lunes, 4 de octubre de 2021

Breves apuntes de Madrid (II).

Comenzó el segundo fin de semana de la feria con una novillada de D. Antonio López Gibaja. Torearon Alejandro Fermín (grana y oro), Ignacio Olmos (caña y oro) y Alejandro Adame (marino y plata). Fue otra tarde sin mucho contenido. Festejo insípido. Lo único a destacar fue el boyante tercer novillo. El resto acusaron flojedad y mansedumbre. El cuarto fue un señor toro.

Alejandro es mejicano y hermano de toreros. Es el pequeño de ellos. Joselito y Luis David ya saben lo que es torear en Madrid. Ayer se presentó el benjamín de la familia ante la cátedra venteña. Digno debut presentación del diestro azteca. El chaval, correcto con el capote estuvo inspirado pues hizo varios quites: chicuelinas, navarras, una elegantes verónicas a su primero... Se lució con unos profundos muletazos, sobre todo con la izquierda, al primero de su lote y marró con la espada. En general se mató muy mal toda la tarde. Y abúlico en el sexto. 

Olmos fue silenciado en su lote. Tenía esperanza en este toledano, pues en 2019 dejó varias tardes interesantes en las que mostró raza y valor ante novillos de diferente condición. Este viernes 1, tampoco es que tuviera un lote ideal para el triunfo pero no le vi con la ambición de días anteriores. Sobrio en sus formas, consiguió hilvanar algún decoroso derechazo al complicado segundo. Un animal que tenía peligro sobre todo por este pitón, se colaba y buscaba herir al torero tras cada muletazo. Aún así, yo creo que un esfuerzo habría valido la pena por parte del novillero. Y nada en su segundo. Otro animal sosaina y mansurrón que no dio ninguna posibilidad de lucimiento. 

Abrió cartel un extremeño. Alejandro Fermín sigue tras muchas temporadas en el escalafón de novilleros. Incomprensiblemente el presidente no devolvió al primero, un novillo blando y desrazado que se cayó varias veces. Sin sentido, Alejandro se extendió pegando muletazos y aburriendo al personal. El cuarto, que fue el toro con cuajo y remate, tras un alegre comportamiento del animal en el caballo, poco a poco a fue decayendo en la faena de muleta. Algún lucido muletazo se pudo ver pero ante un animal que pegó el bajón, Fermín abrevió. 

Entre las cuadrillas brilló Sergio Aguilar con las banderillas en el cuarto. 
 



El sábado 2 se agotó el papel. Julián López "El Juli", Emilio de Justo y Juan Ortega hicieron el paseíllo para estoquear una corrida de Garcigrande. Destacó por su buen juego el primero de la tarde. 

 El gran triunfador de la tarde fue Emilio. Volvió a salir a hombros por segunda vez consecutiva en esta temporada ya que lo consiguió el pasado mes de julio. Por ese motivo se le sacó a saludar al romper el paseíllo; quiso Emilio sacar a sus compañeros a responder la ovación pero ellos declinaron, honrado detalle pues Julián y Juan no tenían motivos para ello. Emilio es el triunfador del año: dos puertas grandes en Madrid y otra en Sevilla tras un faenón premiado con las dos orejas son algunos de sus hitos más importantes de esta temporada. Puso a Madrid en pie con un toreo entregado y de verdad. En las primeras tandas fue poco a poco haciéndose con el toro y a medida que avanzaba la faena, las series de muletazos subían de intensidad. A pesar de las pegas del peso y el tamaño de los toros que repite una y otra Emilio Muñoz en las cámaras de Movistar TV, un toro que según este torero sevillano no podía embestir, este quinto toro (que pesaba una barbaridad) se entregó y Emilio lo bordó. Por ambos lados. No falló con la tizona y rubricó la obra con una sensacional estocada. Rugió Madrid. Hubo hasta quien le pidió una incomprensible vuelta al ruedo. El toro fue noble pero no como para tal premio. Vestido de nazareno y oro salió a hombros en Madrid por tercera vez en su carrera.

El segundo torero en expectación era Juan Ortega (corinto y oro). Tras una temporada con faenas para el recuerdo, venía de Sevilla tras bordar el toreo con el capote en varias tardes. Pasaportó rápidamente a su primero y con  el sexto fue todo primor. Muletazos de muchísimos quilates, detalles enorme torería... Un toro simplón que acudía con boyantía y el sevillano le aplicó suavidad con la muleta. Una faena desestructurada en el pegó pases por todo el ruedo. Torero de gran clase pero tiene que poner ese poco que falta para enrabietarse cuando un toro le exige. 

A Juli (sangre de toro y oro) se le fue el primero. Un toro con el tenía que crujir Las Ventas pero Julián metió pico y tiró líneas. Una máxima figura como es él tenía que haber hecho mucho más de lo que hizo. A pesar de ello cortó una oreja. Tiene el de San Blas otra oportunidad pues repite tarde el próximo domingo con Daniel Luque y Miguel Ángel Perera. 

Entre las cuadrillas destacó sobre todo Iván García por sus pares de banderillas. Un detalle a resaltar es el desorden de las divisas: como es habitual que las ganaderías tengan dos o más hierros, y cada uno tenga su divisa identificativa; en el caso de Garcigrande, el segundo hierro de esta casa salmantina es Domingo Hernández. Salieron toros de DH con la divisa de Garcigrande y viceversa. Detalle que sólo se fijaron los aficionados más avezados. No sé si por distracción o dejadez de los responsables de toriles de Las Ventas pero es algo que hay no se debe volver a repetir.







El cierre de este fin de semana fue gris. Gris por la capa cárdena de los Albaserradas de Adolfo Martín y por el circo que se montó en la plaza al final del festejo. Rumores que se oían y leían las semanas previas cuando decían que Antonio Ferrera pidió seis toros por la mañana y seis por la tarde. Quizá para emular a aquella gesta que en su día hizo el gran Antonio Bienvenida en 1959 y que, tras estoquear los seis matinales, volvió a Las Ventas en la sesión vespertina para seguir su hazaña pero en el tercer toro (noveno del cómputo total) tuvo que retirarse por problemas musculares.

Lució un turquesa y oro. Los sobresalientes fueron Álvaro de la Calle (verde y oro) y Jeremi Banti (blanco y oro). A destacar la imponente presentación de los toros de Adolfo. Así fue la cosa: descastado el primero, buscaba al torero y se quedaba corto en su recorrido. Silencio. El segundo, que era serio y muy bien presentado, acudió con alegría al peto desde los medios. Ferrera plantó batalla en los bajos del tendido 3 dejando muletazos de importancia por ambos lados y detalles muy toreros en los andares y en las formas. Ovación. En el tercero, expuso Antonio ante animal que desarrolló peligro. Tras varios fallos con el acero, despachó al cárdeno animal con un espadazo monumental. Silencio. Ate el cuarto, pudo haber apostado por un par de series cortas de muletazos para aprovechar lo que tenía el animal pero no lo debió ver claro. El quinto fue un animal deslucido y de corto viaje en su embestida. Silencio también. En el sexto escuchó un aviso. Un toro que huía y no quiso saber nada del torero y su franela, al que el extremeño pegó varias tandas aceleradas y sin ningún sentido. Ferrera quiso desquitarse de una tarde sin historia y pidió el sobrero. Salió un toro de Pallarés (encaste San Coloma) y Antonio se lució con el capote. Quiso compartir el tercio de banderillas con Fernando Sánchez, Antonio Chacón y João Diego Ferreira. Cada uno clavó un par. El mejor fue Ferreira. El subalterno portugués puso a la plaza en pie. Ya en la muleta se fajó al animal en varias tandas, asentadas las zapatillas toreó con gusto pero sin rotundidad. Cortó una oreja muy pobre gracias a unos enloquecidos tendidos de sol. Una vez muerto el animal pidió un segundo sobrero pero el presidente no lo autorizó. El publico montó en cólera, e inundó el ruedo  de almohadillas mientras AF discutía con los delegados para pedir dicho sobrero. Hasta el sexto, y quitando el blando y descastado juego de los toros, AF estuvo digno y mostró ganas durante toda la tarde. Pero fue excesivo pedir esas "dos" últimas oportunidades para intentar abrir una puerta grande que a poco habría sabido. Una plaza carnavalera y circense quería sacar a su torero a hombros a toda costa. El presidente puso cordura y cortó en seco aquel espectáculo. Ya tendrá Antonio más ocasiones para triunfar en la plaza de Madrid. Ferrera estuvo desastroso con la espada. 

Segunda encerrona de Ferrera en apenas dos años. No tocaba. Si miramos la estadística, encerrarse en Madrid y triunfar con rotundidad toda la tarde, habría que remontarse al 96 en la que José Miguel Arroyo "Joselito" cortó seis orejas, al 70 en la que Paco Camino cortó siete orejas y la legendaria de Joselito "El Gallo" a principios de siglo con los toros de Martínez. Entre tanto, aunque haya habido encerronas para recordar y para olvidar, no ha habido ninguna tan rotunda y tan recordada como las mencionadas. Es imposible. Hay que ser muy buen torero y que se alinien los astros para que todo salga bien. La probabilidad de éxito es bastante baja. 

Ferrera no ha tenido su día, los que han brillado de verdad han sido las cuadrillas. Tarde para el recuerdo de João Diego Ferreira, de "Fini", de Manolo Montoliú, de Fernando Sánchez, de José Chacón... Fabulosos todos, con banderillas o con el capote. Y entre los picadores destacó Antonio Prieto por sus puyazos al segundo de la tarde. La decepción llegó con Gabin Rehabi, picador francés con premios y reconocimientos en todos los cosos galos y que muchos aficionados tenemos ganas de verle al sur de los Pirineos ya que por diferentes motivos no suele torear en plazas españolas, que yo sepa, pero picó mal y duramente al toro que le tocó en suerte. Esperé mucho más de él.






(Fotos: Las Ventas. Vídeos: el autor).



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