lunes, 25 de noviembre de 2019

Tentadero con Diego Urdiales y Tomás Campos.

Como ya expliqué en mi última crónica de la temporada, el invierno se hace demasiado largo.  Así que hay que aprovechar las diferentes actividades que surgen para estar en contacto con el toro bravo.

Madrugar es algo que a pocos gustan. En cambio, madrugar para hacer lo que nos gusta es algo que se hace más llevadero. Y en mi caso, si hay que madrugar para hacer una actividad taurina, pues se lleva con alegría. Así fue el pasado sábado 17 de noviembre. Y a una hora indecente en la que la juventud sigue de fiesta y el gallo aún no ha cantado el amanecer, me desperté para ir con la Asociación el Toro de Madrid. Desayuné y salí de casa rumbo a la plaza de Las Ventas donde nos esperaba un autobús. ¿Y a dónde fuimos?, os preguntaréis. Pues a Feria, un pueblecito situado en la provincia de Badajoz en cuyo término municipal se encuentra la ganadería de Guadajira de encaste Domecq y que procede de las ganaderías Martelilla y el Torero. Un viaje que duró tres horas largas, en el que al llegar a la finca casi rozando el mediodía vimos recompensado nuestro cansancio con un tentempié que nos ofreció su propietario: Ángel Muñoz Becerra. La hospitalidad de él y su familia durante toda la jornada fue extraordinaria.

Tras unos días que en los que nuestra Piel de Toro estaba siendo azotada por el frío y el mal tiempo, el astro rey bañó de luz y calor las encinas de esas dehesas. Repusimos fuerzas y subimos al palco de su coqueta plaza de tientas. En sus corrales estaban encerradas seis becerras que serían examinadas por dos torerazos: Diego Urdiales y Tomás Campos. Por cierto, un gravísimo percance de fractura, luxación y desplazamiento de articulación sufrió este joven diestro en agosto en la madrileña localidad de Cenicientos. Hablando con él me dijo que era una recuperación que suele durar medio año aproximadamente. Tres meses después, este torero de Llerena volvía a ponerse delante de un animal bravo.

Por estricto orden de antigüedad lidió cada torero tres animales alternándose entre ellos. De juego dispar y de diferente condición, hicieron frente riojano y extremeño a las embestidas de las vacas. El de Arnedo sabe torear y según Alejandro Talavante, es de los que mejor interpretan el toreo. Verle mecer las telas y guiar con ellas dichas embestidas es una delicia. Tomás por su parte demostró que estaba muy recuperado y aunque al final de la tienta acusó las lógicas molestias vimos como bajo las enseñanzas y consejos de Diego avanza a pasos agigantados. Y servidor hizo tapia (la tapia como tal es la propia de la placita, en la que los maletillas y muchachos que sueñan con la gloria se sientan y esperan a que los toreros cuando acaban de torear, permiten a aquellos que lo deseen bajar a la arena y dar unos pases a la vaca. Eso es hacer tapia, y de ahí viene tan taurina expresión). Me permitieron bajar así que no desaproveché la ocasión de lucirme ante los dos matadores y mis amigos. Al no tener trastos, Urdiales me dejó su capote y pude alancear a la verónica. También con el capote desempolvé la antigua suerte de el Bú y con la muleta pude dar un par de tandas.

Acabada la tienta nos subimos a un remolque desde el que nos enseñaron la camada de novillos y las vacas de vientre con sus becerritos. Finalizada la visita, fuimos a comer y tras almorzar volvimos a casa.

Ficha de la ganadería.
Procedencia: Marqués de Domecq.
Divisa: naranja y verde.
Señal en oreja: despuntada en ambas.
Antigüedad: 15 de junio de 2014.
Finca: Dehesa Nueva. Feria (Badajoz)
Historia: Esta ganadería fue formada por Ángel Muñoz Becerra en 2007 al adquirir cien vacas y dos sementales de la ganadería de Martelilla. Poco después añadió reses de la ganadería de Toros de El Torero de idéntica procedencia. Martelilla se fundó en 1996 con la mitad del total de las reses del hierro de Marqués de Domecq. Recibida provisionalmente por D. Félix Moreno en 1915 fue transferida en 1918 a D. Antonio García Pedrajas, de quien heredaron en 1931 a partes iguales los hermanos Francisco y Magdalena García Natera. La porción proveniente de Francisco fue adquirida  Ramón y Jaime Mora-Figueroa (hijos de la Marquesa viuda de Tamarón) que emplearon sementales del hierro del Conde de la Corte. En 1945 pasó al Conde de ANtillón y dos años después al Marqués de Contadero. Finalmente fue adquirida en el 49 por D. Salvador Noguera de quien pasó en febrero del 51 al Marqués de Domecq y Hnos que la incrementaron en la misma fecha con un lote de reses de D. Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio.


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                               (Fotos: Álvaro García Vega

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