domingo, 30 de junio de 2019

Puerta grande de Diego Ventura y Diego Urdiales en Segovia.



Ya he comentado en varias ocasiones lo larga e intensa que ha sido esta feria de San Isidro. A pesar del atracón de toros, las ganas de ir a una plaza y sentarse en un tendido nunca faltan. Tras una excursión fallida a la feria de Zamora para ver a Morante, Julián y a José María Manzanares con toros de Daniel Ruiz, acabé pasando el fin de semana en la vertiente segoviana de la sierra de Guadarrama. Escribo estas líneas desde el Real Sitio de San Ildefonso. Así que tras mucho pensar ya que la corrida mixta es un formato de festejo que detesto profundamente, me pudieron las ganas de ir a ver a uno de mis toreros predilectos: Diego Urdiales. Por otra parte, nunca había visto toros en esta coqueta plaza y decidí acudir. Ambas capitales castellanas celebran las fiestas de San Pedro y San Pablo así que aprovecho para felicitar a aquellos lectores que se llamen así. Una vez explicado el cartel de Zamora, os cuento que en Segovia se anunció junto al ya mencionado Urdiales (grana y oro) al rejoneador Diego Ventura y al también matador Alberto López Simón (marino y oro). La ganadería de Sánchez y Sánchez llevó dos toros para el caballero hispano luso y cuatro reses de Román Sorando para lidia a pie. Terciados, sin fuerzas y parados. Dieron escaso juego tanto los de a pie como los de a caballo. Falló la materia prima. Y de la entrada hay que decir que fue pobre.
Diego Ventura vio como su primer toro manseó durante la faena. No quería saber nada del caballo y su jinete. Con tesón y esfuerzo, fue Diego encelando al animal hasta sacar varias embestidas jaleadas por el público. Tras un rejón fulminante, cortó las dos orejas.
En el cuarto se atascó con los aceros y saludó una ovación. Llevó al toro cosido a la grupa del caballo provocando la embestida dando una vuelta al anillo para parar al animal que caló en los aficionados. Se adornó en varios pares de banderillas y antes de cerrar su actuación con unos violines repitió aquello que tanto éxito le está dando: quitar las riendas al caballo y clavar a dos manos. Salió a hombros.



Por su parte, Urdiales se las vio en su primero con un animal que protestaba y siempre iba con la cara alta. Recibió al cornúpeta con un gran saludo a la verónica. Las zapatillas asentadas y el mentón hundido. La media fue muy buena. Ya en la muleta, el toro se complicó y no lo puso fácil al riojano. Cortó una oreja en una faena de intermitencias en las que brillaron varios instantes de su buen concepto. Cortó una oreja con una ridícula petición. "El Víctor" se lució con los palos en este toro. En el quinto, sacó muletazos a base de insistir en varias tandas con la mano izquierda. Es muy buen torero. Tiene una torería y una clase extraordinarias. Cortó otra oreja y acompañó a Ventura en la salida a hombros.



El madrileño López Simón venía a Segovia tras haber pasado discretamente por San Isidro. Cortó una oreja en el que el momento más destacado fue un gran toreo a la verónica. Meció con mucha suavidad y temple los vuelos llevando al toro en la bamba del capote. Y remató con una gran media belmontina. Me gustó mucho. Alargó la faena de muleta con sus acostumbrados circulares. Sin apenas toro, lo intentó el de Barajas y tras matarlo bien el presidente volvió a dar otro trofeo con una escasa petición. Creo que llegó a darle un aviso porque mostró el pañuelo blanco antes de que rodase el toro pero el clarinero no lo debió ver. Saludó una ovación en el último que fue un toro que apenas dio posibilidades y se marchó a pie de la plaza.


Y finalizo esta crónica comentando que se me hizo pesada la corrida. Dos horas y media largas de festejo. Hay que ir más ligero en las vueltas al ruedo. No se puede parar cada dos metros para devolver sombreros y chaquetas a los espectadores y como se rastrilla cada vez que actúa el rejoneador y los areneros no daban abasto, se metió un coche para agilizar el acondicionado del ruedo. Otro detalle que retrasa una tarde de toros es la cantidad de tiempo que se pierde cada vez que se devuelve una res. El quinto estaba inválido y el presidente asomó el moquero verde. Los bueyes no son efectivos y los responsables de los mismos hacen lo que pueden. Cada vez que esto ocurre en cualquier plaza de toros, me acuerdo de la eficacia de Florito en los corrales venteños.

(Fotos: el autor)

martes, 18 de junio de 2019

Berrendo en patxaran, la demencial Beneficencia y la gloria de Paco Ureña.

Parece que fue ayer cuando le montamos la mundial a De Villa Parro por regalar al señor Miguel Ángel Perera su sexta puerta grande y de eso fue hace un mes. Olvidada estaba hasta que la recordé en este resumen. Estas líneas las escribí el pasado jueves 13.
El lunes 10 torearon un encierro de El Ventorrillo los matadores Eugenio de Mora  (azul pavo y oro), Sebastián Ritter (azul y oro) y Francisco José Espada (blanco y plata). Entre el calor y lo tranquilos que estábamos en la grada, empecé la tertulia con mis amigos y cuando me quise dar cuenta eran las nueve de la tarde y acababan de arrastrar al quinto. Tenía un compromiso familiar y me fui. Me contaron que ese último toro lo mató Eugenio porque Ritter cayó herido y acabó en la enfermería. Lo toreó muy bien y lo crujió de una gran estocada. Con ésta, ya son dieciséis las que ha cortado el veterano toledano en la plaza de Madrid. Y deseo pronta recuperación al joven colombiano. 

                        

                        

Llegó el día grande, no por nada en especial, sino porque organizamos merendola. Tradición que mantenemos hace alguna que otra feria y menos algún caso puntual, no suele fallar nadie. Y como sabemos que era un día tranquilo en la que nuestra grada no se iba a llenar, sumando el interés que tenía el cartel de ese martes días 11, pues decidimos hacerla ese día. Os puedo comentar que merendamos palmeras de Viena Capellanes, otro llevó mantecados de su pueblo entre otros dulces y de salado siempre hay picos con chorizo, lomo y queso. Servidor aportó unas aceitunas aliñadas que no llegué ni a probar. Me las birlaron y cuando me quise dar cuenta, estaba la caja vacía. Si embutidos por aquí, si pastelitos por allá, el festejo se me pasó volando. Os voy a dar envidia ya que la guinda de la merienda lo puso el gran Joseba, que se abonó este año gracias a un miembro del grupo y como buen navarro nos convidó a un patxarán casero que fabrica su familia. Delicioso. 
Y ya hablando del festejo... Pues creo que recordar que se lidió un toro de bandera que pertenecía a la ganadería de Valdellán. Y me lo perdí. Le tocó en suerte a Cristian Escribano (turquesa y oro) en tercer lugar y en una opinión general de todos con los que hablé al acabar el festejo, no estuvo el toricantano a la altura de tan brava res. Fortísima ovación al animal en el arrastre con petición de vuelta al ruedo en algunos tendidos. Posiblemente uno de los toros de la feria. De nombre Carasucia y 590 kg.
Vi muy firme a Fernando Robleño (grana y azabache) que con los aceros estuvo muy bien y de Iván Vicente (grana y oro) tengo que decir que le vi desubicado y sin ideas. 


                            

                            

Tras la tranquila y agradable tarde que disfrutamos el martes 11, volvimos a nuestra plaza al día siguiente para presenciar la Extraordinaria Corrida de Beneficencia. Yo no sé que tiene que de extraordinaria, pues toda la vida solía estar compuesta por los tres toreros más destacados del mes y este año, el "Monsieur Pgodugtog" imitando otras ferias nos metió un caballo. Rejoneó Diego Ventura.
También hay que decir que los toreros suelen donar sus honorarios y desde Morante en 2007, nadie ha vuelto a jugarse la vida desinteresadamente por alguna causa en tal festejo. Muy preocupante idea la de hacer corridas mixtas. ¿Por qué? Yo pienso que es una manera de hacer algo que atraiga e intentar meter gente pero sin sentido ni justificación. Tras Sevilla y Madrid, se verán muchas a lo largo de esta temporada. Que en una corrida de tal importancia nos cuelen caballitos es lamentable. Otra golfada de los empresarios. No puede ser que en Madrid y en la nombrada corrida más importante se organice tal cartel. Si lo hiciesen otro día y con otro cartel de menos relumbrón... podría pasar. Así que decidí entrar en el segundo toro para ver a "El Juli".
Y la otra cuestión es el público de rejones respecto al de a pie, (radicalmente opuestos) que si los juntamos en un día de no hay billetes con las figuras toreando, pues el resultado es bomba de relojería. En otras plazas lo desconozco, pero en Madrid se ha puesto de moda en los toros gritar ¡Viva España! y si acuden Don Felipe VI o Don Juan Carlos, pues gritar ¡Viva el Rey!; y qué casualidad pero los días de toreros modestos o novilladas de verano y otoño, nunca hay problemas. Es llegar las figuras y sus seguidores abarrotan la plaza intentando disputarse el premio al tío más coñazo. Y está reñido, los jurados lo tendrán difícil al final de la feria. Todos buscan su momento de gloria berreando por la Patria. Puedes dar la lata toda la tarde gritando loas a España pero si protestas porque el torero lo está haciendo mal o está fuera de sitio, se encaran contigo los tres tendidos de sol gritándote que respetes porque al tío que se está jugando la vida. Luego se irán a Pamplona por San Fermín a comer lentejas, a tirarse vino y a bailar La chica ye yé durante la corrida, pero ahí no pasa nada. Es su fiesta y hay que respetarlo. ¡Con dos narices! Lo de ayer fue demencial, en mi opinión no hay sentimiento patriótico, sino un deseo de ser el más becerro y el más voceras. Por otra parte, tras una época en la que te llaman facha por llevar cualquier cosa que tenga la bandera de España, el toreo se ha convertido en ese reducto en el que se puede exclamar con libertad los viva a España. Y llegó el momento en que una señora gritó ¡Viva la República! y se formó la marimonera. Urdiales delante del animal y el monarca desde el palco. A saber que pensarían. Todo el mundo dice que los toros no son política, pero luego se chilla algo que no gusta y los cabestros del sol montan la bulla. Se cuenta que en la tauromaquia es de los pocos lugares que quedan en los que se puede opinar con libertad, pero claro, siempre que chilles algo que agrade, porque de lo contrario, caerán palos.
Inaguantable tarde en la que El Juli (grana y oro) se puso con el jabonero de Cuvillo que le tocó en suerte, animal suave y flojo al que Julián midió mucho sacando de un pozo donde no había nada. Diego Urdiales (sangre de toro y azabache) dejó muletazos de buen toreo. En el tercero ligó varias tandas a un toro con con genio templando y mandando en la embestida del animal. Ventura cortó un trofeo.

                        

                       


                         

(Fotos: Las Ventas y Casa Real). 


El jueves 13 lidió su última corrida como ganadero en Madrid Fernando Cuadri, cuyos toros anuncia con el nombre de Celestino Cuadri. En torno a 17.000 personas asistieron según la empresa. La corrida fue masacrada en el caballo y poco juego dieron en los dos restantes tercios. Vacía de casta y raza, sosos y parados, no pudieron ofrecer a su propietario un final mejor. De imponente presentación el sexto.
De la terna me quedo con Domingo López Chaves (salmón y oro).  Mostró una buena imagen en el quinto. Un toro que tuvo algo de gas pero el salmantino lo vio tarde. Al final aprovechó las embestidas que el toro le propinó por el pitón izquierdo. Rafaelillo (grana y oro) y Octavio Chacón (caña y oro) pasaron de puntillas por Madrid. Chacón estuvo desdibujado y no se le vio con la ambición de tardes anteriores.
Recibió Jesús Talaván una ovación tras un gran par de banderillas. Así opinaba el ganadero tras finalizar el festejo.








(Fotos: Las Ventas y Alvarado)

El viernes 14 terminó San Isidro. Aunque aún quedan la Cultura y la Prensa, éstas estaban programadas fuera de abono. Petardo de Fuente Ymbro que es la ganadería que más ha venido desde marzo. Y posiblemente vuelva en Otoño. Un descanso a los toros de Gallardo es algo que no vendría mal.
Uno de los días más insulsos de la feria. Quitando a Morenito de Aranda (botella y oro) que algo pudo hacer, Pepe Moral (turquesa y oro) tuvo otra tarde para olvidar y José Garrido (grana y oro) que se lució en unas vistosas chicuelinas, estuvo a punto de ver como el sexto le iba al corral. Otro torero que ha pasado en silencio por Madrid a pesar de tener varias oportunidades.
16,000 espectadores.

                        

                       


Aburrida y pesada se me ha hecho esta última semana. Mis amigos son testigos de ello. Estos siete días sobraban en el programa. Aún quedaban dos jornadas de expectación en los que se agotó el papel.
El sábado 15, Corrida de la Cultura, nuevo término inventado por Simón Casas,  torearon junto a Roca Rey (negro y oro) el francés Sebastián Castella (negro y oro) y el murciano Paco Ureña (salmón y oro). Victoriano del Río trajo desde Guadalix de la Sierra una corrida mal presentada y de flojo comportamiento. Francés y peruano pasaron de puntillas. Uno sin suerte en su lote y el segundo sin la ambición ni ganas de tardes anteriores. Pobre paso por Madrid de Sebastián.
El gran triunfador fue Paco Ureña. Tocó pelo y salió a hombros. Dos faenas intensas con los toros más potables del encierro permitieron al lorquino saborear la gloria por primera vez en su carrera de cruzar en volandas ese arco mudéjar. Paco estuvo sensacional.  En su primer toro recibió un golpe que le dejó melladas varias costillas y tras matar se marchó a ponerse en manos del equipo médico. Tras barruntarse una posible fractura salió a enfrentarse al último.
 Lo bordó con el capote toda la tarde: se picó con Andrés en un tercio de quites muy emotivo y con la muleta inició magistralmente la faena al sexto cuajando al toro por ambos pitones. Las tandas al natural fueron templadas, muy puras y llevando al toro hasta detrás de la cadera. Tras una gran estocada, el toro tardó en caer. La emoción de la faena hizo que el público le pidiese las dos orejas.

                           
                     

                           

                            

(Fotos: Víctor Luengo, Las Ventas y Valdivielso)

El domingo 16 se celebró la Corrida de la Asociación de la Prensa. Cerramos feria con un cartel que iba ganando expectación a medida que pasaban las semanas. Las ganas de ver a Pablo Aguado (sangre de toro y oro) hicieron que muchos acudieran a la plaza para presenciar este festejo dominical. López Simón (marino y oro) y "El Fandi" (obispo y oro) cerraban el cartel. Tras un paso muy interesante por Sevilla, los toros andaluces de Santi Domecq pusieron el broche ganadero a este San Isidro 2019. Destacó sobre todo el sexto, de nombre Zahareño.
Insulso y sin contenido fue el trasteo de Alberto y en cuanto al granadino, bulló a la plaza con sus acostumbrados pares de banderillas. Hay que mencionar que David es un torero que con la capa anda muy bien y el domingo lo demostró en Madrid.
Pablo Aguado recibió una grave cornada en su primero y ahí acabó su ilusionante paso por Las Ventas. Dejó muletazos muy reposados meciendo la embestida del Domecq.
Entre los de plata debo destacar el gran puyazo de Manuel Jesús Bernal al ya mencionado Zahareño.








Este es el veredicto del jurado tras fallar los premios:
Triunfador de la Feria: Paco Ureña.
Mejor faena: Antonio Ferrera, al 1º de Zalduendo.
Mejor novillero: Fernando Plaza.
Mejor rejoneador: Hermoso de Mendoza.
Torero revelación: David de Miranda.
Mejor estocada: Román.
Mejor picador: Juan Francisco Peña.
Mejor brega: Iván García.
Mejor banderillero: Fernando Sánchez.
Mejor toro: "Despreciado" de Juan Pedro Domecq.
Mejor ganadería: Adolfo Martín.
Pues aquí acaba esta larguísima feria. En Madrid sigue habiendo toros y os lo contaré, los próximos carteles ya están cerrados. Se acabaron los borrachos y los agotadores ¡Viva España! Los dos últimos domingos de junio a las siete de la tarde están acartelados los siguientes matadores:
Día 23. Toros de Dolores Aguirre para Alberto Lamelas, Cristian Escribano y Gómez del Pilar.
Día 30. Toros de Partido de Resina para Marc Serrano, Sánchez Vara y la confirmación de Miguel de Pablo.

Esperando que os haya gustado y que hayáis disfrutado de estas líneas, mando un saludo a mi lectores.







lunes, 17 de junio de 2019

Mis estocadas de San Isidro.

La suerte suprema es el momento culmen de un festejo. Sin muerte del toro en la arena, esto no tendría ningún sentido. Os dejo algunas de las mejores estocadas de esta recién finalizada feria de San Isidro.

 Luis David. Toro de Montalvo. Sábado 18 de mayo.

              


Ginés Marín. Toro de Montalvo. Sábado 18 de mayo.

             
  

Roca Rey. Toro de Parladé. Miércoles 22 de mayo.





Paco Ureña. Toro de Juan Pedro Domecq. Viernes 24 de mayo.

                     


Román. Toro de Adolfo Martín. Jueves 30 de mayo.

                      


Antonio Ferrera. Toro de Zalduendo. Sábado 1 de junio.




Diego Urdiales. Toro de Alcurrucén. Viernes 7 de junio.




Román. Toro de Baltasar Ibán. Domingo 9 de junio.




Eugenio de Mora. Toro de El Ventorrillo. Lunes 10 de junio.




Paco Ureña. Toro de Victoriano del Río. Sábado 15 de junio.




(Fotos: Las Ventas, Alvarado, Ana Escribano y Javier Arroyo)

lunes, 10 de junio de 2019

Ginés Marín, una estocada de Diego Urdiales y la grandeza de Román.

Esto no acaba, se hace demasiado largo. Tras dos semanas de toros, es mirar al calendario y ver que hasta el 16 de junio, tenemos los aficionados una cita cada tarde en el duro granito de Las Ventas. Acabada la intensa semana cárdena, el domingo de rejones nos dimos un merecido descanso. Os comento que hubo puerta grande de Leonardo Hernández tras cortar una oreja a cada uno de sus toros. La décima en su carrera. Como vengo haciendo estos días, os enlazo al resumen del festejo por si es de vuestro interés.
Arrancamos la tercera semana de Feria el lunes 3 con una novillada de la ganadería de Fuente Ymbro. Cartel internacional de jóvenes promesas: el portugués de Monforte, João Silva "Juanito" (purísima y oro); el mejicano de Querétaro Diego San Román (lila y oro) y el torero patrio nacido en Salamanca, Antonio Grande (blanco y oro). La novillada de presentación estuvo correcta, sobre todo destacó el último y de juego el que más opciones dio fue el segundo novillo de nombre Hostelero. También habría que mencionar al cuarto pero durante la faena de muleta se rajó y manseó. 16.500 espectadores pasaron por taquilla.
Tarde insípida en la que destacó el valor del mejicano. Se mantuvo firme y muy dispuesto. Su primero utrero, que era manso y con peligro, en vez de lidiar con él y meterse se puso a torear bonito cuando el animal requería gobierno en vez de belleza. Recibió un palizón de espanto durante la faena de muleta, pero gracias a la providencia, nada grave ocurrió. Después de haber leído opiniones interesantes sobre Antonio, tenía ganas de ver a este salmantino. Nada que contar. No fue su día y con el acero estuvo desacertado. Juanito, lidió en en primer lugar un novillo que acusó genio en el caballo y la muleta mostró alguna opción. El viento le molestó en el cuarto y tras una estocada honda, saludó una ovación.

                    

                     
             
                    

El martes 4 llegó desde Albacete un encierro de Las Ramblas para Morenito de Aranda (negro y plata), Juan del Álamo (blanco y plata) y Tomás Campos (marino y oro). Con 12.000 espectadores, posiblemente ésta ha sido la entrada más pobre en lo que llevamos de feria. El viento molestó todo el festejo complicando las cosas a los toreros.
Tarde aburrida en la que los mansodontes de Daniel Martínez decepcionaron por su juego. Lo que tuvo de cara, faltó en casta. El único toro con opciones le correspondió a Juan en segundo lugar. Le vi un poco acelerado. Entrada la faena ligó varias tandas por el lado derecho. Le vi un poco desordenado en el planteamiento de faena que le hizo a esta res. Este animal tenía movilidad pero salía suelto de cada muletazo. Un toro simplón que iba y venía. Leves palmas tras matar al toro.
El burgalés de Aranda de Duero es un torero de corte clásico y suele firmar destellos de buen toreo, pero en esta ocasión no vi absolutamente nada a Morenito, y Tomás, que en junio destacó en su presentación, quiso pero poco pudo. Dos sustos se llevó que dejó helada a la plaza pero se libró gracias a las mansedumbre de su oponente. Algunos naturales sueltos y poco más.
Me gustaron con las banderillas Manuel Rodríguez "Mambrú" en el segundo de la tarde y "El Víctor" en el tercero.


                     

                     


Otra jornada interesante con 21.790 espectadores en los tendidos. Avanza la feria y estamos teniendo días con buenas entradas. Este miércoles día 5 llegaron desde Alaraz los toros salmantinos de Garcigrande y Domingo Hernández. En el cartel estaban anunciados Sebastián Castella (tabaco y oro), Álvaro Lorenzo (tabaco y oro) y Ginés Marín (sangre de toro y plata). El toro más notable fue el tercero, de nombre Poeta. Tuvo nobleza y movilidad.
Abrió la tarde un zambombo de Buenavista para Castella que remendaba a unos los toros titulares. Fue éste un animal parado y el francés poco pudo hacer. En el cuarto se lució con las banderillas José Chacón. Animal descastado y el galo no perdió el tiempo, tras probarlo una serie se marchó por el acero y fue silenciado.
Ya hablé el viernes sobre Lorenzo. Le quedaban dos cartuchos y no convenció. Silenciado en su lote. Con el capote pegó un buen ramillete de verónicas. En las banderillas se lucieron Alberto Zayas y Rafael González. Ligó varios derechazos en unas series aseadas. La faena iba de más a menos. Perdió la muleta tras dos enganchones. Ni fu ni fa en el quinto. Feria para olvidar del diestro toledano.
El jerezano Ginés Marín Sigue redondeando la buena feria que está echando. Se las vio con el ya mencionado Poeta que vino un poco justo de presentación. En el caballo empujó al peto. El toro iba franco y con recorrido. Ginés se adornó en el comienzo de la faena con unos detalles muy toreros. Más tarde recetó al animal varias series de derechazos con la franela planchadita y encandenando unos cadenciosos muletazos. Con la izquierda bajó un poco la faena. A medida que avanzaba ésta, decaía la intensidad del trasteo. Aún así se animó a dar un cierre por bajo muy rotundo y tras un gran espadazo, tocó pelo.

                         

 En el sexto toreó con pureza y ligazón al natural. Un torero que sabe estar bien colocado y corre la mano mandando en la embestida del toro. Al rematar cada serie se alejaba del toro y lo citaba en largo. Cerró con unas bernadinas. Tras un pinchazo y una estocada levemente caída, el presidente D. José Magán no concedió la oreja que sumada a la de su primero, le habría abierto de par en par la puerta grande al diestro andaluz. Tras una merecida vuelta al ruedo, dio otra por su cuenta que no venía a cuento. Bien el presidente. Rajó de él en los micrófonos, pero señores, esto es Madrid y aunque haya mayoría de petición, el presidente puede negarse siempre velando por la seriedad de la plaza. Con esas dos orejas habría sido un triunfo muy barato. Los que le vimos con Barberillo de Alcurrucén hace dos años, sabemos de sobra la capacidad de este chaval. Como toree el viernes 7 como lo hizo aquel día, será día grande.

                         


El jueves 6 tocaba nuevo encierro salmantino, en este caso los toros de El Puerto de San Lorenzo pertenecientes a la familia Fraile. Anodina tarde en la que esperábamos que Antonio Ferrera (marino y oro) entrara en éxtasis como lo hizo el sábado pero no surgió la improvisación debido al paupérrimo juego de los toros y al vendaval que sopló esa tarde. Cerraron la terna Miguel Ángel Perera (blanco y plata) que volvía a Madrid tras su puerta grande el día del santo y Alberto López Simón (gris perla y oro). 22.310 personas.
Bueyada lisarnasia en la que el tercero de la corrida fue aplaudido en el arrastre. Tarde en la que destacaron Fernando Sánchez en el primero y Curro Javier en el segundo con las banderillas. Antonio Ferrera movió el capote con imaginación ante el cuarto en una especie de tijerillas, quite inventado recientemente por Juan Bautista en el campo y llamado arlesina en honor a la ciudad natal de éste último. En el tercio de varas toreó por caleserinas para sacar al toro del caballo.

                          

 Perera fue silenciado en su lote y López Simón recibió un porrazo toreando por bernadinas (abajo en las fotos: se coge la muleta con la mano derecha sujetando el palillo y la espada y con la izquierda se agarra el extremo de la misma pasando el toro por debajo), suerte de muleta que cada vez está más de moda pues varios toreros lo han hecho en lo que llevamos de feria y que no siempre debería usarse atendiendo a las condiciones del animal. La nota curiosa la puso el diestro de Barajas cuando entró a matar al tercero. Al llegar a la jurisdicción del animal tiraba la muleta y se frenaba, lo hizo varias veces y pinchó otras cuantas. Como si tuviese miedo o no se mostrara seguro. Jamás he visto a un torero realizar al suerte suprema de la manera en la que lo hizo ayer Alberto. Le quedan al madrileño dos toros más el domingo 16.

                            

                            

El viernes 7 volvían a torear Antonio Ferrera (purísima y oro) y Ginés Marín (verde y oro). Diego Urdiales (gris y oro) cerraba la terna. Un cartel ilusionante, pues los tres toreros saben de sobra lo que es escuchar los olés de Madrid. Por segunda vez, volvían los toros de la ganadería de Alcurrucén. Mala corrida de la familia Lozano. Esperábamos mucho más. 22.400 espectadores.

Lo mejor del festejo aconteció en el primer toro. Sacó genio en el caballo. Zambombo tenía clase y repetía en la muleta. Fue un toro exigente. Una faena realizada en los terrenos de toriles. Le dio el extremeño varias series por ambos pitones. No me convenció Ferrera. Y ante el manso cuarto, nada pudo hacer el extremeño.
El riojano Urdiales volvía después de torear en esta plaza el pasado día 15. Mató de una estocada delantera al mansurrón segundo y fue silenciado. Ya en el quinto y muy avanzada la faena, a base de sobarlo, consiguió Diego recetarle varios muletazos con ese sello que él tiene. El toro, mansito y parado exigía buscar la colocación y empezar de nuevo tras cada muletazo, obligando al matador a hacer el llamado unipase. Finalizó su trasteo con un soberbio espadazo.  Posiblemente de las mejores de la feria junto a las de Roca Rey o Román por ejemplo.
Ginés cerró su paso por Madrid con un lote sin opciones. El primero estaba mal presentado y tras dar muestras de invalidez, se pidió la devolución del toro, cosa que el presidente no concedió. El sexto se salía de cada muletazo buscando las querencias y huyendo. Silencio al matador.

Se desmonteró Fernando Sánchez tras banderillear al primero de la corrida. Gran feria de este torerazo. Tarde que torea, tarde que lo borda.

                             

                

Aunque no soy aficionado a los caballos, el sábado 8 me acerqué a ver la última corrida de rejones. Toreaban el navarro Pablo Hermoso de Mendoza y la francesa Lea Vicens. Y como de equinos entiendo lo mismo que de jardinería pues poco puedo contaros. Es un lujo ver como se manejan delante de los toros. Triunfal tarde en la que Pablo y Lea salieron a hombros. Pablo lo hacía por octava vez en su carrera y Lea se convertía en la primera rejoneadora en salir a hombros de Las Ventas. 

                       



Cerramos la semana con una corrida de Baltasar Ibán. De caras muy serias y ofensiva de pitones pero vacía de casta y raza. Decepcionó esta ganadería siempre esperada en Madrid. Curro Díaz (azul y oro), Pepe Moral (canela y oro) y tras caer lesionado días antes en Cáceres, Emilio de Justo fue sustituido por Román (azul y oro).
Gran feria de Román. No se puede venir con más ilusión y más ganas que las que ha puesto el valenciano en sus tres tardes en esta Isidrada. No se dejó nada en el tintero. Cerró su última actuación venteña con una faena a un toro muy difícil que vendió cara su vida. Soltaba gañafones y tarascadas, complicando la vida a Román. A base de valor y raza le consiguió ligar varios muletazos. Hirió de gravedad al levantino al entrar a matar viviéndose unos momentos angustiosos. La plaza premió al torero con una oreja. Este es el parte médico:

"Herida por asta de toro en tercio medio de la cara interna muslo derecho con una trayectoria de 30 centímetros hacia fuera y abajo que produce destrozos en vasto interno, musculatura aductora, contusión con vaso espasmo de arteria femoral, rodea fémur por su cara posterior produciendo contusión en nervio ciático, presentando orificio de salida por cara externa tercio inferior de muslo.

Es intervenido bajo anestesia general en la enfermería de la plaza de toros. Se traslada al hospital San Francisco de Asís para valoración por Cirugía Cardiovascular. Pronóstico muy grave que le impide continuar la lidia".


Curro cortó otra oreja al cuarto en un trasteo que emocionó al público madrileño. Ese toreo desmayado y relejado tuvo premio. Y Pepe Moral estuvo mal.

Ante semejante encierro, las cuadrillas poco pudieron hacer. Debido a las dificultades de los animales, amén de unas lidias poco efectivas, los de plata pasaron momentos muy apurados.

19.000 espectadores.



                       


                       



                      (Fotos: Las Ventas)



miércoles, 5 de junio de 2019

Recordando a Esplá.

Si hace unos días recordé el pasaje en el que Morante de la Puebla firmó con el capote un capítulo de oro en la historia de Las Ventas durante el ciclo isidril de 2009, esa misma feria dejó para el recuerdo otro día memorable. Los protagonistas fueron un toro de Victoriano del Río y un torero con mayúsculas: Luis Francisco Esplá.
Un año antes toreó la corrida de Samuel Flores y no hubo nada que resaltar. Tras esa corrida se barruntaba la posibilidad de que dicha tarde fuese la última de Luis Francisco en la monumental venteña. La gente no lo aceptaba, no podía ser que un torero de la talla de Esplá se marchase a la francesa sin despedirse de una plaza que le había visto salir a hombros hasta cuatro veces por su puerta grande. Y la empresa cerró en el adiós de su última tarde capitalina, un cartel que lo completaron Morante y Sebastián Castella. En unas declaraciones a la prensa dijo el genial torero alicantino: "No quiero a un Madrid blandito. Si estoy mal, que me den cera bendita".
Los primeros toros fueron sucediéndose sin que nada grande ocurriera. Hasta que salió el cuarto, de nombre Beato. Un torazo de 620 kg, colorado chorreado. Un toro con buen corral y buena plaza. Durante los primeros tercios salía suelto y Esplá que vestido de grana y oro, se adornó en banderillas con su repertorio habitual. Torero ágil y poderoso y que dominaba todas las suertes, está considerado uno de los grandes banderilleros.
El viento molestó toda la tarde. Tras coger muleta y espada, se dirigió al centro de la arena para brindar ese último toro a la afición madrileña. Inició con unos muletazos por alto apoyado en la barrera y a medida que iba toreando con la mano derecha, la faena iba ganando en profundidad. Beato iba pronto y noble a la muleta de Luis Francisco. Con la mano izquierda cuajó una gran serie de naturales. La faena fue breve e intensa. Y siempre abundó la torería y la solera del diestro levantino. Cortó las dos orejas tras matar recibiendo y Beato por su parte fue premiado con la vuelta al ruedo.
La puerta grande fue sencillamente apoteósica. Inolvidable. Toreros y aficionados de siempre bajaron a la arena para acompañarle hasta la calle Alcalá en su quinta y última salida a hombros.

A sus 52 años y tras 89 paseíllos en Madrid, Esplá dijo adiós a esa afición que tanto le había dado. Aún quedaban algunos festejos más. Lidió con lo más duro del campo bravo y dictó cátedra en faenas memorables. En la memoria quedan aquella tarde de junio de 1982, la faena al bravo Poleo de Celestino Cuadri en la Isidrada del 96, el trasteo a Portillo de Victorino en Otoño de 1999... Su conocimiento de las suertes y los terrenos acompañado de unas formas añejas, siempre luciendo vestidos muy cargados en oro y esa imagen sin desmonterarse durante de la faena de muleta, hacían de Luis Francisco un torero único.
Hombre culto con un extensísimo vocabulario. Escucharle en las entrevistas después de cada toro o en conferencias es un lujo. Torero de Madrid.
Hasta siempre, Maestro.

                                                                                                                                                               
                         


domingo, 2 de junio de 2019

La torería de Ferrera en una gran semana gris.

El lunes 27 comenzó la semana gris del serial. Como aperitivo al homenaje por el centenario de la toma de antigüedad del encaste Albaserrada en Madrid, se programó una novillada con reses de La Quinta para Ángel Jiménez (grana y oro), El Galo (blanco y plata) y Francisco de Manuel (sangre de toro y oro). De los novillos hay que decir que estuvieron bien presentados y de juego variado. Interesantes y con complicaciones. Hubo 16.900 espectadores en los tendidos.
 Ángel mostró detallitos de ese buen toreo que lleva dentro pero nada pudo hacer ante el lote que le tocó en suerte. El Galo se mostró vulgar ante dos toros y lo mejor del festejo fue el toreo templado y cadencioso de Francisco con el capote. 
Entre las cuadrillas destacaron Iván García y Fernando Sánchez con las banderillas. Una tarde más y ya van varias, los picadores estuvieron de pena. 

                         

(Foto: Ana Escribano)


El martes 28 se celebró la primera corrida homenaje al encaste Albaserrada. Una corrida con los toros abulenses de D. José Escolar para Fernando Robleño (verde y oro), Gómez del Pilar (blanco y plata) y Ángel Sánchez (malva y oro). Tres cuartos de entrada en tarde de absoluto vendaval que imposibilitó ver el juego de los toros. En otras condiciones, habría sido merecida una ovación al mayoral.
Robleño estuvo en maestro. Dos décadas lleva el madrileño viéndoselas ante los toros más duros de la cabaña brava. Respetado en Madrid, sabe de sobra lo que es enfrentarse a estos toros grises. Tres puertas grandes en Las Ventas luce su palmarés. Este martes ante el cuarto, a base de luchar y luchar consiguió robarle varios muletazos muy templados. Dio una merecidísima vuelta al ruedo. Su primero fue muy complicado. 

                           

Otro torero al que tienen que seguir sobre todo en estos carteles con las ganaderías más complicadas es el madrileño Gómez del Pilar. Se fue a la puerta de toriles a recibir a sus dos toros de rodillas, bregó, lidió, estuvo atento y sobre todo con mucha raza. La única pega es que hizo sus faenas más allá de las rayas de picar, cuando debería haberlo hecho al abrigo de las tablas debido al huracán que sopló toda la tarde. Ángel Sánchez quiso pero no pudo. El poco rodaje y el fuerte viento complicaron mucho las cosas a este joven torero que pasó de puntillas por Madrid a pesar que le tocaron los dos toros más nobles destacando el primero de su lote.

                             

                            Miradas que aterran... (Foto: José Luis Martínez)

De las cuadrillas hay que mencionar que Iván García estuvo sensacional con el capote lidiando al tercero y con los palitroques se lucieron Fernando Sánchez y Raúl Ruiz. En el quinto brillaron con las banderillas Iván Aguilera y Pedro Cebadera. En el sexto, Fernando sánchez e Iván García que repetían paseíllo tras torear el día anterior con De Manuel volvieron a estar sembrados. Saludaron una ovación al cerrar el segundo tercio. 

                        

(Fotos: Ana Escribano)


Llegó el miércoles 29 la ganadería mas emblemática de este encaste y que merecidamente forma parte de la historia y leyenda del coso capitalino: Victorino Martín. Dos andaluces y un extremeño fueron los toreros que hicieron el paseíllo: Octavio Chacón (budeos y oro con remates negros), Daniel Luque (tabaco y oro) y Emilio de Justo (negro y oro). De juego variado e interesante. Encastado el 1º, el 3º malo, muy bueno el 4º, de nombre Bolsiquero y el sexto fue también un gran toro pero justísimo de fuerzas.
22.000 Espectadores.

Lo mejor de la tarde llegó en el sexto. Director de nombre, tenía las fuerzas muy medidas pero poseía clase y gran embestida. Con el capote recetó un saludo muy templado. Emilio lo entendió y le dio varios muletazos con mucho gusto y esa elegancia que él tiene. Los naturales fueron muy suaves y la plaza jaleó varios pases de pecho que fueron infinitos. Aunque la estocada cayó desprendida, se pidió con fuerza la oreja y el extremeño paseó el único trofeo de la tarde.

                           


Chacón bregó con una alimaña en primer lugar y lo mató de un bajonazo. Su lote fue de bandera pero esta vez no vimos en plenitud al diestro gaditano. Luque pasó sin brillo por Madrid.
 En las cuadrillas saludó una gran ovación el subalterno Morenito de Arles en el cierre del festejo tras un soberbio par de banderillas.

                            

      (Foto: Las Ventas)


Se cerró el jueves 30 el homenaje a este gran encaste con la tercera ganadería más representativa del mismo: Adolfo Martín. Este cartel fue uno de los que salió del polémico bombo. Novato en estas lides, Roca Rey (tabaco y oro) lidiaría por primera vez esta sangre y en la plaza de Las Ventas con dos toreros que al contrario que Andrés, saben cómo torear este tipo de corridas. Manuel Escribano (Sangre y oro) y Román (burdeos y oro). Con Andrés en el cartel, la taquilla agotó el papel. Pues de los toros hay que decir que los lidiados en cuarto y sexto lugar fueron de alta nota: Español y Madroñito.
Lo mejor del festejo se vivió en los tres últimos toros. Manuel Escribano se las vio con el ya mencionado Español, un toro que humillaba y era muy encastado. Le ligó varias series de muletazos y en una, tras quedarse descubierto el toro no falló. La asestó un cornadón de 25 centímetros. En ese momento los tendidos de sol comenzaron una trifulca que duró casi hasta que las mulas arrastraban al gran Español camino del desolladero. Esto declaraba a la prensa el doctor D. Máximo García Padrós tras la intervención quirúrgica. 
Román estuvo hecho un tío en el quinto. Toreó muy templado y buscaba siempre la colocación. Le pegó al Adolfo varios naturales muy ligados y rematados con el de pecho. Un torero que nunca se deja nada en el tintero y se exprime hasta el último aliento. Mató de un espadazo y cortó un trofeo. En uno de sus toros brindó a D. Juan Carlos con estas palabras: Va por usted, por España... ¡Y que disfrute de su jubilación!
Poco pudo hacer Roca Rey en su primero y en el sexto, ligó varias tandas que a mi juicio faltó un poquito de ajuste. Aún así lo templó mandando y dirigiendo la embestida del burel. Los pases de pecho fueron colosales. Figurón del toreo. Pinchó con la espada y perdió la oreja. Aún le queda una última tarde a finales de feria.

                      


                     

                   Los ganaderos de izda a dcha: José Escolar, Victorino y Adolfo Martín.


El viernes 31 se lidió un encierro de Alcurrucén para David Mora (grana y oro), Paco Ureña (rosa y oro) y Álvaro Lorenzo (azul y oro). Los hermanos Lozano trajeron una corrida sosa y con movilidad pero sin casta y raza. Tarde completamente anodina.
22.000 espectadores.


                         

Ureña hizo una faena al quinto con varios naturales muy puros y firmó instantes muy toreros. Este toro era manso y huidizo. Hizo mal Paco en perder pasos y dejar sitio, pues esto hacía que el animal se alejase de la franela tras cada lance. Cortó una oreja que en mi opinión no debió concederse por cómo usó el estoque. Falló a la primera con el acero y en la segunda entrada, la espada cayó baja.
David Mora tuvo una tarde insulsa quitando el inicio de muleta a su primero con unos detalles muy toreros. Le noté sin sitio y un poco perdido.
Lorenzo fue silenciado en ambas reses. Es otro de los jóvenes que debe arrear pues los últimos que han llegado al escalafón pisan fuerte y están dando mucho que hablar. Tras los cuatro toros que ha matado en Las Ventas, aún le quedan otros dos toros más. Hay que espabilar.
Ángel Otero fue ovacionado tras un gran par de banderillas.

                        

                        

                        (Fotos: las Ventas)

Llegó el sábado 1 de junio, esto quería decir que lidiaba en Madrid tras muchos años sin hacerlo y alguna que otra polémica por el paupérrimo juego de sus toros en otras plazas la ganadería de Zalduendo.
Pues la corrida de presentación vino perfecta y de juego hay que decir que salvo el primero que fue extraordinario con gran clase y recorrido en la muleta, los cinco restantes blandearon y acusaron falta raza. Antonio Ferrera (verde botella y oro), Curro Díaz (marino y oro) y Luis David (berenjena y oro). 17. 000 espectadores.
Con la mente puesta en la final de la copa de Europa, nos acercamos antes del festejo a ver el ambiente a la plaza de Felipe II, lugar donde estaba congregada la afición "red". Si ésta es de las mejores de Europa, por algo será. El fútbol en las islas británicas es más que un deporte y en esta céntrica plaza madrileña, los aficionados ingleses lo demostraron una vez más antes de una final europea.
Llegada la hora, la hinchada abandonó Goya en dirección al Metropolitano, estadio feo y con aspecto de nave espacial mientras mis amigos y yo nos encaminamos hacia la catedral del toreo, edificio múdejar al que le quedan unos pocos años para cumplir su primer siglo de vida.
Curro dejó  muestra de ese toreo bueno que atesora y Luis David poco hizo en el único toro que le vi. El gran protagonista fue el extremeño Antonio Ferrera. ¿Cómo se puede describir el toreo que hizo? Sería muy difícil. En su primer toro alanceó al animal con el capote haciendo el quite de oro durante el tercio de varas. Ya con la muleta, lo citó de largo y lo templó en varias series con ambas manos. ¿Fue una faena al uso? No. Ferrera iba improvisando y con torería y mucho empaque le hizo faena al Zalduendo. Un torero que cada vez marca más su personalidad. Técnicamente no fue un trasteo perfecto, pero esa inspiración fue maravillosa. Cogió el acero y se dispuso a citarlo a diez metros, ¡increíble! aguantó y le recetó una estocada bien colocada. Paseó la primera oreja del festejo. En el cuarto, hizo una faena en los terrenos de la puerta grande. Un toro soso al que Antonio a base de sobarlo con mucha paciencia lo metió en el canasto y le dibujó otros tantos muletazos de bella factura. Esta vez la estocada no fue tan buena pero tras la primera oreja, se pidió con insistencia la segunda para Antonio. El presidente la concedió, y con tres trofeos, por segunda vez en su carrera salió a hombros de Las Ventas tras conseguirlo en el año 2002.
Antonio triunfó en Madrid y el Liverpool Football Club se coronó rey del continente por sexta vez en su historia tras vencer por dos goles al Tottenham Hotspur de Londres. 


                      


                      


                     

                      
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