jueves, 31 de diciembre de 2020

¿Lo sabes?


1. ¿En qué pueblo de la sierra de Madrid debutó de luces José Tomás con un vestido grana y oro?
A. Cerceda.
B. Navagalamella.
C. Valdemorillo.

2. Un dato poco conocido sobre él. ¿En qué pueblo de Sevilla vivió casi un año preparándose bajo la supervisión de José Antonio Campuzano?
A. Tomares.
B. La Algaba.
C. Alcalá de Guadaíra.

3. ¿Qué tiene en común con toreros como Antonio Ferrera, "El Juli", "Ruiz Miguel" o "Jesulín de Ubrique" por ejemplo?
A. Todos han cortado un rabo en una plaza de 1º.
B. Todos han indultado un toro en una plaza de 1º.
C. Todos cortaron una oreja al toro de su confirmación en Madrid. 

4. ¿Qué suerte del toreo ha inventado el torero de Galapagar?
A. Las navarras. 
B. Las arlesianas. 
C. Las granadinas.

5. ¿Cuántas veces se ha encerrado en solitario con seis toros?
A. 1.
B. 2.
C. Ninguna.

6. ¿Qué leyenda del toreo a finales de los 90 le elogió diciendo: "Donde otros ponen la muleta, es ahí donde se coloca José Tomás" sentenciando su tremendo valor y que se pasaba cerca a los toros cómo pocas veces se había visto antes?
A. Antonio Ordóñez.
B. Paco Camino.
C. Andrés Vázquez.

7.  ¿En qué años ha salido dos veces a hombros de Las Ventas?
A. 1999 y 2008.
B. 1998 y 2002.
C. 2000 y 2001.

8. ¿En qué año recibió la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes?
A. 2006.
B. 2007.
C. 2010.

 9. ¿Quién de estos populares taurinos fue apoderado suyo?
A. José Luis Marca. 
B. Luis Álvarez.
C. Santiago López.

10. El diez de diciembre de 1995 tomó la alternativa en la capital mejicana vestido de...
A. Verde botella y oro.
B. Grana y oro.
C. Azul marino y oro.

11. Desde que se presentó en Madrid en septiembre de 1995, entre novillos y toros, se ha enfrentado a un total de cuarenta y dos reses. ¿Cuántas orejas ha cortado en la arena de Las Ventas hasta la fecha?
A. 19.
B. 20.
C. 24.




1c, 2b, 3a, 4c, 5b, 6a, 7a, 8b, 9c, 10b, 11c


jueves, 24 de diciembre de 2020

Feliz Navidad.


Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor.

Feliz Navidad a la afición y a mis lectores.



Adoración de los pastores. 
Giorgione.

Hacia 1500.


viernes, 18 de diciembre de 2020

Toros en el confinamiento (III).

Benidorm (Alicante). Novillos de Román Sorando para Antonio Barrera, Canales Rivera y José Tomás. 24 de julio de 1993.

La Gran Oportunidad, así se llamo este certamen retransmitido por Antena 3 para novilleros con caballos en el citado pueblo alicantino. La novillada de Román Sorando fue desigual de presentación y en general nobles y toreables salvo el complicado primero. Estos fueron los novillos lidiados: Sentador, Corretón, Desviado, Macaruelo, Conspirante y Prestillero. Vistieron los muchachos respectivamente de caña, celeste y blanco, todos en oro.

Triunfaron José Antonio y José Tomás. Los dos salieron a hombros. El de Barbate cortó dos orejas al tercero y el madrileño una a cada utrero. El gaditano bullió la plaza con varias largas cambiadas y quitó por chicuelinas al segundo y por fregolinas al quinto. Realizó una faena en la que faltó ajuste pero ante la bondad del animal fue todo temple y naturalidad. Volvió a jalear los tendidos con unos molinetes de rodillas y tras una habilidosa estocada, consiguió los trofeos. Dio una vuelta en el quinto. La faena fue larga y soporífera. Otro animal que gracias a su clase y duración permitió al andaluz torear a placer todo lo que quiso y más. De no fallar con la espada, habría cortado otras dos orejas.
Si el gaditano puso el bullicio y la variedad, el madrileño fue el toreo de verdad. El de Galapagar debutaba con caballos. Evidenció la falta de rodaje pero su seriedad y aplomo mostraban que éste iba en serio. Siempre procurando hacerlo todo limpio y bien. Toreó con cadencia a la verónica al tercero y con la muleta estuvo inmaculado. Colocación y quietud fueron sus avales. Toreó muy bien a este novillo que además de nobleza, tuvo humillación y recorrido. El espadazo fue perfecto en todos los sentidos. Cerró el festejo ante un animal soso y parado ante el que tuvo que hacerlo todo él. La faena tuvo premio y abrió la puerta grande. A orillas del Mediterráneo, José empezaba su andadura en el escalafón de novilleros y lo cerró a escasas semanas de su alternativa con una salida a hombros en Madrid.

Por su parte, el sevillano cortó una oreja al primero. Acelerado y con prisas, no consiguió domeñar las tarascadas del novillo. Gracias a la estocada, los alicantinos premiaron la faena con un trofeo. En el cuarto dio una vuelta quizá un poco excesiva. La faena la extendió sin necesidad con el consiguiente aumento de dificultad del novillo que empezó a apagarse y a complicar las cosas. Sin acople ligó varias series de naturales ante otro interesante animal. Tras el aviso quiso agradar al público toreando de rodillas por molinetes y haciendo el salto de la rana. Antonio falló con el acero pinchando varias veces.

Ramón Alvarado clavó al quinto dos buenos pares de banderillas.

Madrid. Toros de Jandilla para Ortega Cano, Jesulín de Ubrique y José Tomás. 14 de mayo de 1996.

Vestido de blanco y oro, José Tomás confirmó su alternativa la primavera del 96. Comenzaba la leyenda. Cortó la primera de sus muchas orejas en la Monumental. Su seco concepto del toreo y su escalofriante valor emocionaron desde el primer momento a los madrileños. El Jandilla de la ceremonia se llamó Jumito. Mostró dos caras, una en cada toro. Una de constancia en su primero, toro deslucido y noblón, que necesitaba distancia y estar siempre muy cruzado y otra radicalmente diferente al sexto. Un sobrero astifino y abierto de cuerna de Guardiola llamado Rompepetos, mansurrón y reservón de comportamiento. Dejaba el torero que acudiera desde lejos y en el último suspiro tocaba con la muleta mandando en la embestida. Siempre de frente y la pierna alante. Cerró con unas estoicas manoletinas y pinchó antes de pegar una estocada en la suerta natural sensacional en ejecución y colocación. Madrid era un clamor. Faenón de mucho peso a un toro muy difícil. Cortó una oreja a aquel "guardiola". Pudo salir a hombros ese 14 de mayo.  'Aquí un torero' tituló aquel día su crónica en El País Joaquín Vidal.

Ortega Cano (gris perla y oro) y Jesulín (malva y oro) fueron silenciados. Ortega en el cuarto sacó a base de tesón y raza varias tandas de muletazos muy jaleadas a un toro pronto. Y Jesulín estuvo en Jesulín. En el tercer toro de la tarde el público pidió con fuerza la devolución del animal gritando 'Manos arriba, esto es un atraco'. Y mientras devolvían al sexto saltó al ruedo a cuerpo limpio un señor y no consiguió llegar al animal.

Destacaron en banderillas Curro Cruz en el cuarto y Emilio Fernández en el quinto. 

El viento sopló toda la tarde. Hasta tres hierros lidiaron alguna res aquel 14 de mayo, y el orden fue el siguiente: 
De Jandilla fueron 1º (Jumito), 3º (Artista) y 5º (Invencible).
De Criado Holgado (encaste Atanasio) fueron 4º (Cardilisto) y 6º (Navarro).
Enfurecido (de Jandilla), que salió en 2º lugar y Navarro en 6º, fueron devueltos. 
Los sobreros que sustituyeron a los dos devueltos fueron de Guardiola (como curiosidad, pertenecían a Ortega Cano). Un sobrero que salió en 2º lugar llamado Rompeolas y el ya mencionado Rompepetos en 6º lugar.

Madrid. Toros de distintas ganaderías para César Rincón, Enrique Ponce y José Tomás. 2 de mayo 1998.

Hasta la fecha, ha sido ésta la única vez en la que han compartido cartel valenciano y madrileño en la plaza de Las Ventas. El bogotano abría la terna. La tradicional Goyesca presentó una macedonia de hierros y fueron por este orden: 1º de Hermanos Astolfi. 2º, 4º y 6º de Alcurrucén. 3º y 5º de Aguirre Fernández Cobaleda. Sus nombres fueron los siguientes: Mirlero, Cañego, Cigarrero, Manchoso, Cubanoso y Cachorrero. Salvo el segundo y el tercero que dieron algo de lucimiento, los demás toros ni fu ni fa. Los toreros vistieron de goyesco azul  marino, verde botella y grosella, todos en oro respectivamente. El vendaval molestó todo el festejo.

El diestro colombiano pasó de puntillas por Madrid. Su lote fue insulso, parado, mansurrón... No tuvo suerte César en aquella Goyesca.

En cambio sus compañeros de cartel tuvieron más suerte. Por su parte, Enrique lidió un toro de Alcurrucén en segundo lugar al que a base de tesón y firmeza fue domeñando. Logró varias tandas con ambas manos de mucho mérito. Con el cuarto se vio lo acostumbrado que está el de Chiva al encaste Atanasio. Le gusta. También de tiró de oficio y a un toro que no se le atisbaba nada, Ponce sacó agua de un pozo seco. Si con las telas estuvo hábil y certero, con el acero fue otro cantar. Escuchó aquella tarde un total de tres avisos.

José calentó la tarde con unas escalofriantes chicuelinas que tuvieron la réplica de César por unas verónicas a pies juntos. Citó de lejos a Cigarrero para empezar la faena con unos estatuarios. Se fajó con el toro pasándoselo a milímetros de la barriga. La primera tanda con la derecha fue rotunda. En una de las series revolcó al torero sin consecuencias. Cerró con unas manoletinas y cortó la única oreja del festejo. El sexto fue el toro más incierto, probón y revoltoso del festejo. Se pegó otro arrimón y sufrió a lo largo de las faena varios volteretas que no fueron a más. Falló con la espada y silencio a su labor.

En cuanto a las cuadrillas, el colombiano Gustavo Adolfo "El Jeringa" estuvo sensacional en banderillas en el primero.

Madrid. Toros de El Puerto de San Lorenzo para Manuel Caballero, José Tomás y Eugenio de Mora. 26 de mayo de 1999.

Una de sus tardes más gloriosas. No hubo puerta grande porque la espada no quiso. A su primero lo saludó con un ramillete de lances extraordinarios. Más tarde siguió toreando por chicuelinas ciñéndose enormemente al animal. Después de este quite, el de Galapagar toreó por gaoneras y el toledano respondió por el mismo palo: dos quites que emocionaron a la afición. La faena de muleta fue sencillamente soberbia. Como es costumbre en su tauromaquia, inició por estatuarios citando al animal a más de treinta metros. Siguieron una tanda con la diestra sensacional y otra que decayó un poco debido al viento que sopló aquel día. Daba igual, valiente como pocos, aguantó aquellas rachas de aire sin perder ni un ápice la colocación, la ligazón... Las tandas con la izquierda fueron colosales. Se preparó para matar, era de dos... ¡era de dos orejas aquella lección de tauromaquia! pero... pinchó. Aprovechó que al lisarnasio aún le quedaba algo de gas para dar unas manoletinas y esta vez si hundió la espada hasta la bola. Escuchó un aviso y el toro fue aplaudido en el arrastre. Cortó una oreja. Ante el quinto, un animal parado y soso, José volvió a tirar de hombría. Una faena íntegra con la mano izquierda. Fueron unos naturales de muchos kilates. Se atascó con la espada y sonó un aviso. Ovación clamorosa cuando murió el animal.

Manuel y Eugenio fueron testigos de la obra que realizó el madrileño. Los dos manchegos quisieron pero no pudieron. Eugenio saludó una ovación en el tercero y Caballero fue silenciado. En cambio fue una tarde prolífica en el toreo de capa: chicuelinas, gaoneras, verónicas y las albacetinas, quite así nombrado en honor a la ciudad natal de Manuel. Un lance de capote que también se hace por detrás como las gaoneras pero sólo haciendo revoleras ligándolas cada vez que pasa el animal.

Los toreros vistieron de canela y oro, sangre de toro y oro y lila y oro respectivamente. Granero y Embajador fueron los correspondientes a Caballero. Playero y Tosquito los dos de José Tomás y Joyito y Pitito los toros de Eugenio de Mora.

Entre las cuadrillas, destacó José Antonio Carretero en banderillas.

Madrid. Toros de La Martelilla para Rivera Ordoñez, José Tomás y Rafael de Julia. 21 de mayo de 2002.

La corrida fue un saldo ganadero. Una colección de inválidos y algunos protestados por su presencia. Los "miau" se escucharon en varios toros. El fuerte viento condicionó la tarde.

José Tomás volvió a dejar claro que Madrid es su feudo. Dónde más le gusta torear y dónde se entrega sin reservas. Llegó de malva y oro dispuesto a hacer el toreo. En el primero de la tarde, en el tercio de quites, se jugó el tipo en unas gaoneras que quitaron el aliento. No se puede pasar al toro más cerca cómo lo hizo José en aquel ramillete de lances. En el primero de su lote (Capacitado) se cruzó, buscaba siempre la pureza y torear de verdad. Un toro muy protestado de salida por su escaso trapío y más soso que un pan sin sal. El de Galapagar le dio tiempos y alturas pero el toro, no quería saber nada. Mató bien y silencio al torero tras morir el animal. Ante el quinto de nombre Exhortado, la emoción llegó en la faena de muleta. La brisas de aire soplaban constantemente y a José parecía no importarle. Se puso exactamente igual como si no hiciera viento y ante la poca fuerza del animal, empezó por ayudados por alto para acostumbrarle a embestir. Un astifino ejemplar y más serio que un guardia de asalto en noche de redada que hizo que la faena del madrileño tuviera aún más mérito. Estuvo colosal. Si las tandas con la derecha fueron magníficas, las tres series que dio con la zurda tuvieron aún más importancia debido a la nula condición del toro y a que el dios Eolo complicó la situación. Otra serie de derechazos de frente pusieron a Madrid en pie. Un variado cierre de muletazos y una estocada en lo alto. Dos orejones de ley. Faenón de mucho peso. De los que no se olvidan. La gloria le esperaba. Cruzó por quinta vez ese umbral mudéjar que da a la calle Alcalá. Ese año dejó de torear.

Nada que añadir de los cuatro restantes. Si no hay materia, nada puede ocurrir. Fran Rivera (botella y oro) y Rafael de Julia (azul purísima y oro) fueron silenciados en sus respectivos lotes: Coreano y Candito el de Francisco y Revendedor y Casimando el de Rafael.

Destacaron con las banderillas Joselito Gutiérrez en el primero y Emilio Fernández en el quinto.



jueves, 10 de diciembre de 2020

Alternativa de José Tomás.

Si en marzo escribí sobre Enrique Ponce, ahora haré lo propio en el aniversario del madrileño José Tomás.


"José, voy a tener el honor de otorgarte la alternativa, en mi tierra, a un torero español. Te deseo lo mejor. Que se conviertan pronto tus triunfos en realidad. Que seas una figura del toreo no sólo de aquí, sino de donde quieras serlo. Mucha suerte y que Dios te ayude".




Se han cumplido cinco lustros de estas palabras. Con este discurso Jorge Gutiérrez doctoraba en tauromaquia a un jovencísimo José Tomás tal día como hoy pero de 1995 en ese impresionante embudo que es el coso de Insurgentes. Completó el cartel Manolo Mejía. Unos meses después confirmaba este joven de Galapagar la alternativa en la capital del reino de manos de José Ortega Cano y Jesulín de Ubrique. La dura cátedra venteña aprobó con matrícula a un José Tomás que venía a revolucionar el cotarro. Ya habían oído de José los aficionados madrileños pues éste salió a hombros de novillero en la plaza de la calle de Alcalá el día de su presentación en este coso. Esa puerta grande era el fin de una etapa que comenzó allende nuestra tierra, pues este muchacho de la sierra de Guadarrama marchó a Méjico para hacerse torero. Esta historia comenzó cuando su abuelo Celestino le pinchó su balón, porque JT quería ser futbolista. El país azteca certificó que él no era uno más, tenía cuajo de figura. Así que tras aquella matrícula en el doctorado, quedaba emocionarse con un toreo que hacía mucho que no se veía. Los años de 1997, 1998 y 1999 fueron simplemente excelsos. 




En Sevilla abrió la Puerta del Príncipe dos veces consecutivas y en Madrid lo hacía cada vez que toreaba. Cinco puertas grandes logró en aquellos años. El resto de plazas se rindieron ante el madrileño. Días de miel y de hiel pues su sangre regó innumerables plazas de toros. Estos primeros años de su carrera recibió heridas de distinta consideración: la más grave tuvo lugar en Autlán de la Grana el 18 de febrero de 1996 donde sufrió dos paros cardíacos debido a la sangre perdida. Dicen que el valor de los toreros se va por los agujeros de las cornadas pero José seguía día tras día manteniendo su concepto del toreo. Famosa es la sentencia del gran Antonio Ordóñez, abuelo de Francisco: "donde todos los toreros ponen la muleta, es ahí donde se pone José Tomás". Es decir, que los terrenos que pisa nuestro protagonista, jamás lo ha pisado otro; arrimándose como pocos lo han hecho en la historia del toreo. La leyenda estaba más que consolidada. Y la culpa la tiene Antonio Corbacho (QEPD), un descubridor de toreros cuya mentalidad era seguir la filosofía del samurái. Es decir, a pesar del dolor hay que mantener el tipo sin mirarse. Este novillero cuya carrera quedó truncada por una cornada, su vocación de docencia taurina le sirvió para ayudar los que se iniciaban en el arte de Cúchares. Se llevó a José a su casa y en la soledad del campo le curtió bajo una formación totalmente espartana. Y años más tarde llevó a la primera fila del toreo a Alejandro Talavante.

El 31 de marzo de 1997 tuvo el primer duelo con los dos gallos del corral: José Miguel Arroyo "Joselito" y Enrique Ponce. Este suceso tuvo lugar en el anfiteatro romano de Arlés. La ganadería de aquella ocasión fue la salmantina de Domingo Hernández. La corrida lo puso muy difícil y José estuvo hecho un león. Famosa es aquella anécdota que mientras toreaba, en el callejón Enrique susurraba a Joselito: -Escucha, el nuevo está loco. A lo que éste sentenció. -¡Qué va! loco no. Lo que sucede es que tiene unos cojones que le arrastran, más que tú y yo juntos. A partir de ese día, la hegemonía de estos dos veteranos se vio amenazada por JT.



Otro matador de mucha raza se codeaba con los dos anteriores en los carteles de postín: Francisco Rivera Ordóñez. Junto a ellos formaban un cartel conocido como "Los tres tenores". Un empresario tuvo la idea en 1998 de juntar a José con Joselito, Enrique y Francisco en la cubierta de Leganés. Se podrán imaginar como acabó la cosa. El de Galapagar hundió a sus compañeros. Arrasó. Joselito aún tenía gas pero en su horizonte empezaba a clarear una posible retirada. Ponce tenía la curiosa costumbre de no bajar de más de cien festejos por temporada en aquella época y Rivera era un torero que no se dejaba ganar la pelea. Pero hete aquí que cuando cada uno ya sabía el papel que cumpliría en esta apasionante historia llegó al escalafón definitivo un chiquillo quinceañero cuyo nombre era Julián López Escobar tras haber realizado una trayectoria de novillero más que contundente. Tomó la alternativa y demostró que ni quería, ni que iba a ser el quinto gallo del corral.




Los años siguientes salvo algún borrón como el día de Adolfo en Madrid, fueron memorables. Menos Bilbao y Zaragoza como las plazas de 1º en las que apenas toreó por diferentes razones, se prodigó en el resto de sitios. Ahí están las crónicas. En 2002 paró de torear dejando un profundo vacío. Aquel valeroso matador que se pasaba al toro como pocos antes lo hicieron, en silencio se fue a casa y así estuvo un lustro. Nada se supo de él de ese año en adelante salvo que de vez en cuando se dejaba ver en los tendidos de alguna plaza y recogía los premios logrados la temporada anterior entre otros pocos actos sociales. En el invierno de 2006 se anunció el bombazo que todos esperaban: José volvía a los ruedos. En junio de 2007 toreó en su Barcelona del alma dando aliento a los maltratados aficionados catalanes. Desde entonces abarrotó todos los cosos en los que actuó y sus tardes eran prácticamente triunfales en todos los sentidos. En la Villa y Corte cortó siete orejas en dos tardes y la capital catalana mató con éxito seis toros de diferentes hierros en julio de 2009. Seguía siendo el rey. Así hasta llegar a aquel fatídico 24 de abril de 2010 en Aguascalientes: una fortísima cornada en la femoral izquierda puso una vez más su vida al borde la muerte. Los espectadores hicieron fila en la puerta de la enfermería para donarle sangre. Gracias a la Providencia y a los conocimientos de ese magnífico equipo médico, logró salvar la vida. Tras reponerse, comenzó una dura rehabilitación y en julio de 2011 volvió a las plazas. Esta vez fue en la ciudad del Turia. En la capital valenciana, José reunió a aficionados de todo el globo y empezaba una nueva etapa en su carrera. En 2012 se encerró con seis toros en una mañana absolutamente antológica y desde entonces redujo sus actuaciones a un número muy reducido.




Un rápido repaso estadístico:

Estos son sus datos totales en Las Ventas. Ha toreado dos novilladas con caballos saliendo a hombros el mismo día de su presentación (24-9-1995). Confirmó, como explico más arriba, con Ortega y Jesulín en la Isidrada del 96. Toreó, hasta la fecha, diecinueve paseíllos más. 
Su número de salidas a hombros de matador es siete sin contar aquella en septiembre del 95 y son las siguientes: el 27 de mayo de 1997, el 28 de mayo de 1998, el 18 de mayo y el 17 de junio de 1999, el 21 de mayo de 2002, el 5 de junio de 2008, y días más tardes, el 15 de junio, cortó tres orejas y recibió otras tantas cornadas.

Ha toreado con veintinueve compañeros sin contar a Pablo Hermoso de Mendoza en la Beneficencia del 99. Ha estoqueado reses de veintiún hierros diferentes, ha cortado veintitrés orejas, ha acabado cuatro veces en las manos de Don Máximo, ha realizado siete faenas de dos orejas y en una ocasión vio como un toro de Adolfo se fue vivo al corral. 

Barcelona. Es su feudo. La Ciudad Condal es posiblemente una de las ciudades que más veces le ha visto torear. Después de Antonio Borrero "Chamaco", el torero más querido por los catalanes es este madrileño. Allí ha toreado una veintena de tardes, ha cortado un rabo (23-7-00), reapareció tras cinco años sin torear (junio de 2007) volviendo a dar calor y levantando la moral de una afición que pasaba por delicados momentos debido a ataques de todo tipo. Ha indultado un toro (22-9-08), se encerró en solitario (5-7-09) y toreó aquella dramática tarde otoñal de 2011 que supuso el cierre de esta emblemática plaza. Dieciséis puertas grandes suma en este coso. 

Sevilla. La temporada de 2001 fue la de su entrada en la afición hispalense. El 15 de abril, Domingo de Resurrección, cortó tres orejas y salió en volandas por la Puerta del Príncipe. Unos días más tarde, en plena Feria de Abril, repitió triunfo y volvió a salir a hombros, algo que, hasta la fecha, casi nadie ha logrado. Son muy pocas las tardes de José en la capital andaluza.

Méjico. Por sus venas corre sangre azteca, literal. Querido y esperado, es una tierra en la que ha cuajado toros en diferentes plazas de su geografía: El DF, Guadalajara, León, Aguascalientes, Morelia, Juriquilla... Suma un total de treinta y dos actuaciones en ruedos mejicanos.

Francia. Los franceses conocen bien al de Galapagar. En tierras galas ha realizado un total de cuarenta y dos paseíllos. Su tarde más recordada allende los Pirineos sin duda es aquella de 2012. Una soleada mañana de septiembre en el coliseo de Nîmes toreó en solitario. Cortó nueve orejas, indultó un toro y salió a hombros.

Su quietud y valor ha hecho que en no pocas veces haya acabado en manos de los médicos. Hasta en veintiséis ocasiones con cornadas tan graves como menciono anteriormente las de Autlán de la Grana (Méjico) o la de Aguascalientes en abril de 2010. Ya fueran cornadas o lesiones, de esas veintiséis ocasiones, en diecinueve no pasó a la enfermería hasta matar al animal. 

Desde 1995 ha estoqueado 1101 reses y ha cortado 737 orejas. 

Continuará...