domingo, 26 de mayo de 2019

Se va "El Cid" y llega David de Miranda. Roca arrasa con dos orejas.

Comenzó la segunda semana de la feria con una novillada de El Conde de Mayalde para Rafael González (gris plomo y plata), Marcos (verde y oro) y Fernando Plaza (malva y oro). 16.810 espectadores. Al acabar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de D. Fernando Domecq.
La novillada estuvo muy desaprovechada por los tres chavales. Tuvo nobleza y buena condición y el primero tuvo algo más de gas respecto a sus hermanos.
Rafael movió la capa con soltura en el primero de la tarde. Sin apenas ser picado, al llegar a la muleta el torero pegó varias tandas sin ajuste. Cerró con unas bernadinas. En el cuarto, sin transmisión ni conectar con el tendido, dio el joven novillero varias tandas ligadas de buen trazo y tras finalizar la serie con unas manoletinas, cortó una insulsa oreja.
Marcos, que pasó por San Isidro sin hambre ni ambición, aún así en el segundo hizo un vistoso y variado quite con el capote. En el tercio de varas realizó un templado lance por tafalleras Fernando Plaza.
Completó el cartel Fernando, el cual tuvo como primer toro a un animal flojo y desrazado, le agobió toda la faena sin darle sitio ni espacio. Cerró la tarde con un toreo templado y con unas maneras muy personales. Tras brindar a "El Fundi" y Rafael de Julia, toreó con la izquierda varias tandas rematando cada serie con pases de pecho que gustaron a los asistentes. Palmas de despedida.
De las cuadrillas, sobresalió Miguel Martín en el tercio de banderillas.

                          



El martes 21 empezó caliente la tarde. Presidía D. Gonzalo De Villa, el mismo que le abrió a Miguel Ángel Perera la puerta grande días atrás. El público protestó contra el usía y se mostraron pancartas en el Tendido 7. Acto seguido aparecieron varios miembros del Cuerpo Nacional de Policía, imagino que con el fin de requisar dichas pancartas. La plaza entera estalló contra esta situación. Ya en el tema estrictamente taurino, lidiaron seis reses de El Pilar el salmantino Juan del Álamo (caña y oro), el extremeño José Garrido (azul noche y oro) y el madrileño Gonzalo Caballero (grana y oro). 14.666 espectadores. El encierro que mandó desde Salamanca la familia Fraile encantó a los asistentes. Complicados y exigentes, no se lo pusieron nada fácil a estos muchachos. Destacó por su presentación y trapío el sexto de la tarde. Juan y José recibieron dos duras volteretas y Gonzalo, herido en el 3º, no pudo acabar el festejo.
Del Álamo dio una vuelta tras petición de oreja en su primero que fue un toro que exigía mando y firmeza. Mató el sexto toro en lugar de Gonzalo al que toreó bien con el capote.
Garrido por su parte mostró interés y ganas. Uno de sus mejores momentos fueron unas verónicas muy cadenciosas al último del festejo.
Gonzalo Caballero que sólo pudo lidiar una res por caer herido, toreó con suavidad al tercero de la tarde con la capa. En la muleta se quedó muy quieto en unos ajustados estatuarios y trasteó con gusto y mucha naturalidad. Buscaba siempre la colocación, detalle que siempre agradece el estricto público venteño. Se le notaba tranquilo y muy seguro. De las veces que mejor le he visto en Madrid. Se tiró a matar y recibió una grave cornada en la parte exterior de la pierna izquierda.


                    


                   


El miércoles 22 la plaza se abarrotó para ver un cartel con varios alicientes. La despedida de Manuel Jesús "El Cid", un torero respetado en Madrid que de no haber sido por sus muchos fallos con los aceros podríamos hablar de un matador que tendría en su palmarés siete u ocho puertas grandes en vez de las dos que ha conseguido. Trasteos para la memoria como los de Guitarrero, un bravísimo toro de Hernández Pla en la Isidrada de 2002; sus puertas grandes en 2005 y 2006 con toros de Victorino y Alcurrucén respectivamente. En 2008 un trasteo con la mano izquierda a un toro de El Pilar. Esa misma feria, otra faena a un toro de Victorino en un día de lluvía y frío. Tres años después a un toro de El Puerto de San Lorenzo. En 2013 un faenón cimentado en el toreo al natural a un toro de Victoriano del Río llamado Verbenero... Busquen esas faenas y disfrútenlas. Los otros matadores fueron López Simón que el año pasado salió a hombros y la máxima figura, Andrés Roca Rey. Los toros vinieron desde La Goa, finca portuguesa donde pastan los toros de Parladé.
Manuel, que vestido de azul pavo y oro se enfrentó a un lote soso y noble. Estuvo correcto el diestro sevillano en dos faenas en las que aplicó a ambas reses lo que necesitaban. A su altura, sin exigirles ni obligarles. Los madrileños deseábamos una última vez, ver volar esa muleta con la mano izquierda como en las grandes tardes de antaño. Pero no pudo ser. La Tizona no funcionó y fue silenciado. Madrid le brindó una cariñosa ovación de despedida.
López Simón vistió de negro y oro en su primer paseíllo en esta feria. Cortó una oreja en el segundo de la tarde al que comenzó con unos estatuarios muy ceñidos. Le dio distancia y el toro repetía en sus embestidas con nobleza y prontitud. Mató de una estocada delantera. En el quinto, un mansazo que se defendía, le hizo una faena en los bajos del 7. Se pegó un arrimón y el público aplaudió su labor.
De canela y oro llegó Andrés. Ajustado con la hora, tuvo que bajarse de la furgoneta y cruzar a toda velocidad la explanada de la plaza. En su primero estuvo horroroso. Lo recibió con unas gaoneras y el toro le propinó una tremenda paliza llegando a herirle. Andrés se mantuvo en el ruedo. Un sobrero de El Conde de Mayalde que apenas fue picado. Abundaron los enganchones y mató de un infame bajonazo. Silencio. En el sexto la cosa cambió. El peruano fue poco a poco haciendo él al toro. Comenzó el trasteo con sus habituales pases cambiados y siguieron varias tandas muy profundas, donde hubo ligazón y una mano muy baja en la que arrastraba los flecos de la muleta por la arena. Al natural sacó unas tandas muy rotundas. El toro embestía noble y largo por ambos pitones. Madrid rugía. Finalizó su labor con unas bernadinas. Espadazo y dos incontestables orejas.



                         


                         

                         


Tras la apoteosis del peruano, el jueves 23 se lidió una corrida de Jandilla para Sebastián Castella (lila y oro), Emilio de Justo (grana y oro) y confirmaba alternativa Ángel Téllez (tabaco y oro). 22.000 espectadores en tarde ventosa. La corrida que trajo desde Don Tello Borja Domecq, defraudó.
Sebastián Castella inició al primero de su lote con unos doblones. Manso de condición, Castella lo intentó por ambos pitones. Trató el galo de dar un poco de sitio para que el toro fuese un poco más a su aire. Estocada honda y silencio para el de Béziers. En el cuarto, comenzó su faena con su característico pase cambiado que emocionó por su justeza y riesgo. Complicado este toro, la faena bajó de intensidad tras varias series de derechazos aplaudidas por el público. Por el pitón izquierdo no hubo nada que reseñar. Se atascó con los aceros y fue silenciado.
Emilio de Justo se mostró firme y dispuesto en el tercero a pesar de las dificultades de esta res. Destacaron varios lances con la franela. Con la espada no estuvo acertado y también fue silenciado. Soso y rajado el quinto toro, poco pudo hacer el extremeño.
Confirmó la alternativa Ángel Téllez. Le vi un poco sobrepasado ante este exigente examen madrileño. El primero fue un toro manso y que salía suelto tras cada lance. Intentó una y otra vez pero poco pudo hacer. Pinchó dos veces antes de cobrar una estocada. Desbordado ante el encastado que cerró la tarde, se llevó un susto tras comenzar la faena citando al animal a treinta metros de distancia. Silencio en sus dos toros.


                         



                          




                          


(Fotos: Las Ventas)

El viernes 23 se agotó el papel un día mas para ver a "El Juli" (tabaco y oro) a Paco Ureña (malva y oro) y a David de Miranda (blanco y oro). Paco volvía a Madrid tras su percance en Albacete al final del verano y David se presentaba como matador de toros ante la afición venteña tras muchos meses postrado en una cama a causa de una grave lesión producida por un toro. Desde la finca "Lo Álvaro", trajo Juan Pedro Domecq un encierro flojo e inválido. Destacó el 6º de nombre Despreciado. El viento sopló con fuerza toda la tarde.
"El Juli" pasó inédito en su primera comparecencia madrileña, al no tener opciones ante un lote absolutamente inválido. En el cuarto, un toro al que se pedía con insistencia su devolución, el presidente lo mantuvo en el ruedo y bien avanzada la faena de muleta, Julián miraba tras cada serie de muletazos al palco a ver que hacía el usía. El presidente asomó el pañuelo verde autorizando a cambiar al toro y empezar de nuevo. Una vez más, Las Ventas estalló. Costumbre es que sólo se puede cambiar un toro hasta banderillas y si se devolviese el toro, el matador no tiene derecho a un sobrero. Indignación monumental en los tendidos de la plaza. De poco sirvió pues el sobrero fue igual de pésimo que el toro al que sustituyó.
Paco Ureña saludó una gran ovación al romper el paseíllo. Torero querido en Madrid, hacía ilusión volver a verle torear en la Villa y Corte. Comenzó bien a la verónica y muy torero fue el inicio por doblones. En esta faena destacaron varios naturales varios largos y profundos. Con la derecha buscaba siempre la colocación. Mostró muchas ganas el lorquino en su reencuentro con Madrid. La estocada se fue baja y dio una vuelta al anillo. En el quinto, cortó una oreja a un toro desclasado e incierto. La estocada cayó bajísima. Madrid estuvo muy cariñosa y premió al murciano con un trofeo.
El onubense David de Miranda, saboreó la gloria de lo que es cruzar una Puerta Grande en Madrid. Tapado y por el que pocos apostaban, en el toro de su confirmación se las vio con un animal flojo y desrazado. Se lució en un quite por saltilleras e inició por estatuarios. Cerró la tarde ante Despreciado, el único toro interesante del festejo. Picado en demasía, aún tuvo gas para aguantar la faena de muleta. Fue un toro con un gran pitón derecho. Comenzó el trasteo citando al toro a treinta metros de distancia. El viento arreciaba y David estuvo muy firme. Ligó varias tandas por ambos pitones y lo fulminó de una gran estocada. Dos orejas y en volandas se lo llevaron camino de la calle de Alcalá. Apunten a este torero y no le pierdan de vista.
Tengo que dedicar unos renglones para hablar de una puerta grande. Salir a hombros en Madrid es una paliza para cualquier matador. La falta de respeto y de educación por parte de los aficionados es intolerable. Absolutamente vergonzoso. Ver pasar a un torero a hombros por ese arco múdejar y admirarle es algo imposible en Madrid. La gente se lanza a arrancarle los machos, las hombreras... Se lo hicieron a Esplá en su despedida en 2009, a Talavante en 2013, a Perera en 2014, a Álvaro Lorenzo en abril y a Diego Urdiales en octubre del año pasado... A Andrés, que llevaba una cornada en el muslo, le llegaron a tirar al suelo. Después de jugarse la vida ante dos bichos de media tonelada, tienen que vérselas ante cientos de animales desesperados por conseguir unos míseros alamares. David tampoco se salvó. Llegaron a tirar de la castañeta al joven onubense. Toda esa gente que suele recriminar a aquellos que protestan durante las faenas y que piden respeto, son esos que luego se jactan de haber conseguido unos hilos del vestido a costa de empujones y tirones. Se deben tomar medidas drásticas.


                         







             


(Fotos: Las Ventas, Pablo Cobos y Adrián Alonso)



El sábado 25 vino desde el campo charro un encierro de la ganadería de Pedraza de Yeltes. Hierro que en otros sitios, véase el sur de Francia o el norte de España siempre le suelen salir las cosas pero en Madrid no termina de romper. En cuanto al juego de las reses, cumplieron en el caballo y de la presentación hay que decir que vino muy justita. Nobles y sosos para la faena de muleta. Pedraza defraudó. Los matadores que torearon este día fueron Octavio Chacón (verde y oro), Javier Cortés (blanco y oro) y Juan Leal (blanco y oro). 16.472 espectadores.
Juan Leal destacó en el segundo de la tarde al que dio distancia en varias series de muletazos. A medida que avanzaba la faena se fue arrimando y ahogando al animal. Acortaba distancia en un toreo muy encimista. El toro le avisó y Juan siguió. Tras una tanda más, el burel acertó y le hundió el pitón 25 centímetros. El diestro francés aguantó unos minutos más. La estocada tuvo mala colocación pero a pesar de ello, Madrid le dio una oreja que a juicio de muchos, fue muy barata.



                       

                       

                       


El domingo 26, en un cartel de seis rejoneadores se cortaron tres orejas a cargo de los caballeros Martín Burgos, João Moura y João Telles. Un festejo que duró dos horas largas.
Finalizada la segunda semana, arrancaremos el lunes con un encierro de La Quinta y la actuación de Ángel Jiménez, un chaval de Écija en el que tengo mucha ilusión. El plato fuerte de esta semana será sin duda el homenaje al encaste Albaserrada en el que el día grande será el jueves, ya que Roca Rey se verá las caras por primera vez con estos toros ásperos y encastados. Que haya suerte.

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