lunes, 18 de abril de 2022

Triunfal comienzo de temporada, un toro de bandera y la torería de Curro Díaz.

Después de un invierno en el que las tertulias y las visitas al campo han sido frecuentes, por fin llegaba el momento de verdad: el de volver a nuestra grada 6. Se echaba de menos ver a a los amigos, a escuchar a los quiosqueros gritar aquello de "cold water!" a los chinos y guiris que pasaban por allí, y "¡asientos pa´ la piedra! a los vendedores de almohadillas en las galerías de nuestra plaza, el ambiente que se palpa nada más salir del Metro, los puestos de abalorios taurinos, volver a ojear el programa de mano; inexistente el año pasado por las absurdas normas covidianas...

Abrió cartel el manchego Carlos Aranda. A punto de tomar la alternativa, se le aprecia técnica y un oficio propio de un novillero que lleva varios años en esto, pero sin alma ni transmisión necesarias para emocionar al espectador. Discreta tarde del novillero de Daimiel. 

Cerramos la temporada 2021 con la puerta grande de Ginés Marín y comenzamos este 2022 el domingo 27 con la puerta grande de Víctor Hernández. Tardía fecha, no puede ser que en Madrid comience la temporada tan tarde, llevamos una época en que Las Ventas programa su primer festejo para mediados o finales de marzo, cuando el primer domingo de mes, ya tendría que estar programado un festejo taurino. Me avisaron que Víctor es un muchacho al que hay que seguir: un toreo clásico, sus sobrias maneras, actitud, valor... Y no decepcionó. Este muchacho nacido en un pueblo de Madrid pero formado taurinamente en la escuela de Guadalajara llegó al coso capitalino dispuesto a refrendar todo lo que se ha hablado de él en estos años anteriores en sus diferentes actuaciones por los pueblos de La Mancha. Cortó dos orejas al cuarto. El presidente hizo caso a la locura colectiva y tras conceder la primera oreja, asomó el pañuelo blanco una segunda vez concediendo al joven toricantano el salvoconducto para abrir la puerta grande. De no haber fallado con la espada en su primero, su resultado hubiera sido de oreja y oreja.  Sus dos novillos dieron más juego por el lado derecho que por el izquierdo, cosa que Víctor aprovechó. En el quinto, lo intentó por el izquierdo y a pesar de que no era el pitón más potable del animal, el madrileño, sereno y calmado, quiso torear al natural y brotaron algunos templados muletazos. 

Apunten este nombre: Víctor Hernández.


Completó la terna el hispalense Miguel Uceda Vargas. Acusó su falta de rodaje. Se presentó con caballos el pasado mes de agosto en Perales de Tajuña y tan solo toreó un festejo más. Así que con cuatro novillos matados en su currículum, no era, ni de lejos, el momento más propicio para examinarse ante la cátedra venteña. Cumplió la papeleta y desde mi asiento atisbé maneras y querer hacer las cosas bien. En su primero, se notó su nerviosismo al enfrentarse a su primer novillo en el ruedo de Madrid. Éste pedía firmeza y mando pero Miguel ni estuvo firme ni mandó sobre el toro. En su segundo estuvo más relajado. Voló el capote con gracia y la muleta con lentitud. Mató bien y a pesar de que había mayoría, el presidente no concedió la oreja, así que este novillero de Gerena dio una vuelta al ruedo. Ojalá vuelva a Madrid con más preparación porque puede sorprender.

Entre las cuadrillas destacó Marcos Prieto, tanto con capote como con banderillas. En cambio, los picadores estuvieron en general bastante mal: puyazos traseros, caídos... Tarde para olvidar.


El ganado vino desde Albacete. El encierro de Los Chospes estuvo bien presentado y hubo varios novillos que dieron un juego interesante. Los toreros vistieron de grana y oro, lila y oro y verde botella y oro respectivamente. Víctor y Miguel debutaron en Madrid.

Concluyo esta crónica anotando la pésima actuación presidencial. Don Jesús volvió a meter la pata como ya ha hecho en alguna que otra ocasión. Víctor en el quinto estuvo muy bien, pero aún así, la estocada no fue del todo fantástica. De haber matado más certeramente a su primero, habría sido un resultado de oreja y oreja en vez de dos orejas en el quinto, algo que hubiera sido mucho más digno. Quiso ser protagonista don Jesús y el esperpento que se vio fue lamentable. Al madrileño le regaló la oreja en el quinto y al andaluz le castigó sin trofeo en el sexto. De traca.  



Gélida tarde el el domingo 3. Carlos Olsina (rosa y oro), José Rojo (rioja y oro) y Daniel Barbero (botella y oro) actuaron en este segundo festejo de la temporada. De Salamanca llegaron los novillos. El ganado de Sánchez Herrero fue dura y presentó no pocas complicaciones. El más noble y boyante fue el sexto. 

Tarde que pudo acabar en la desgracia más absoluta pero, gracias a la Providencia, nada serio ocurrió. Dos banderilleros fueron volteados y José Rojo sufrió una angustiosa cogida en su primero. Se tiró a matar y el pitón le entró por por el chaleco. Tras caer al suelo, quedó unos segundos inconsciente y nos barruntamos lo peor. Al final el parte médico quedó en varios varetazos y contusiones sin gravedad así que el joven muchacho pudo volver al ruedo dos toros después. El otro accidente que tampoco pasó a mayores fue algo que apenas se ve: mediada la corrida, Carlos Olsina fue a descabellar al novillo y tras uno de los golpes, el animal, moviendo el testuz pegó un derrote y la espada salió volando a los tendidos. 

Dramas aparte, poco que contar en el aspecto artístico. Me quedo con la raza y actitud de José Rojo sobreponiéndose al percance. Cierto es que el viento puso en mil apuros a los tres torerillos y poco se les puede reprochar. Si el domingo pasado el presidente montó su numerito, esta vez el protagonista fue Daniel Barbero.  Daniel dio con temple algunos muletazos al sexto toro pero creo que pudo haber sacado mucho más de lo que el bicho llevaba dentro. El resto de la faena fueron desplantes y pases sin emoción. Los paisanos del abulense pidieron una oreja, cosa que el resto de la plaza no hizo, y con buen criterio el presidente denegó. Ni corto ni perezoso, Daniel se dio una vuelta al ruedo que nadie pidió y nadie aplaudió. La imagen del torero dando una vuelta al anillo con los tendidos prácticamente vacíos, fue muy triste. Así acabó una larga novillada de casi tres horas. Entre animales devueltos y faenas interminables, salimos de Las Ventas aburridos y muertos de frío, pero absolutamente expectantes por la encerrona de Emilio de Justo al domingo siguiente. 

Entre las cuadrillas destacó José Chacón. 





Por fin llegó el día. El domingo 10 se llenó La Ventas para ver en solitario a Emilio de Justo (negro e hilo blanco). Extremadura quedó vacía y desde Cáceres y Badajoz vinieron autobuses para ver a su paisano. En un momento profesional extraordinario, Emilio quiso hacer la gesta de encerrarse en Madrid. Para ello eligió seis ganaderías quedando así el orden de lidia: Pallarés, Domingo Hernández, Victorino Martín, Victoriano del Río, Palha y Parladé. Los sobresalientes fueron Álvaro de la Calle (canela y oro) y Jeremy Banti (verde botella y oro).

Decidido salió Emilio a enfrentarse al primero de la tarde. Lo paró de capote y surgieron unas buenas verónicas cargando la suerte. La faena de muleta fue intensa y vibrante. El susto llegó al entrar a matar: Con el arrojo de cualquier novillero principiante, se lanzó el de Torrejoncillo y hundió la espada hasta los gavilanes pero fue arrollado y cayó con el cuello. Fue llevado a la enfermería y horas más tarde se supo que tenía afectada la base del cráneo por un traumatismo cervical. Fuerte percance que hará que el extremeño seguramente se pierda esta temporada. Fue premiado con una oreja; a mi juicio un poco generosa. Si el domingo pasado nos dejó helados la fuerte voltereta que sufrió José Rojo pero que no pasó a mayores, esta vez el torero acabó en las expertas manos del equipo médico. 


Quedaban cinco toros en corrales y dos matadores dispuestos a continuar el festejo. El salmantino Álvaro de la Calle pechó con tal papeleta. Lo que quedaba en chiqueros no era moco de pavo, pero este castellano estaba preparado. Sabía que era un trago gordo. Pero entre tanto difícil y áspero animal llegó el premio en cuarto lugar: Duplicado, de Victoriano del Río. Un toro de ensueño. Bravo, fiero, encastado. Su pelea en el caballo fue impactante. Tras dos puyazos sensacionales de Óscar Bernal, pedimos al matador una tercera entrada al caballo. Y éste, generoso, nos complació. Fortísima ovación a Bernal mientras se retiraba al patio de caballos. Aún quedaba más, en banderillas, la cuadrilla de turno ralló a gran nivel. Toro exigente, había que estar a la altura y Álvaro acabó dando una vuelta al ruedo. De la misma manera fue premiado este animal. En quinto lugar salió un toro portugués, destartalado de trapío y de duro comportamiento. Cerró el festejo otro toro portugués, en este caso del hierro de Parladé y que fue pitado en el arrastre por su mansedumbre.


Entre las cuadrillas fueron ovacionados Óscar Bernal, Andrés Revuelta, José Chacón, El Algabeño, Jesús Arruga y Pérez Valcarce.


En el cuarto de la tarde se picaron en quites Álvaro y Jeremy. Los dos por chicuelinas, siendo las de Jeremy hondas y con mucho empaque. No puedo acabar estas líneas sin hacer un olé por Álvaro. Cuando se es sobresaliente, (doce años sin torear una corrida como lleva Álvaro)  uno asume que no se torea con frecuencia, que hacen el paseíllo sabiendo que a lo sumo realizarán un quite o dos si el torero titular lo considera; que entrenan con dureza y exigencia, como si cada año fueran a participar en media centena de festejos pero sabiendo que harán un puñado de paseíllos cada temporada. A pesar de ello, con hombría y dignidad ha solventado una papeleta más que complicada. Más contratos para demostrar lo que vale se merece. Su capacidad para matar airosamente, su firmeza ante el Palha y un toreo relajado y muy natural ante el bravísimo Duplicado fueron los mejores avales de este veterano torero charro. Ha demostrado capacidad para enfrentarse a lo que le echen. Paco Ureña matará en solitario seis animales el 21 de mayo en Madrid y él debería estar. Y Talavante y Juan Ortega torean mano mano también en Madrid el viernes 13 de mayo. Aparte de esos huecos, se merece una tarde en terna en verano. Se lo ha ganado. 




Cartel con alicientes el domingo de Resurrección: Curro Díaz (azul rey y oro), Sergio Serrano (caña y oro) y Tomás Campos (blanco y oro). Los toros vinieron de Toledo; lucieron el hierro y cintas de la ganadería de El Montecillo. Aplomados, sosos y noblotes de comportamiento.  Insulsa corrida en la que los momentos más lucidos fueron a cargo del torero de Linares. 

Curro, en el cuarto, puso a Madrid en pie con ese torero tan personal. Sus derechazos, un inmenso natural al ralentí, los pases de trinchera... desplegó el andaluz toda su tauromaquia. La nota negativa de su actuación fue el infame bajonazo con el que despachó al animal y la posterior petición de oreja. A pesar de semejante sartenazo, el de Linares dio una vuelta al ruedo que fue protestada. 


El manchego Sergio Serrano lanceó con gusto un ramillete de verónicas y mostró total disposición con los dos toros que le tocaron en suerte. Tomás Campos pasó discretamente por Madrid. Cita de verdad, maneja bien las telas y quiere torear bien. Entrenar con Diego Urdiales se nota. Pero cuando no hay materia, poco se puede hacer. Yo apuesto por este torero. Es uno de los jóvenes que más me ilusionan. 



(Fotos: Las Ventas)



viernes, 15 de abril de 2022

Pange Lingua.



Cristo sonriente. Capilla del castillo de Javier (Navarra)

Pange lingua gloriosi
Corporis mysterium,
Sanguinisque pretiosi,
Quem in mundi pretium
Fructus ventris generosi,
Rex effudit gentium.

Nobis datus nobis natus
Ex intacta virgine,
Et in mundo conversatus,
Sparso verbi semine,
Sui moras incolatus
Miro clausit ordine.

In supreme nocte coenae
Recumbens cum fratribus,
Observata lege plena,
Cibis in legalibus,
Cibum turbae duodenae
Se dat suis manibus.

Verbum caro, panem verum
Verbo Carnem efficit:
Fitque Sanguis Christi merum
Etsi sensus deficit,
Ad firmandum cor sincerum
Sola fides sufficit.