domingo, 18 de junio de 2023

Una Beneficencia sin beneficio.

Se movió la Beneficencia del domingo 18 al sábado 17 para ver torear a los tres diestros que han cruzado este pasado mes de mayo la puerta grande: Sebastián Castella (marino y oro), Emilio de Justo (lila y oro) y Fernando Adrián (marino y oro). Y respecto al ganado hay que decir que fueron dos toros de Daniel Ruiz (1º y 3º), tres de Juan Pedro Domecq (2º, 4º y 6º) y uno de Victoriano del Río (5º). Felipe VI presidió el festejo desde el palco real. 

Seis años sin Iván Fandiño. Esta Beneficencia de 2023 coincidió con el sexto aniversario de la muerte del diestro vasco en la plaza francesa de Aire Sur L'Adour. Se guardó un minuto de silencio que no fue alterado como pasó en el festejo anterior en recuerdo de "Yiyo". Sonaron los acordes de la Marcha Real, rompió el paseíllo y Castella salió a recibir al primero de la tarde. Tanto el matador como el toro fueron a menos a lo largo de la lidia. Ya hemos resaltado que desde que Sebastián volvió de su parón nos gusta más. Torea más templado, estructura las faenas... Te deja con ganas de volver a verle. Sopló el viento pero no se amilanó. De todo el trasteo destacaron las trincherillas. Cerró la obra matando mal y el toro, que no fue nada del otro mundo fue silenciado. Lidió en cuarto lugar una res de Juan Pedro noble y toreable. Hubo una escasa petición tras una faena en la que el presidente dio un aviso. Para el recuerdo el precioso inicio por bajo. Mandón y con poder. Rodilla en tierra recetó Sebastián un manojo de doblones en el que destacó uno precioso con la mano zurda. Tras el prometedor inicio, la faena se basó principalmente en la mano diestra. Fueron varias series de derechazos en las que faltó ajuste. Tras el aviso, Sebastián acabo dando una vuelta al ruedo.


¿Y qué contar de Emilio de Justo? Otra tarde más en la que ha tenido un lote muy potable y el extremeño ha vuelto a estar por debajo. Preocupante situación la de un torero que volvió a salir silenciado de Madrid. Indiferente, así fue el trato de la plaza con Emilio.

Fernando Adrián venía de abrir la puerta grande justo en su anterior actuación ante los toros de Santiago Domecq. Se enfrentó a una sardinilla moribunda de Daniel Ruiz que salió en tercer lugar. Muy protestado de salida por un su horrenda presentación e inválida a la vez. Se pidió con fuera la devolución pero el presidente no atendió lo que el público demandaba. Entre pitos y protestas la lidia continuó y, siendo habitual tanto en él como en otros muchos matadores este San Isidro, volvió a empezar de rodillas pasándose al animal por la espalda. Mal inicio pues si el animal de por sí no estaba en condiciones de ser exigido, imagino que Fernando quiso animar el cotarro para calmar los ánimos. El resultado fue el contrario, pues el animal mostró sus flaquezas y, sin consecuencias, pegó al joven matador un revolcón del que salió indemne. En vez de acortar algo que no llevaría a nada, insistió en pegar varios muletazos más. Quiso intentarlo pero nada consiguió. Si la faena fue un desastre, la estocada también. Tumbó al animal de una estocada trasera, contraria y tendida. En sexto lugar salió Secuestrador, de Juan Pedro. Con un cortijo en cada pitón, como se dice en el argot, el toro pedía dominio. Noble, con fijeza y recorrido, vio como Fernando no pudo con él. Tiró de repertorio bullicioso y salvo unas buenas series de naturales, optó por el tremendismo. Con asombro, no entendimos el por qué de dejar ese gran pitón izquierdo. Con una oreja habría sido más que suficiente. Mató de una buena estocada y el presidente, que no tuvo el rigor de su compañero con Roca Rey, claudicó asomando los dos pañuelos concediéndole el salvoconducto de la puerta grande. Salió a hombros por segunda vez en su carrera.


Muy pobre la entrada. En torno a 17.000 personas según la empresa, acudieron a ver este benéfico festejo que lleva sin serlo desde 2007, pues Morante de la Puebla fue el último que donó la totalidad de sus honorarios. ¿El cambio de fecha? ¿Poco interés por el cartel? Después de muchos años con el cartel ya cerrado, volvió a tener su carácter triunfal y dejó la empresa los tres huecos libres para para premiar en tan señero festejo a los triunfadores (valga la redundancia) de la feria. Una Beneficencia sin beneficio. ¿Beneficiará a la terna exigir honorarios en posteriores tardes después de no haber llenado la plaza? ¿Beneficiará a Emilio el haber concluido una feria sin rotundidad y haber estado por debajo de varios toros con opciones? ¿Beneficiará a Fernando el haber cruzado una puerta grande tras dos faenas de las que pocos se acuerdan si ya están saliendo carteles de las ferias veraniegas y su nombre no está apareciendo? Veremos si haber cortado cuatro orejas en dos tardes en la plaza de Madrid le servirá de algo. 

Próximo festejo: Domingo 25 de junio a las siete de la tarde. Novillos de Montealto y Fuente Ymbro para Jorge Martínez, García Pulido y Mario Navas.





lunes, 12 de junio de 2023

Un manicomio aplacado por la seriedad de un presidente.

 Se celebró este domingo 11 de junio la corrida "In Memoriam" en honor de un príncipe que pudo ser rey si Burlero no lo hubiese impedido en un pueblo de la sierra madrileña en agosto de 1985. José Cubero "Yiyo", que no "El Yiyo" como mucha gente pone por activa y por pasiva, vio como en su recuerdo hicieron el paseíllo Julián López "El Juli", Alejandro Talavante y Andrés Roca Rey ante toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés (1º, 3º y 4º), los dos hierros que la familia Del Río posee en Guadalix de la Sierra (Madrid). Un invento de festejo que Plaza 1 se sacó de la manga subiendo precios salvajemente para los no abonados. Al romper el paseíllo se guardaron unos segundos de silencio que fueron interrumpidos por algún impresentable. 

Julián López "El Juli" vistió de sangre y oro. Me aburrió a mí y aburrió a Barbuquejo, que así se llamaba la primera res de la tarde. Con el capote me gustó pero con la muleta empezó a dar Julián pases por doquier. Un toreo soso y lineal basado en la mano derecha. A mi juicio, Barbuquejo pidió sitio pero Julián hizo caso omiso. En vez darle tres o cuatro metros más, siguió en esas cercanías de las que pocos matadores salen. Con la mano izquierda la cosa bajó mucho. Faltó ajuste. Y mató mal. Una vez más, con su habitual saltito, cerró el trasteo con una estocada indecente. Y poco más que contar. Si en el primero aburrió, en el cuarto tres cuartos de los mismo. Pegó algún que otro muletazo con enjundia y volvió a matar mal. No vamos a enumerar los grandes estoqueadores de cada época que manejaban la espada con eficacia y efectuaban la suerte de matar con pureza y pulcritud. Lo de Julián con la espada pasa de castaño a oscuro. Sus formas no gustan a muchos aficionados y sus múltiples fallos le han hecho perder orejas y triunfos importantísimos. Él lo sabe de sobra y si a él le da igual, a mí más. 


Un alma en pena vestida de malva y oro y llamada Alejandro Talavante, pechó con dos mansurrones que hicieron segundo y quinto. Una tarde más, un petardo más. La gente, ilusionada, espera a un torero que parece que no quiere ser esperado. Sin opciones ni ganas, Talavante fue silenciado en Madrid una vez más.

Cerró cartel Andrés Roca Rey. El peruano cortó una oreja al tercero tras dos avisos y a punto estuvo cortar otra al sexto. Salvo unas tandas profundas, Roca desplegó sus habituales pases por la espalda o los vulgares pases en la cara del toro de pitón a pitón a milímetros de la cadera. Tarde de clavel, tarde de jarana. Si cuando vienen las figuras suelen acabar los festejos como el rosario de la aurora, ayer no fue menos. Si la bochornosa Beneficencia de 2019 dejó el listón altísimo, esta que ahora comento, la superó con creces. Cada año es peor y peor. La gente quiere orejas y puertas grandes. No me extraña, con el puyazo que ha dado la empresa en la taquilla, hay que amortizar la entrada. Parece que hay que llegar al día siguiente a clase, a la oficina o a donde sea y decir: ayer vi una puerta grande. Y que pongan los amigos los dientes largos. La gente no entiende, no acepta otro resultado que no sea un  triunfo. Hablemos del público. Si a un torero le protestas la colocación eres un maleducado y mal aficionado. ¿Y qué pasa con los que están dos horas y cuarto gritando "¡VIVA ESPAÑA!"? ¿ Y el que grita interrumpiendo un minuto de silencio? ¿Y los que jalean mantazos, trapazos y horrendas estocadas?¿Y los que tiran almohadillas desde las andanadas que siempre acaban cayendo en los tendidos bajos?

Madrid es un manicomio. El triunfalismo es el camino que se busca y fomenta. Todo vale, todo sirve. En el sexto, se formó la marimorena y Roca sufrió un fuerte revolcón que hizo que media plaza se encarase con la otra media acusándoles de causantes de tal accidente. Roca se encaró con éstos últimos y los tendidos del sol le defendieron gritando ¡Torero!, ¡torero!
Ante un animal que no lo puso fácil, Andrés hizo una faena valiente y dispuesta pero mató fatal: una media estocada tras un pinchazo. Daba igual. Había que pedir la oreja. Había que sacar a un torero a hombros para fastidiar a aquellos que no habían aceptado que Roca no hubiera redondeado de principio a fin la faena. Pero entre la locura y la petición de oreja, surgió un presidente que puso orden y negó, con total acierto, una puerta grande que no era. Pero ni en Madrid ni en Ronda. ¿Había petición? Sí. ¿Era de oreja la faena? No, y muchísimo menos con esa pésima estocada. Aunque a muchos les sangren los ojos por leer este renglón o monten en cólera porque don Ignacio Sanjuan no cumplió el reglamento, me da igual. Señores, no es el fin del mundo. Si hay que mantener el rigor de la plaza y negar una oreja, se niega. ¡Y no pasa nada!

"Roca ganó la batalla de Madrid", dijeron unos. "Explosión de Roca Rey" dijeron otros, "Roca revienta Madrid"...  ¿Es ganar encarándose con un tendido? ¿Es ganar sin hacer dos faenas macizas y rotundas de principio a fin? un toreo vulgar y accesorio? ¿Habría sido ganar cruzar la puerta grande tras un pinchazo y una vulgar media estocada? Los que vimos a Andrés debutar en Madrid de novillero, en su confirmación o con la de Adolfo, sabemos de la dimensión que tiene. Podrá gustar o no gustar, pero esas tres tardes puso a todos de acuerdo. Nadie discute su capacidad. Al igual que Yiyo en muchas tardes, el peruano lució un precioso burdeos y azabache, aquel vestido que tanto le gustaba a José.



Próximo festejo: sábado 17 de junio a las 7 de la tarde, toros de Daniel Ruiz y Juan Pedro Domecq para Sebastián Castella, Emilio de Justo y Fernando Adrián.





lunes, 5 de junio de 2023

Doce toros para el recuerdo.

Una novillada de Fuente Ymbro abrió la última semana ferial. El martes 30 Víctor Hernández (añil y oro), Álvaro Burdiel (marino y oro) y Lalo de María (corinto y oro) estuvieron por debajo de sus respectivos lotes. Víctor no convenció, Burdiel dejó destellos sueltos y Lalo de María no pudo. Debutó la campaña pasada y con ocho festejos en su haber, vino a Madrid a pasar un examen que se preveía insuficiente. Ignoro a quién se le ocurrió traer a Lalo a San Isidro o si él fue quién pidió presentarse en Madrid, pero lo que quedó claro es que el compromiso le vino grande. Lo más destacado fue su arrojo. Compensó con valor y ganas la falta de rodaje. Al romper el paseíllo se recordó a José Fuentes, matador de Linares fallecido horas antes. 

El miércoles 31 vino desde Cádiz Santiago Domecq. Y lo hizo con un encierro impecable. Fueron seis animales de espectacular estampa y de bravo comportamiento. Destacó el gran Contento, lidiado en quinto lugar por Fernando Adrián y premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Arturo Saldívar (rioja y oro) pasó sin pena ni gloria. No solo eso pues también fue volteado sin consecuencias varias veces a lo largo de la tarde. Fernando Adrián (blanco y oro) salió a hombros. Cortó una oreja a cada toro. Estuvo firme y valiente pero haciendo exactamente lo que critiqué en la crónica anterior: inicios de rodillas y derechazos sin enjundia. Salvo unos airosos naturales junto a un poderoso cierre por doblones, me dejó a medio gas. Las estocadas fueron buenas, y de ahí los premios. De haber echado la pata alante, podrían haber sido unas cuantas orejas más. Álvaro Lorenzo (gris marengo y oro) cerró cartel. El manchego no se terminó de confiar en el tercero pero remontó en el sexto. Sufrió una cornada pero aún tuvo pundonor para pegar a aquel animal unas series más. Redondeó unos naturales muy limpios y mató bien. Madrid premió su esfuerzo con una vuelta al ruedo. La corrida fue para ver a los tres matadores cruzar la puerta grande. Al finalizar el festejo el festejo el mayoral saludó una ovación en premio al gran juego que dieron los seis animales.

El jueves 1 de junio se lidiaron toros de Alcurrucén para Diego Urdiales (negro y oro), Alejandro Talavante (grana y oro) y Daniel Luque (marino y oro). El miércoles para recordar y el jueves para olvidar. Un encierro impresentable (y decepcionante) y de la familia Lozano pisó la arena de Las Ventas. En especial el sexto, una animalejo indigno para una plaza como Madrid. Sin remate ni nada, nos lo colaron sin pudor alguno. Urdiales dejó una vez más pinceladas de su gran concepto y Talavante quiso, pero poco pudo ante los dos marmolillos que le tocaron en suerte. Luque abusó del pico en el tercero tras un precioso inicio por bajo y saludó una ovación. Ante la sardinilla que hizo sexto, dio una vuelta al ruedo. 

El viernes 2 de junio. Toros de El Torero y José Vázquez (3º) para Uceda Leal (marino y oro), Morante de la Puebla (obispo y oro) y Sebastián Castella (marino y oro). Se agotó el papel para ver una terna que suma 76 años de alternativa. La estocada al escalofriante que hizo cuarto de Uceda y la actitud de Castella fueron las dos notas más destacadas de este penúltimo festejo de feria. Resaltar el vestido de Uceda. A José Ignacio da gloria verle. Un vestido cargado de oro. Con galones y hombreras antiguas. Parecía sacado de una litografía de La Lidia. El de Usera cortó una oreja y Sebastián cerró un San Isidro impecable. Actitud de figura del toreo. Cayó herido y buscó con ansias la puerta grande. Parece que queda lejos aquel Sebastián de los pases cambiados para bullir a los tendidos. Orden y estructura en las faenas, muletazos macizos, valor... Castella ha tapado muchas bocas. Así sí. Chapeau! Por su parte José Antonio pechó con un animalillo mansurrón en su primero y masacró al quinto en el caballo. No entiendo su jugada. ¿Con qué objetivo?, ¿Al ver que el público lo protestaba hizo lo posible por devolverlo? Se lo comió con patatas. Un toro cogido con alfileres pero que, en mi opinión, algo (aunque fuera poquito) se podría haber rascado. Morante salió abroncado de Madrid.

El sábado 3 de junio se celebró un festejo de rejones para cerrar la feria de San Isidro 2023 con un cartel que lleva siendo habitual estas últimas temporadas: Lea Vicens acompañó a Pablo Hermoso de Mendoza y a su hijo Guillermo. Lea y Guillermo cortaron una oreja cada uno. 

Se acabó. Un espectáculo caballar puso el broche a una feria que no tardaremos en olvidar. La vendían cual caviar o como si de cualquier otro producto de los más grandes lujos se tratare. Y acabó siendo una botella de gaseosa. Una feria mediocre y llana. De tardes soporíferas, de encierros blandos y sin emoción salvo contadísimas reses. De toreros sin actitud, de novilleros sin hambre y de cuadrillas en las que brillaron con más fuerza los peones de a pie que los picadores: Rafael Viotti, Sergio Aguilar, Niño de Aravaca, Raúl Ruiz... Hay que arreglar el tema del Batán, hay que ponerse serios con la posterior discoteca y hay que seguir luchando siempre porque reine la exigencia y la seriedad. Madrid es plaza de 1º, ¡Honradla!

El 4 de junio se celebró, con la presencia de Felipe VI, la tradicional corrida organizada por la Asociación de la Prensa de Madrid (fuera de abono de la feria y, por ende, fuera de los premios): Como tantas otras veces en este festejo, volvieron a lidiarse los toros de Victorino Martín para Paco Ureña (rosa palo y oro) y Emilio de Justo (teja y oro). En dos horas y cuarto Victorino volvió a lidiar un corridón de los de antaño, ásperos duros y encastados, y no solo eso, pues en cuanto a la presentación, la corrida fue una lámina. Si la de Santi Domecq fue para ideal para los toreros, la de Victorino fue para el público. Ya lo sentenció el Paleto de Galapagar hace mucho tiempo: "mi cliente no es el torero, es el público". Sobresalió Director, lidiado en sexto lugar y que mereció la vuelta al ruedo. Paco Ureña fue entrega total. El murciano pechó con tres albaserradas de diferente condición y estuvo por debajo. Surgieron momentos a lo largo de sus tres faenas que tuvieron importancia pero luego quedó en agua de borrajas. Con la espada se tiró a morir y recibió un escalofriante revolcón. Cortó una discutida oreja al tercero al que cuajó una series de derechazos muy profundas. 
No me convenció Emilio. Toreó con gusto al segundo y tampoco estuvo a la altura en los otros dos toros. Con los aceros anduvo desacertado. Cerró la tarde naufragando ante el gran sexto. Un galán llamado Director vendió cara su vida y ganó la batalla. El extremeño, a pesar de ser un experto en este encaste no se hizo con las exigentes embestidas de Director. Un toro de consagración que desbordó por completo a su matador. Al finalizar el paseíllo el mayoral saludó una ovación de despedida. 

Sangrienta ha sido esta última semana: Lalo de María sufrió un aparatoso pitonazo en boca y nariz, Álvaro Lorenzo y Sebastián Castella sufrieron los dos, en la pierna izquierda, una cornada de 15 centímetros y una cornada de dos trayectorias de 15 y 20 centímetros respectivamente. Estoicos, sin mirarse y sin hacer ningún gesto a la galería, aguantaron los tres hasta matar al animal. Y Paco Ureña también fue duramente volteado pero sin recibir heridas de consideración. 

Finalizada la feria, este es mi veredicto:
Mejor toreo de capa: Diego Urdiales.
Mejor puyazo: desierto.
Mejor brega: Curro Javier.
Mejor par de banderillas: José Chacón.
Mejor faena: desierto.
Mejor estocada: Uceda Leal.
Torero revelación: Leo Valadez.
Mejor novillero: desierto.
Triunfador: Sebastián Castella.
Mejor toro: Director, de Victorino Martín.
Mejor corrida: Victorino Martín.

Y este, el de la empresa:
Triunfador: Sebastián Castella.
Mejor faena: Sebastián Castella.
Mejor novillero: Jorge Martínez.
Mejor rejoneador: Diego Ventura.
Torero revelación: Fernando Adrián.
Mejor estocada: Uceda Leal.
Mejor picador: Germán González.
Mejor brega: Curro Javier.
Mejor banderillero: Curro Javier.
Mejor toro: Cartelero, de José Escolar.
Mejor ganadería: Santiago Domecq.

Próximo festejo. Domingo 11 de Junio a las 19 horas: Toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés para Julián López "El Juli", Alejandro Talavante y Roca Rey.


jueves, 1 de junio de 2023

Una vuelta al ruedo que hizo historia.

No siempre tienen por qué ser los matadores los protagonistas de mis recuerdos. La última vez escribí  sobre un gran toro de El Puerto de San Lorenzo. Así que vuelvo a contaros en un nuevo capítulo otro estelar momento que he vivido en la plaza de Las Ventas. En esta ocasión me remonto al año 2013.

Aquel tórrido 1 de junio se lidiaban en Madrid los imponentes Cuadris; ganadería con un largo e importante historial en la capital de España. El cartel lo componían Fernando Robleño, Javier Castaño y el colombiano Luis Bolívar. El gran acontecimiento de esa tarde se vivió en los primeros tercios del lote del salmantino. La cuadrilla de Javier Castaño rayó a gran nivel unos días antes con los toros de Adolfo Martín y se esperaba que algo grande ocurriese de nuevo. Y ocurrió. 
Ese día me senté en la solanera y desde mi localidad en el Alto del 6 presencié una de las actuaciones más rotundas que ha podido hacer una cuadrilla al completo en la exigente plaza venteña.

Marco Galán empezó a caldear el ambiente en el tercio de banderillas del segundo toro, de nombre Ebanista con unos capotazos suaves y precisos. Bajaba mucho la mano y exigía al animal obedecer a los toques de sus telas. Dejó al toro perfectamente colocado y entraron en escena David Adalid y Fernando Sánchez. Dos toreros de plata que con estilos diferentes se lucieron al clavar las banderillas. Pureza y clasicismo en la formas, nada de saltos ni maneras deportivas: citar con despaciosidad, ir con torería hacia el animal y salir andando con garbo y chulería de la cara del burel. La abarrotada plaza empezaba a vibrar. Finalizado el tercio, el público obligó a saludar a David y Fernando. Se comenzaba a gestar una tarde absolutamente memorable. 

Si en el primer toro del diestro charro levantaron sus banderilleros al público de sus asientos, en el quinto hizo lo propio un gran picador llamado Tito Sandoval. ¿Y qué hizo Tito? Pues torear. ¿Se puede torear encima de un caballo? Sí. Su jefe de filas le indicaba y tras dejar el toro en suerte, comenzó Tito a torear desde la montura. Movía el jaco de un lado a otro y con la voz y la vara se dejaba ver con el fin de que Pilarico se fijase sólo en él. Embistió el toro con prontitud y empujó en el peto en dos encuentros cuyos puyazos fueron sensacionales. Gran ovación mientras se marchaba por el callejón. Pero la cosa no acabó ahí.

De nuevo Marco se encargó de bregar al toro mientras sus compañeros con un par cada uno, se dirigieron al centro del ruedo. Con el ambiente en ebullición que había dejado previamente Sandoval, los hombres de a pie siguieron esa estela. Banderillearon como pocas veces se ve. Fernando Sánchez se lució yendo al toro lentamente y con parsimonia. Citaba acompasando cada paso con el mover de los brazos a la vez que se encaminaba al encuentro con Pilarico. Clavó con gracia y tomó el olivo pues el Cuadri hizo hilo. Adalid se gustó en las formas pero al llegar a la jurisdicción del animal, tropezó la banderilla con otra ya colocada y se cayó. Pidió un último par al presidente y éste lo concedió. Y lo bordó. Madrid era un clamor. Atronadora ovación para la cuadrilla de este salmantino que se lució en uno de los tercios de banderillas más brillantes que se recuerdan. Saludaron la obligada ovación y ante la petición de muchos aficionados y con el consentimiento de su matador dieron la vuelta al ruedo. Hace mucho que no se daba esta situación. Se paró la corrida y antes de que Castaño cogiese muleta y espada dieron una histórica vuelta al anillo. Chaquetas y sombreros en la arena. Al llegar al tendido cuatro y por la puerta de cuadrillas, se unió a ellos el ya mencionado picador.

Las 24.000 almas que llenamos la plaza ese día volvimos pletóricos a casa para comentar uno de los momentos estelares de esa temporada en Madrid: el espectáculo que nos brindaron Tito Sandoval, David Adalid, Marco Galán y Fernando Sánchez. La eficacia de esa cuadrilla sumada a la generosidad de Javier por ceder el protagonismo a sus hombres de plata. Fue absolutamente inolvidable.