sábado, 2 de marzo de 2019

Un viaje por el tiempo: el toreo a comienzos de siglo.

En una pasada publicación anoté que el toreo es fuente de aprendizaje en diversos campos ya que siempre se aprende algo sobre geografía, arquitectura, incluso de números (en el toreo 2 y 2 nunca serán 4, jeje, el que sea aficionado lo entenderá), moda, zoología, etc. Uno de esos campos, la historia nos recuerda que ella y el toreo han ido de la mano cual matrimonio celebrando unas bodas de diamante. Y así ha sido entre la Fiesta de los toros y la de España.


El siglo XX estuvo plagado de hechos y acontecimientos trascendentales para la historia y como el toreo no fue ajeno a ello, intentaré hacer un viaje ameno procurando unir ambas disciplinas. Harto de antitaurinos que nos llaman incultos y paletos he decidido escribir este artículo para demostrar todo lo que se puede aprender gracias a los toros. He leído recientemente un libro en el que cuenta la historia del toreo a lo largo de este periodo, pues añadiendo pequeños apuntes míos haré un resumen de todo lo aprendido. Me dejaré muchos detalles en el tintero, pero a vuelapluma contaré aquello que me venga a la memoria a medida que escriba estas líneas y que he descubierto gracias a todo lo que hay en torno a un hombre y este animal.

Las dos primeras décadas del siglo XX, fueron dominadas por dos sevillanos: Juan Belmonte y Joselito "El Gallo". Otro torero importante fue Rodolfo Gaona, un mejicano que vino a España y llegó a figura del toreo. Una segunda fila de toreros quiso, pero no pudo llegar a la fama, ya que el nivel que imponían Juan y José era imposible de alcanzar.
España se mantuvo neutral en la 1º Guerra Mundial, pero los españoles ya estábamos ocupados en otra guerra, sí, estábamos en guerra, la que dirimieron en los ruedos los toreros sevillanos anteriormente mencionados: Juan y José y la trasladaban a las barberías, tabernas y casinos sus acérrimos partidarios. Ríase usted de la enemistad entre el Real Madrid y el FC Barcelona. José era el poderío, la inteligencia y la facilidad delante de los toros, todo al contrario que Juan que era la imaginación y la improvisación. José venía de una familia torera que residía en un pueblo llamado Gelves, y Juan del famoso barrio de Triana y la única manera de acercarse al toro era escapándose por la noche a los campos de Tablada y tras esconder sus ropas cruzaba el Guadalquivir para torear desnudo a la luz de la luna. Debido a sus maneras de torear, de él decían que había que darse prisa en verlo porque era posible que un toro acabase pronto con su vida. No fue así ya que se retiró tarde y llegó a cortar dos rabos en la plaza de Madrid.
En cuanto a José, he mencionado su prodigiosa capacidad técnica e imaginativa, era un portento delante de los animales. Su padre, Fernando Gómez "El Gallo" era matador de toros, y sus hermanos también lo fueron, Fernando y el genial Rafael. Todos apodados con el mismo nombre artístico; otro matador tenía en su familia pues era cuñado de Ignacio Sánchez Mejías. Pues al tema que nos lleva José, es que él fue el principal responsable de la construcción de plazas de toros, las llamadas monumentales. Las plazas se quedaban pequeñas y meter mucha gente era una opción para abaratar el precio de las entradas, por lo que decidió empezar por Sevilla. Había un problema, y es que el poder lo tenían los maestrantes y ver una plaza nueva que hiciese competencia a la orden militar, les ponía de mal café. Aun así, José consiguió ver la plaza construida y con más aforo que la Real Maestranza de Caballería. Ubicada en el barrio de San Bernardo, su historia fue breve: inaugurada en 1918, clausurada en 1921 y demolida en 1930. Apenas quedan unos vestigios de aquel sueño de Joselito. Ese sueño sevillano viajó hasta Navarra pues la plaza pamplonesa fue construida con los mismos planos que la de Sevilla, sigue en pie y tiene un aforo de 19.500 localidades aproximado y tras la de Madrid, es la segunda más grande de España. En 1914 se inaugura otra monumental con un aforo de 19.582 espectadores, esta vez fue en la Ciudad Condal y la última es precisamente la de Madrid, y aunque podríamos hablar horas y horas contaré unos breves detalles sobre esta plaza. Antes de la de Madrid hubo dos plazas de toros: la de la Puerta de Alcalá y la de la fuente del Berro también llamada la de la carretera de Aragón donde actualmente se ubica el moderno Palacio de los deportes. Se empezó a construir en unos terrenos llamados La Venta del Espíritu Santo y así quedó el nombre: Monumental de Las Ventas del Espíritu Santo. Fue diseñada por José Espeliú que falleció antes de terminar el proyecto por lo que fue Manuel Muñoz Monasterio (el estadio Santiago Bernábeu fue diseñado por él) quien concluyó esta plaza de toros. Se empezó a construir en 1922, las obras terminaron en 1929 y en 1931 se celebró la corrida inaugural. Tiene un aforo de 23.798 espectadores. Fallecido en 1920 a la edad de 25 años en Talavera de la Reina, José no llegó a ver esta obra realizada.

En cuanto a Juan Belmonte, solía reunirse con los intelectuales de su época para hablar y compartir opiniones: Ramón Pérez de Ayala, Ramón del Valle Inclán, Romero de Torres… El Pasmo de Triana atraía a todos estos personajes embelesados por su forma de ser y carácter. Un escritor sevillano llamado Manuel Chaves Nogales y que era periodista, dejó un gran libro en el que habla sobre el trianero. Esta biografía es de obligada lectura para cualquier aficionado a la tauromaquia. No solo se trata de la vida de Juan, sino que es una descripción maravillosa sobre cómo era esa Sevilla de finales del XIX y principios del XX.

Tras la muerte en Talavera de Gallito ya que éste era otro de los apodos que recibió José, otros dos toreros destacados durante la segunda década de este siglo, fueron el madrileño Marcial Lalanda y el bilbaíno Martín Agüero. Debido a su trayectoria e importancia, fueron compuestos pasodobles en honor de ellos. Como comentario personal, me quedo sin duda con el que le dedicaron a Martín; sobrio y muy solemne, es un pasodoble habitual en las corridas de Bilbao.
Nos quedamos en la década de los 20 y albores de la Guerra Civil. Continuará...

2 comentarios:

  1. Que interesante
    No sabia lo de la construccion de las plazas monumentales a instancias de Joselito
    En otro articula por favor comente como murieron Jose y Juan

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