Un torero que a base de raza y casta entró en el corazón de la afición. Su filosofía de vida se basó en la independencia y en la libertad sin tener que depender ni de taurinos ni de grandes casas empresariales. De la mano de Néstor García luchó contra viento y marea y juntos lo consiguieron. En esa tarde de 2015 dieron un jaque al sistema y aunque no salió como todos deseábamos y artísticamente fue para olvidar, el gesto y la épica ahí quedaron. Aquel sistema contra el que Iván luchó y parte del público que aquel día llenó los tendidos le dieron caña injustamente.
Guardiolas, Cuadris, Victorinos, Adolfos, Parladés... diferentes hierros y encastes jalonan su trayectoria. Junto a David Mora toreó varios mano a mano en los que hubo batalla y rivalidad. La gloria llegó el día de la Virgen de Fátima de 2014 y vestido de canela y oro se tiró sin muleta. Matar o morir, debió pensar Iván. Aquel trece de mayo cortó dos orejas y a hombros fue llevado por la Puerta de Madrid.
Bilbao, Valencia, Sevilla, Guadalajara, Bayona, Mont de Marsan y un sinfín de plazas fueron testigos de la verdad del espada vasco. Hasta que llegó aquel 17 de junio de 2017 y en Aire Sur L´Adour se cruzó en su camino un toro de Baltasar Ibán...
Mañana seré libre. Y así fue. Honradez, entrega y hombría, en el ruedo y en la vida.
Descansa en paz, Iván.

(Foto: Las Ventas)
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