miércoles, 25 de noviembre de 2020

Eterno Paquirri.

A lo largo de estos días, en aquel infame canal que es Telecinco y es epicentro nacional de la telebasura, han tratado por enésima vez acerca de la vida de un torero. En este caso ha sido sobre la herencia que ha dejado el Gran Paquirri. El tema en cuestión ha sido Cantora, la finca que ahora estarán sus hijos Francisco, Cayetano y Kiko viendo qué hacer con ella. 

Aquel tan vulgar espacio que se dedica a destripar la vida de cualquiera y de la que se pueda rascar unos cochinos euros, dirigido por aquel presentador cuyo nombre no me apetece nombrar y que es por todos conocido, vuelve a echar mano de un tema taurino para ganar audiencia y dinero.

Desde luego, ¡qué triste es ser antitaurino! Despotrican, nos insultan cuando les apetece y muchas veces sin recibir castigo y lo más alucinante... ¡Se enriquecen a nuestra costa! Todas las revistas y tertulias televisivas del famoseo han tenido siempre historias de toreros entre sus páginas. Para bien o para mal han hablado de sus vidas y han corrido ríos de tinta en el papel "couché" sobre sus amores y desamores. Cada vez tengo más claro, que qué sería de los antitaurinos si desaparece la Fiesta de los toros. ¿Tendrían de qué hablar? ¿Tendrían a quién insultar? No podrían pintarrajearse de rojo sin motivo alguno manifestándose por cuarenta euros y un bocata de jamón, o vegetal (vaya usted a saber), a las puertas de cualquier plaza de toros.  

Ahora bien, estos últimos años con las cornadas mortales a Renatto, Rodolfo, Iván y Víctor sumando las prohibiciones políticas, lo que se pueda rascar que haya hecho algún torero de cara a la opinión pública y demás, imagino que habrán dado muchísimo juego a aquellos que buscan historias de miseria sobre los que visten de alamares. No habrán desaprovechado para escribir acerca de todo esto. Yo no vi el programa en cuestión, pero en las redes sociales, se leían todas las opiniones de los usuarios que seguían minuto a minuto lo que acontecía. 

Si hay algo que no consigo comprender es que un matador como Vicente Ruiz "El Soro" se prestó a participar comentando sobre la vida de su compañero de profesión y también de cartel, pues en aquella fatídica, él junto al llorado José Cubero "Yiyo" fueron los testigos de la muerte del torero de Zahara de los Atunes. Además él es el único que sigue vivo, pues José murió once meses después en la plaza de Colmenar Viejo. ¿Cómo se puede ser parte de un programa que nos desprecia enormemente? Me alucina que siempre entre los toreros digan que entre ellos hay respeto, admiración etc etc pero luego sales en Telecinco a contar cosas que deberían quedarse en una plaza de tientas, en una tertulia campera o en un patio de cuadrillas. ¿Eso es honrar la muerte de un compañero caído? Me da una rabia tremenda. Lo interpreto como que es dar alas a nuestro enemigo, y aquí ya he dicho en alguna ocasión que no le podemos ni dar agua, y si tiene sed... ¡le daremos polvorones! No podemos ceder ni el mínimo milímetro.

Y hablando de nuestro enemigo, yo catalogaría tres tipos de antitaurinos:

El respetuoso: podrá no estar de acuerdo pero pregunta, se informa, quiere aprender, debate, discute... en fin, procura enterarse de aquello que no conoce. Para él, un ser humano siempre valdrá más que un animal. Respeta y es respetado. Así he conocido muchos. Un ejemplo muy fácil: el popular presentador de televisión "Frank de la Jungla". No le gustan los toros pero acepta y comprende su valor ecológico, cultural, histórico... Él cambiaría algunas partes de un festejo pero no los prohibiría. Para grabar un programa de toros visitó fincas, convivió con matadores, aprendió cómo vive el toro en la dehesa...

El radical: la misma palabra lo indica. No acepta, no escucha, no quiere debatir. Se alegra de las cornadas y sobre todo de las muertes de toreros. No hay mucho más que explicar. No es antitaurino, es animalista y poner al animal por encima del hombre es lo más peligroso. 

El hipócrita: este tipo de antitaurino se refleja en el susodicho antes referido: Jorge Javier Vázquez. Aunque hay fotos que atestiguan que ha presenciado festejos taurinos, ahora los detesta, pero aún así siempre que hace falta tira de la tauromaquia para meter contenido en sus programas. No le gustan los toros pero sí la tajada que pueda sacar de ellos. Si por él fuera, los toros se acabarían de inmediato. Aunque visto lo visto, nunca está demás acabar ganando dinero hablando de cualquier cosa relacionada con el mundo de los toros y que sea susceptible de ser llevada a la opinión pública y acabar siendo chismorreada en peluquerías y pescaderías. También podrían contarse en este apartado las ONG, las asociaciones animalistas y demás grupos que buscan el chiringuito de la subvención económica prevaleciendo esto siempre antes que la verdadera necesidad de ayudar a los animales.

En Pozoblanco y en septiembre de 1984 un toro mató a Francisco Rivera Pérez. Murió un hombre y nació una leyenda. Un torero cosido a cornadas, que llenó plazas y gozó del aprecio y afecto de la España de su época. Arrollador en banderillas, poderoso con la muleta y rotundo con la espada. Era máxima figura del toreo. Salió a hombros de Las Ventas hasta en seis ocasiones. Su legado es ese y no el que os quiera imponer Telecinco. 

Aunque ellos no quieran o no lo acepten, siempre será un referente para aficionados y para aquellos que se hayan dedicado o se dediquen al arte de Cúchares.

Descansa en paz, Torero.



                                           Paquirri y Buenasuerte de Torrestrella, 24-V-1979.

Una de sus grandes tardes en Madrid. Le cortó las dos orejas y salió a hombros.




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