lunes, 13 de mayo de 2019

Tres chavales destacan en vísperas de San Isidro.

En estas novilladas previas a San Isidro os cuento que en general, el viento condicionó las faenas de los chavales. Ignacio Olmos, Fernando Plaza y Cristian Pérez han sido los nombre propios de estas novilladas.

El 28 de abril, trenzaron el paseíllo Kevin de Luis (Rioja y oro), Lagartijo (blanco y oro) e Ignacio Olmos (tabaco y oro) para enfrentarse a un muy interesante encierro de Julio García. El mayoral de la ganadería saludó una ovación pedida por los espectadores en premio al juego de las reses al finalizar el festejo. Kevin e Ignacio debutaron en Madrid. 6.187 personas.
Pues de esta tarde me quedo sin duda con la grata presentación de Olmos. Con el poco rodaje que lleva, el joven toledano vino a Madrid a por todas. En su primero lidió con un novillo complicado que le llegó a herir. Dio una vuelta ruedo y se puso en manos de los médicos. En el sexto volvió al ruedo para cerra la tarde. Templó muy bien con la izquierda y pudo disfrutar de esos olés secos y roncos madrileños que indican que ahí abajo está pasando algo grande. Interesante combate entre Igancio e Iluminado que fue ovacionado en el arrastre. De no haber fallado con la Tizona, habría conseguido una oreja. Merece otra oportunidad.
Lagartijo toreó con soltura a la verónica a su primer novillo. Y poco dijo en la muleta, muchos pases de los que ya no me acuerdo. Por su parte, Kevin de Luis toreó en los terrenos de tablas a un novillo con querencia y en su segundo dejó una buena tanda con la derecha en medio de una faena de larga duración pero de escaso brillo.
Rafael González, Víctor Cañas y Curro Robles destacaron entre las cuadrillas.

                          

                          


Molesto y pesado el dios Eolo, volvió a ser un espectador más en la plaza de Madrid. Declarado non grato en la Fiesta de los toros, sigue acudiendo aún cuando nadie reclama su presencia. Este primero de mayo, le puso las cosas muy difíciles a Pablo Mora (verde y oro), al mejicano Diego San Román (gris perla y oro) y a Fernando Plaza (lila y oro). Diego y Fernando debutaron en Madrid. La ganadería era la madrileña de Montealto. La corrida estuvo bien presentada y dio un juego variado con varios toros mal aprovechados. 4.874 personas.
Pablo fue silenciado en sus dos toros. De Diego comentaré que estas Navidades se graduó en su Querétaro natal en Derecho y Administración de Empresas. Lo único destacable fue la fulminante estocada al quinto y los momentos más lucidos llevaron la firma de Fernando Plaza. Este chaval toreó con gusto y un concepto muy personal. En su primero llevó a cabo varias tandas muy ligadas, mostrando naturalidad y muchas ganas de agradar al exigente público madrileño. En el último, inició de rodillas la faena aguantando las complicaciones de la res y la faena estuvo basada en el poderío y el mando sobre el animal. Petición de oreja en el tercero y vuelta al ruedo en el sexto. No pierdan de vista a este novillero.


                          



El 5 de mayo llegaron a Las Ventas dos novilleros para presentarse ante la Villa y Corte: Juan Carlos Benítez (manzana y oro) y Cristian Pérez (obispo y oro). Adrián Henche (botella y oro) cerró la terna y la ganadería lucía el hierro y la divisa de Gabriel Rojas. 5.133 personas.

De Adrián comentaré que recibió a su primer utrero con unos vistosos lances a la verónica y en la muleta bregó con una embestida brusca y descompuesta. En el cuarto, un toro inválido que debió ser devuelto, el presidente hizo caso omiso de la petición del público y poco pudo hacer el joven torero. Fue silenciado en sus dos toros.
Juan Carlos Benítez, toreo muy relajado y asentado con la mano derecha al segundo de la tarde que fue un novillo con recorrido y nobleza. El novillo pedía mando en la embestida y el joven malagueño dominó la acometida de la res. Con la izquierda pegó otros tantos naturales aplaudidos por los aficionados. Ya en el quinto, tuvo que demostrar sus conocimientos ya que salía suelto y no prestaba atención a los capotes de los toreros. Empujó en el caballo. Un toro muy faltos de fuerzas que no permitió hacer faena. Mató de un bajonazo.
El lote de la tarde se lo llevó sin dudas el manchego Cristian Pérez. Con el capote alanceó por bajo a su primer novillo. En la muleta se quedaba corto el novillo. Empezó la faena con unos ayudados por altoy ligó varias tandas con la mano derecha. Por el pitón izquierdo el toro iba mejor yendo largo y con nobleza. Volvió a dar otra serie de muletazos con la mano derecha bajando y corriendo la mano. Fulminó al toro con una estocada contraria y sonó un aviso. Saludó una ovación el torero y palmas en el arrastre al burel. Cerró la tarde un novillo que iba de largo y con alegría a los trastos del albaceteño. Se ajustó al toro en varias tandas muy ligadas y se llevó un volteretón cuando cerraba la faena con unas bernadinas. Dolido y mellado aguantó hasta matarlo. Tras un bajonazo absolutamente infame, miró al público pidiendo perdón pero luego dio una vuelta al ruedo cuando nadie la solicitó.

                 
                      


Este último domingo día 12,  previo a la maratoniana feria que nos espera, Sergio Felipe (Rioja y oro), Héctor Gutiérrez (Azul pavo y oro) y Alfonso Ortiz (Malva y oro) dieron cuenta a una floja novillada de El Pilar. Pasaron por taquilla 6.153 espectadores.
Comentaba con mis amigos de asiento tras la muerte del sexto, sobre qué es lo que se puede comentar de un festejo tan aburrido e insulso como fue esta novillada. ¿Qué pondrán los críticos en sus crónicas? No hubo nada que merezca la pena contar. Con el capote los tres chavales estuvieron aseados y poco que decir de las faenas de muleta. Tras morir el sexto toro, Alfonso dio una vuelta al ruedo sin que nadie la pidiera. Entre la cuadrillas se lucieron con las banderillas Javier Perea, Marcos Ortiz, Roque Vega y Jesús Aguado.


             
                            



                          

(fotos: Las Ventas)


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