domingo, 1 de marzo de 2020

Y los médicos para salvar a los toreros...

Tras Valdemorillo hace unos días, me fui a tierras castellanas a presenciar el gran homenaje que se celebró en honor de los "ángeles de la guarda" de los toreros: los cirujanos taurinos. Como dice Juncal en la mítica serie de TVE: «El mundo entero está rendido a sus pies. Todo gira en el mundo alrededor de los toros. Los músicos existen para inventar pasodobles toreros, los poetas para cantar a los toreros, los médicos para curar a los toreros, los arquitectos para construir plazas de toros, los pintores para pintar toreros y las mujeres para querer a los toreros». Aquellos años locos como fueron los 90 con Jesulín como ídolo de masas, celebró una corrida en homenaje a la mujer y abarrotó de féminas la plaza de Aranjuez. Así que esta ocasión tocaba agradecer a los galenos el granito que ponen en salvar a estos héroes vestidos de seda y oro cada vez que derraman su sangre ante el rey toro.

En la plaza cubierta de Aranda de Duero actuaron Morante de la Puebla, José María Manzanares, Cayetano, Emilio de Justo, Pablo Aguado y El Rafi. Los toros lucieron el hierro y las cintas de la ganadería salmantina de García Jiménez. El festival quedó aguado por el pobre juego de los toros. Desrazados y sosos, no dieron el juego deseado. La plaza registró una gran entrada. Añado que quizá fue por el ganado ya que no dio opción al lucimiento, y es que el festejo duró dos exactas. No se hizo aburrido ni pesado. Pascual González Masegosa, cirujano de la plaza de Albacete y presidente de la Sociedad Española de Cirugía Taurina recibió una placa al romper el paseíllo.


¿Qué decir de Morante? José Antonio vino a Aranda tras torear hace escasos días en Ciudad Rodrigo. El novillo que le tocó en suerte acusó falta de fuerzas y el sevillano le dio sus tiempos y alturas. No lo agobió para que fuese a su aire. Abrió la tarde con un ramillete de verónicas y la media. Lo más torero del festival, fue verle llevar al utrero a punta de capote con una mano desde los medios hasta el caballo. Brindó al público y comenzó con unos ayudados por alto. El trasteo fue breve. Cimentado en la mano derecha ya que este pitón fue el más potable.Cerró con un macheteo por bajo y tras enterrar la oreja hasta los gavilanes cortó la primera oreja. Durante la vuelta al ruedo regaló a los cirujanos su sombrero.  


José María Manzanares posiblemente pechó con el animal más pobre del encierro. Se estrelló y poco pudo realizar. Hizo gala de su elegancia y tras un fallido intento en la suerte de recibir, entró a matar al volapié y lo fulminó de una estocada. Saludos desde el tercio.


Cayetano fue entrega absoluta. Comenzó con unos muletazos de rodillas y ligó varias tandas con la diestra para encanto de los asistentes. Varios molinetes de rodillas fueron muy jaleados y tras una estocada que necesitó varios golpes de descabello, cortó un trofeo.


Emilio de Justo hizo el toreo más clásico de la corrida y cortó dos orejas. Alanceó a la verónica con gusto y suavidad. Cuajó al animal por ambos pitones y rubricó la faena con una estocada que cayó un pelín baja. 


El gran aliciente del cartel era el también sevillano Pablo Aguado. Apetecía mucho verle. Le tocó un toro que le regaló un puñado de sosas embestidas en la que el diestro pudo lucir su personalidad. Destacó su toreo a la verónica. La res fue a menos a medida que avanzaba el trasteo y falló con el acero. Asignatura crucial que hay que mejorar. Saludos desde el tercio.


El novillero galo fue todo entrega y variedad. Quitó por chicuelinas y remató la serie con la graciosa revolera. Toreó por lopecinas para levantar el ánimo de la tarde. Siguió en ebullición pues la faena de muleta comenzó con un pase cambiado desde los medios. El novillo prometía pero se rajó. El reiterado fallo a espadas lastró los trofeos que merecía tal labor de quietud y precisión. Escuchó un aviso.


(Fotos: Tauroemoción)


¿Seguirán indirectamente recordando a Juncal? ¿Habrá un homenaje a los arquitectos o a los músicos? El tiempo lo dirá. (Anoto que aunque no fue en una plaza, Miguel Ángel Perera realizó recientemente un homenaje a los poetas, en este caso, a la Generación del 27 en el Ateneo de Sevilla). Sería sin planteárselo un maravilloso guiño a ese genio como fue José Álvarez "Juncal", interpretado magistralmente por Paco Rabal. Acabado el festival y acompañado de la mejor gente, cenamos productos de la tierra y volvimos a la capital del Reino. 

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