americano no es la misma, sigo sin terminar de comprender de por qué los toreros van a Portugal si no pueden ejercer su profesión en pleno. Sería como el fútbol sin goles. Si no hubiese goles, Cristiano no sería nadie. 

Así que si un torero hace una gran faena pero no la culmina con una certera estocada, todo se queda en agua de borrajas. Otro apunte. Si no se puede matar a un animal, ¿qué sentido tiene enfrentarse a él? ¿Cuántos toreros a lo largo de la historia han tenido que pechar con un animal que en de propinar faenas gloriosas han propinado quebraderos de cabeza y miedos innecesarios? A los neófitos, busquen crónicas o vídeos de dos ejemplos rápidos en "gúguel": Cazarrata y Sánchez Vara en 2016 o la corrida de 2014 de Victorino Martín. Dos tardes en los que se pasó miedo en la plaza de Madrid. Dos ejemplos de tardes en los que el terror flotaba en el ambiente. ¿Para qué va a jugarse la vida un torero si no puede matar al animal? Según eso, ¿Qué habrían hecho Sánchez Vara o los tres toreros que se enfrentaron a esa terrorífica corrida de Victorino en San Isidro 2014? Si un torero ve que un mínimo lucimiento es completamente imposible y hay un porcentaje altísimo de acabar en la enfermería, en cuanto termina el tercio de banderillas diría al presidente: no lo toreo. Si no lo puede matar.... ¿para qué se le pica? ¿Para qué se le banderillea? ¿Para qué se han jugado la vida picadores y banderilleros si al final el matador no quiere jugarse la vida (y con razón) delante de esa alimaña? 

Y por último. Si no hay muerte (en el ruedo como en Portugal), ésta seguirá teniendo lugar en un lúgubre matadero. Pero... ¿si un día la administración lo prohíbe? Si ya no se puede matar a un animal ni en un matadero, ¿Llegarían a obligar a un ganadero que recuperar su toro tras el festejo y seguir cuidándolo en la finca hasta que muera de viejo? El toro es un producto caduco y tras ser toreado, no tiene más mercado. Un ganadero tiene unos cuantos toros para cubrir un determinado número de festejos, así que si no hubiesen corridas no tendría sentido criar este animal. La cría del toro de lidia no es como quien tiene una granja de pollos que abastece de carne a todo aquel que la compra. La cría del toro bravo es una filosofía y una cultura. Para un granjero, un pollo es un producto económico y nada más. Un toro de lidia requiere atención diaria, desde que nace hasta que muere en la plaza. Cinco años de cuidados exquisitos. Y cinco años de una inmensa inversión económica. Los pocos toros que tiene un ganadero difícilmente cubren gastos. Criar esos pocos toros no sería mínimamente rentable si no hubiese festejos o mercado al que vender la carne. ¿Acabaría siendo el toro un producto gastronómico de auténtico lujo como si de caviar u otro alimento se tratase? No sé qué opinarían los ganaderos.

La Fiesta ha sobrevivido a reyes y a papas, pero ahora es diferente. Aunque el futuro que se avecina sea más negro que el carbón y la cosa pinta muy difícil, toca apretarse los machos y salir a torear. Aficionados y profesionales tienen que luchar por ello. Es crucial. Las nuevas corrientes e ideas son absolutamente implacables. Hemos pasado de una mentalidad en la que el aborto era absolutamente impensable a una legislación que te multará si talas un árbol o simplemente recoges las piñas que caen en tu jardín para la chimenea. Importa más la vida de una encina que la de un hombre. La ecología, la sostenibilidad... Han sido llevados a lo más extremo. Y los gobiernos llevan la voz cantante. Medidas ilógicas e insostenibles han sido tomadas con el fin de imponer una ideología en vez de tratar el problema de un modo sensato y razonable. Un festejo taurino es lo que es. Ni se puede maquillar, ni se puede cambiar. Por todo lo expuesto en los párrafos anteriores y por mucho más. Podrá evolucionar de muchas formas (música, vestidos, marketing, organización, reglamento...), pero el rito, lo que es en sí el transcurso de un festejo, es absolutamente intocable. El día que esto cambie, que conmigo no cuenten. Me bajaré del carro y me buscaré otra afición en la que gastar el tiempo y el dinero. Lo tengo clarísimo.


sábado, 28 de agosto de 2021

¿Lo sabes?

Hoy no podía ser menos. Os pregunto sobre uno de los grandes de la historia: Manuel Rodríguez "Manolete".


1. ¿Con qué matador mejicano tuvo una gran amistad y una fuerte rivalidad?
A. Luis Castro "El Soldado".
B. Luis Procuna.
C. Carlos Arruza. 

2. En su alternativa ocurrió una anécdota curiosa: el toro de la ceremonia tenía un nombre pero lo cambiaron y le pusieron Mirador. ¿Cómo se llamaba originalmente aquel toro?
A. Miliciano.
B. Comunista.
C. Republicano.

3. Tuvo varios coches: un Cadillac, un Mercedes y también tuvo un...
A. Citröen.
B. Hispano Suiza.
C. Buick. 

4. Abrió cuatro veces la puerta grande de Madrid: 1941, 1942, 1944 y...
A. 1945.
B. 1946.
C. 1947.

5. ¿Cómo se llamaba su madre?
A. Angustias.
B. Dolores.
C. Consuelo.

6. ¿En qué legendaria ganadería solía pasar sus inviernos para preparar la siguiente temporada?
A. Murube.
B. Antonio Pérez de San Fernando.
C. Sánchez Cobaleda.

7. ¿En qué localidad madrileña puso el único par de banderillas de su carrera?
A. Aranjuez.
B. Arganda del Rey.
C. Chinchón.

8. ¿Cuándo y dónde tomó la alternativa?
A. Málaga, 28 de agosto de 1935.
B. Córdoba, 24 de junio de 1936.
C. Sevilla, 2 de julio de 1939.

9. En 1939, le dedicaron un pasodoble que es de los más solemnes que existen. Lo compuso un extremeño llamado Pedro Orozco. ¿Cuándo se estrenó?
A. El día de San José.
B. El día de San Isidro.
C. El día de Santiago.

10. Lupe Sino era el nombre artístico de su gran amor. Realmente sus apellidos eran Bronchalo Lopesino y su nombre era...
A. Luisa.
B. Antonia.
C. Juana.




1c, 2b, 3c, 4c, 5a, 6b, 7b, 8c, 9a, 10b





viernes, 20 de agosto de 2021

Recuerdos de Céret.

Ya he comentado alguna vez que aquí puede colaborar todo aquel que quiera escribir sobre la Fiesta. En esta ocasión cuento con la aportación de Pablo Soteras. Un amigo que viajó en julio hasta Ceret (Francia) para presenciar la corrida que lidió Miguel Reta cuya ganadería se anuncia como Reta de Casta Navarra. Para que se hagan una idea, la expectación de este cartel fue como el de Morante en agosto con los toros de Prieto de la Cal. Han sido dos tardes marcadas por unas ganaderías que aunque no gozan de predicamento ante el gran público, tienen su tirón en la afición más torista. Ceret es plaza francesa pero con alma catalana. Su cercanía a la frontera hace que esta diminuta plaza sirva de refugio a los maltratados aficionados catalanes castigados por la tiranía de sus gobernantes. Fue una tarde de épica y combate.  Esta pequeña localidad gala es Tierra Santa del Torismo. Aquí, ante todo, prevalece el Rey Toro. Estas líneas hacen tener una idea más que aproximada al lector de lo que allí sucedió a los que no pudimos acudir:


Céret resonaba en nuestras cabezas de una manera lejana. Después de la expectación creada no era para menos. Meses de espera y lectura continua de historias, vídeos y demás material que pudiésemos encontrar.

Realmente Céret es una de las Mecas del Toreo. Una plaza auténtica, consagrada al Toro. Es un lugar impactante, su esencia es única, o eso pareció aquel día. Todos los elementos que rodean a la plaza, desde la banda hasta la cuadrilla de areneros o el esmero que se pone en cada detalle (burladeros, albero…).En fin, el ruedo parece el lugar perfecto para la lidia.

Por fin empezó el festejo. La seriedad que se respiró en la plaza no la he vivido ni padecido nunca- ni si quiera algo que se le parezca- en mi corta vida de aficionado. Por eso, creo que hablar desde el desconocimiento de no haber estado presente es un grave error. Y por ello, también creo que el ganadero hizo bien en no querer retransmitirla.

No faltaron críticas, sobre todo de gente que no lo presenció, o de los denominados “críticos taurinos” en los medios de masas. Cada vez tienen menos de críticos y que decir de taurinos. Que no guste a un público no significa que no tenga que aparecer. Como dijo un aficionado “ el revuelo que ha montado RETA en Twitter, no lo he visto nunca con ningún evento taurino”. Por algo será.

Salió como salió, pero como dijo el presidente de la ADAC (Asociación de Aficionados de Céret): “salió” que era lo importante. Reivindicar los encastes distintos en la lidia debería ser un deber para todos los aficionados. No hay solo una lidia, hay muchas lidias y esto también es la Fiesta. Ojalá más figuras empiecen a buscar la diferencia y la diversidad.

La emoción del día se notó en la plaza, en el aficionado. La emoción real de ver cada paso como un triunfo frente a una bestia. Una emoción cargada de tragedia y realidad.


Lo que ocurrió en Céret
Ocurrió en Céret

Con seriedad, bravura y emoción. No la emoción moderna, la emoción real, la que hacía ver la muerte en cada pase y mostraba la verdad. Porque salieron como salían los toreros de las plazas, como se despedía al soldado o se recibía al héroe. Ocurrió en el ruedo la lucha contra el tiempo. Lidiadores con la vida y la antigüedad. En una época en la que todo parecía fugaz y líquido, ocurrió en Céret.

Recién sacado de dos siglos anteriores. Siglos donde la bravura y la valentía eran virtudes. Siglos de cultura y tradición. Siglos de realidades y verdades.

Después de aquel día, todo será “después de lo de RETA...”

Ocurrió en Céret.

Lo que ocurrió en Céret.












                     Texto y fotos: Pablo Soteras.



sábado, 14 de agosto de 2021

Pequeños grandes Toreros

Los enanitos toreros llevan años y años haciendo reír a niños y mayores. El Chino Torero, El Bombero Torero, Popeye y sus enanitos marineros... Son muchas las denominaciones que han tenido. Diferentes grupos de ellos han recorrido España durante décadas de norte a sur y de este a oeste. Tristemente han ido decayendo y cada vez son menos frecuentes. Eran habituales en la programación de cualquier feria. Como ya queda dicho, escasean. Hasta no hace mucho tiempo actuaban en todos lados. "Rivalizaban" en contratos con los grandes toreros de cada época, pues eran requeridos en todos los pueblos de nuestra geografía. Estos entrañables personajes son cómicos y ante todo, son toreros. O sea, que conocen la técnica y el oficio como cualquier matador. Evidentemente su toreo es burdo y basto, ya que, al contrario de lo que digo siempre, ellos no buscan que el espectador se emocione. Ellos buscan que éste se ría. Y claro que lo consiguen. Pues ese es su trabajo. Juegos, bromas, actuaciones de todo tipo... Claro está que con una becerra de por medio. Una de las consecuencias negativas del descenso de festejos de este tipo, es que durante el rato que estaba la vaquilla de por medio, que era conocido como "la parte seria", muchísimos toreros empezaron su carrera con ellos: dando sus primeros capotazos en este espectáculo. 

Son artistas y por ende, trabajadores: tienen nómina, cobran su sueldo y cotizan como cualquier hijo de vecino. Viajan con un apoderado que les busca los contratos. 

Pero tenía que llegar y llegó. Este gobierno de absolutos ineptos ha considerado que ponerles en una plaza y hacer, lo que para estos artistas y cualquier persona es un trabajo digno y honrado, para los políticos es casi exhibirles como cuando antiguamente se exhibían en las ciudades jaulas en los circos con personas deformes debido a enfermedades o con problemas de cualquier índole. Estos toreros, ni están enfermos ni son discapacitados ni nada. Sufren acondroplasia que es lo da lugar al enanismo. Pero por ello, para mí y lo veo así, no es discapacidad. Es más, se ganan la vida jugándose el tipo con un animal bravo. ¿Es podría hacerlo una persona discapacitada? ¿De verdad hay gente con mala sangre que piensa que es inhumano este tipo de espectáculos y que lo que se busca es mostrarles para que se rían de ellos además de poner en riesgo sus vidas? ¿Los empresarios que contratan a estos toreros lo harían si fuese peligroso para ellos? Partiendo de la base que el simple hecho de enfrentarse a un animal de lidia es peligroso pero repito lo dicho: son TOREROS y por ello saben perfectamente cómo desenvolverse delante de un animal. Ni está en juego su integridad ni su salud. Y ellos mismos lo dicen: ni se sienten bichos raros, ni  humillados ni objeto de burla y mofa. Sólo quieren que les dejen en paz.  

 Ocurrió esta misma semana en Baza (Granada). Debido a fuertes presiones de la Junta de Andalucía amén del inútil ministerio de Asuntos Sociales, se consiguió que la empresa suspendiera un espectáculo cómico-taurino. Es negarles trabajar, es negarles el pan y la sal. Y si dejan de torear, ¿Qué hacemos con ellos? si en vez de hacer reír en un ruedo lo hiciesen en un teatro de variedades, ¿tendría el mismo efecto? O es porque hay animales de por medio y los de siempre (ya sean animalistas, moralistas modernos y demás pensadores progres etc) van a buscar hasta el más mínimo matiz para poner el grito en el cielo? Me paro a pensar y pongo ejemplo sencillo: Tras los juegos Olímpicos, se celebran los Paralímpicos. He oído opiniones de todos los colores: hay quien piensa que es maravilloso el tesón y capacidad de superación que muestran esos atletas o que eso sí que es dantesco y es inhumano ver, por ejemplo, a un tío sin brazos cruzar una piscina olímpica o  ver un partido de baloncesto en silla de ruedas. ¿Ahí no van a decir nada los que crean que es humillante e indignante? Hemos llegado a un momento en el que hay que trabajar en lo que otros quieran, no en lo que uno se sienta feliz: han conseguido que no haya azafatas en eventos deportivos, que estos toreros no puedan trabajar... ¿Dónde está la libertad? Vivimos en una época en la que siempre sacarán matices y buscarán excusas los defensores del buenismo para organizar la sociedad como esa gente quiera y no como uno se sienta a gusto. Es peligroso. Y dictatorial. Lo veo así. 

Son toreros, pero se ganan la vida haciendo reír. Ellos no buscan la gloria y la puerta grande. Buscan que la gente vaya a disfrutar. Cómo aquí lo he dejado claro en otras ocasiones, todo lo que sea alrededor de un animal bravo, cuenta con mi más incondicional apoyo. Es otra muestra de la rica variedad que hay en la fiesta de los toros. Vayan a verles, disfrutarán. Lleven a sus niños. Será inolvidable para ellos. 




miércoles, 11 de agosto de 2021

De Morante y su encerrona.

"Quien no ha visto toros en El Puerto no sabe lo que es un día de toros". Legendaria cita que en su día dijo el mítico Joselito El Gallo. Morante de la Puebla quiso hacer suya esta frase y se encerró con seis toros de la ganadería de Prieto de la Cal el pasado 7 de agosto en El Puerto de Santa María. Primero fueron los rumores y después la confirmación oficial. Torero, ganadero y empresario cerraron esa fecha en la citada localidad gaditana y el papel voló. Nadie quiso perderse este acontecimiento. De Andalucía, de Extremadura, de Madrid... El morantismo peregrinó hasta este rincón de España para ver a José Antonio torear en solitario un encierro de esta mítica divisa. 

No pude ir y por lo que he leído, fue un petardo. Un ganado simplón, un presidente que devolvió el quinto y sacó un sobrero inválido de Parladé (que fue peor que el titular llegando a echarse durante la faena de muleta)... Y Morante no estuvo. Unas véronicas de mucho empaque y los pares de banderillas de Joao Diego Ferreira y Fernando Sánchez, que pusieron a la plaza en pie, amén de algunos detalles más, fueron los momentos más álgidos de esa tarde. Una vez muerto el sexto, el torero cruzó el ruedo entre división de opiniones y algunas incompresibles palmas. 



 El año pasado se cumplió el centenario de la muerte del legendario Joselito el Gallo y el de La Puebla, que profesa a José una inmensa admiración quiso recordarlo de diferentes maneras pero la pandemia impidió que se celebrase el centenario con normalidad en las distintas plazas y ferias de España.

De la tarde que ahora escribo también tenía su atractivo. Esta legendaria ganadería es de sangre Veragua y sus toros son inconfundibles por ser de capa jabonera (es decir, el color blanquecino propio de las pastillas de jabón). A La Ruiza, que así se llama la finca, acudió Morante con asiduidad, y para deleite de sus seguidores, en las redes sociales se veían fotos y vídeos de tentaderos del maestro que hacían sonar más fuerte esos rumores de que el sevillano torearía estos animales.

Así que yo le doy las gracias a Morante. ¿Por qué? Por querer marcar diferencias. Por al menos, intentarlo. Acabase la tarde en triunfo o en desastre (como así ocurrió), Morante tuvo animado el cotarro las semanas anteriores. La figuras del toreo son las que tienen que tirar del carro. Y aunque se barrunte que nada pueda pasar, el simple hecho de hacerlo es algo para recordar. Y agradecer. Por eso hace días en "twitter" comenté que el runrún previo de este festejo, me hacía recordar a aquella tarde de Iván Fandiño en Madrid. También acabó mal pero el simple hecho de ver a la afición volcada los días previos fue espectacular. De esto es lo que se nutre el toreo. De tardes que levanten verdadera expectación. O por ejemplo la tarde de los toros de Reta hace unas semanas en Ceret (Francia). 

De gestas vive el toreo. Hay que mantener la ilusión y el interés. Hay que buscar la emoción. A eso vamos a una plaza, a emocionarnos. Lo digo y lo repetiré: por eso hay que exigir a las figuras. Si Roca Rey, por ejemplo, mata seis toros de Cuvillo en Valencia, estará bien, pero un mes después nadie se acuerda. Hay que hacer lo ordinario extraordinario. En esta temporada, Morante está anunciándose con todas las ganaderías: Miura en Sevilla, El Puerto de san Lorenzo en Santander, Prieto de la Cal en El Puerto de Santa María, Ana Romero en Calatayud, Paco Galache en Salamanca... Después de mucho tiempo en la comodidad, está saliéndose del guión habitual y está haciendo extraordinario lo ordinario (o lo que yo creo que debería ser lo ordinario). Y no debería ser así. Que haya un equilibrio. Que lo toree todo y en todos lados. Como han hecho las figuras a lo largo de la historia del toreo. No sé si es mucho pedir. Yo creo que no. Parece que Morante está cambiando la política de gestionar su carrera. Nunca es tarde. Ojalá dure mucho. Que el resto de figuras tomen nota.

Gracias Morante.