domingo, 24 de noviembre de 2019

Master and Commander. Una película de culto.

¿Aquí se habla sólo de toros? no. La tauromaquia es el eje de este rinconcito en la red pero hoy no voy a escribir sobre la Fiesta.
Me apetece escribir sobre una película que para mí es, sencillamente, una obra maestra. Y no, no es una película taurina. Si todos tenemos películas que por mil veces hayamos visto no nos cansamos de verlas, ésta entraría en esta sección. Me refiero a "Master and Commander: al otro lado del mundo" película estrenada en el año 2003, dirigida por Peter Weir y protagonizada por Russell Crowe y Paul Bettany. Esta película está basada en la saga de novelas de Patrick O' Bryan. Ganó dos premios Oscar de la Academia (2004) y fue nominada a otros ocho. 

A principios del XIX, Napoleón sueña con dominar Europa. Y a punto estuvo de conseguirlo. En 1808 se topó con un pueblo que estaba harto de seguir rindiendo pleitesía a un francés así que se levantó en armas contra él. Nuestros vecinos mostoleños comenzaron y les siguieron el resto de madrileños. Le dimos un buen rapapolvo al viejo Bueno en Parte y estos heroicos madrileños se convirtieron en leyenda.

Nuestra historia empieza en abril de 1805. Con Europa en guerra, los océanos se han convertido en campos de batalla. En la costa norte del Brasil, la fragata británica de Su Majestad, "Surprise" con 28 cañones y 197 almas, ha recibido la orden de capturar, quemar o hundir el buque francés "Acheron". 
Un viaje apasionante de guerra, cultura naval, costumbres y peripecias que enseñan cómo se vivía en un buque militar hace dos siglos. Un viaje que acaba en las islas Galápagos.

Los personajes principales son los siguientes:
-El capitán Jack Aubrey "El afortunado". Orgulloso, no admite el fracaso y está obsesionado con obedecer las órdenes que le dieron desde el Almirantazgo. Como él dice en la película: cumplir la misión sin importar el precio. Él mismo reconoce que a pesar de que las órdenes sólo eran válidas en la costa brasileña, su orgullo hace que persiga a su enemigo a través del cabo de Hornos hasta el Pacífico. Se preocupa por su tripulación: manda con rigidez pero también es cercano a sus hombres. Cuenta con la absoluta lealtad de todos ellos. Comenta que prefiere que sus hombres se emborrachen de vez en cuando a enfrentarse a un motín.
-Stephen Maturin. Es irlandés y el mejor amigo de Jack. Es el cirujano de la expedición. Su deseo es capturar un ave no voladora. Durante la travesía estudia botánica y fauna. Su deseo es avanzar científicamente en estos campos antes de que la naturaleza caiga bajo la corrupción del hombre.
Oficiales: William Mowett, Howard y Thomas Pullings. Este último es hombre de confianza de Jack y buen marino. Es nombrado capitán.
Guardiamarinas: Peter Calamy, Boyle, Hollom, Williamson y William Blakeney. Jóvenes, apenas unos muchachos enrolados en un buque de guerra. No superaban los doce años. Eran niños que en la Real Armada recibían alimento y formación entre otras cosas. Solían ser huérfanos así que aquí les garantizaban aquello que en tierra seguramente no recibirían. Demuestran un valor desmedido. Blakeney sufre, tras una andanada, una herida en su brazo derecho y debido a la metralla, lleva al cirujano a amputárselo en una secuencia de gran crudeza.
Otros son: El señor Lamb es el carpintero y Joseph Nagle su segundo. Barret Bonden el timonel, Higgins el segundo del cirujano; killick el cocinero, Hollar es el contramaestre y James Lloyd es su segundo; John Antonio, Michael Doudle, Awkward Davies y Nemeniah Slade son cabos de mar; Michael Doudle, Robert Gardner y Robert Kemp son marineros de primera y John Allen, piloto de derrota.

A pesar de ser una película sobre guerra, sólo hay dos combates que se presencian al inicio y al final. Entre medias, Weir hace que desde el sofá nos sintamos un miembro más de la tripulación. Nos enseña con todo detalle cómo viven, duermen, comen, visten y hasta cómo eran las duras operaciones (detalle de la arena que echaba el doctor alrededor de la mesa antes y durante la operación para no resbalarse con la sangre del paciente). Se nota que la dedicación a aprender la vida militar en alta mar ha sido minuciosa por parte del director y su equipo. Tras haber visto batallas navales en otras películas, ninguna tiene el realismo y seriedad de Master and Commander. Dudo que alguien la supere, sino simplemente la iguale. Es, para mí, la mejor de su género. Y por último, la elección de su banda sonora es soberbia: obras de diferentes compositores acompañan esta maravilla cinematográfica. Luigi Bocherinni, Bach, Arcángelo Corelli... Un deleite.

Y a mi juicio comentaré varios detalles que no dejan indiferente: la primera es la férrea disciplina. Tantos hombres en un barco, el capitán sólo puede permitirse un rebelde a bordo. Por un desplante a un compañero, uno de los marineros es castigado con doce azotes. Como dice Jack, "sin respeto, la disciplina salta por la borda" y "¡A los hombres hay que gobernarlos!". 
La siguiente podríamos llamarla "la psicología de los hombres del mar" en donde se aprecia como les afecta el devenir de su travesía. A través de casualidades, cada vez que ocurre una desgracia, Hollom, el guardiamarina, siempre está por medio. Gran parte de la tripulación achaca a él la mala suerte y éste cree que lo han maldecido. Acaba suicidándose. "Los marineros soportan muchas cosas, pero nunca un gafe". Jack Aubrey. 
Es obligado mencionar la mentalidad de la época. Como ya queda explicado, es impactante la actitud de los guardiamarinas. Éstos, apenas unos adolescentes imberbes, pelean y aceptan con madurez impropia de su edad todo lo que les pasa: recibir un disparo, aguantar las duras curas de las heridas, ver morir a sus amigos, incluso dirigir el abordaje del barco enemigo y hasta asumir el mando del navío. En 2021 los universitarios protestan que se cuestione el ir en chándal a clase porque "es más cómodo" y hace dos siglos un mocoso de quince años luchaba hasta el último aliento en Trafalgar. Vivimos en una sociedad de débiles y pusilánimes. 
Otra podría ser el compañerismo. Bordeando el cabo de Hornos en medio de las tormentas donde se unen los dos océanos, una de las velas corre el riesgo de romperse por el fuerte viento y el contramaestre ordena que se haga algo al respecto. El batallón que debe encargarse ve como Warley, uno de sus miembros se va al agua tras partirse el palo que la sujetaba porque no soporta la presión del viento. Pullings se da cuenta de que el palo y los restos de las velas hacen de ancla flotante y que si no se desprenden ellos, hundirán la fragata. Así que el capitán, sin poder rescatar a su hombre, sacrifica su vida por la del resto. Precisamente uno de los que cortan la cuerda y asume que su amigo Warley morirá ahogado, es el que será castigado por faltar a otro compañero.
El título: Master and Commander. Es un juego de palabras. Viene a significar Señor y orden.
El lenguaje naval: el argot náutico es extremadamente rico. Veamos algunas citas de la película: "Tres cuartas por la amura de estribor"; "(Señor Calamy) sondaleza, por favor",  "arriar en banda", "larguen sobre juanetes"; "(Señor Boyle) ice el pabellón", "con la primera andanada, barrió nuestra popa y nos dejó sin timón", "orce de vez en cuando", "(John Allen), piloto de derrota", "asumirá el mando en el alcázar", "raspen un estay", "contaba con el barlovento"...
La fe: son cristianos. Era una sociedad creyente. La escena en la que rezan por los difuntos es preciosa.
La naturaleza: el doctor, durante la tarvesía, investiga tanto plantas como animales. Junto al señor Blackeney estudia tortugas, contempla focas, descubre insectos-palo, disecciona peces y busca pájaros que no vuelan. Sin duda, aunque cronológicamente la película sucede antes del nacimiento de Charles Darwin, Patrick O´ Bryan deja pinceladas de lo que vendría después con Charles Darwin y sus avances en la naturaleza.
La última es el patriotismo. Están orgullosos de ser ingleses. Saben que la "Acheron" es un hueso durísimo de roer. Una fragata con el doble de cañones y el doble de hombres que va a vender cara su vida. Aquí surge una de las grandes citas de la película: "Aún al otro lado del mundo, este barco es nuestro hogar. Este barco es Inglaterra". Lo tienen a tiro y aunque miles de millas náuticas atrás, y sin que las órdenes ya no sean válidas, van a luchar contra los franceses. Un pequeño guiño sobre la clase política. Una vez en las Galápagos, tras haber repuesto agua y víveres, el doctor pregunta si unas velas que habían visto días atrás en el horizonte era su archienemigo, a lo que el capitán responde tajante: "No estoy seguro. Y si lo es, estará muy lejos. Sería como buscar un hombre honesto en el Parlamento".

Dos horas largas de felicidad harán las delicias de aquellos que les apasione el mar y esta época histórica. Una maravillosa obra que nos traslada al siglo XIX y con absoluta fidelidad nos narra la vida en alta mar. Te lo recomiendo querido lector. No perderás tu tiempo. Y si me permites una recomendación, aconsejo verla en inglés.

PD: a colación de la película, encontré este artículo escrito por Iñako Rozas. Sublime.


            



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