sábado, 15 de febrero de 2020

El toreo. Escuela de vida.

Hoy voy a escribir sobre algo que mucho tiempo me lleva rondando por la cabeza. En general los taurinos sufrimos ataques constantes y no voy a mencionar las redes sociales en las que cada vez que hay un percance o una desgracia cae el chaparrón animalista. Hace unos años la información taurina era habitual en los informativos. Actualmente salvo contadas ocasiones y determinados medios, sólo se informa de dichas tragedias. Ahora que están tan de moda los colectivos de todo tipo y pensamiento, el taurino es uno que sufre el odio de aquel que no simpatiza con él y además criticarlo o vilipendiarlo no suele acarrear consecuencias. Gracias a Dios, con la creación de la Fundación del Toro de Lidia, las cosas han cambiado. Sus abogados se han puesto manos a la obra y los resultados son excelentes. Aquellos que pensaban que se iban a de rositas, ha caído sobre ellos el peso de la ley. Así que voy a poner encima de la mesa diferentes puntos que ido comprobando a lo largo de varios años para posibles debates.

Nos llaman paletos porque consideran que tal espectáculo no merece otro adjetivo calificativo. Nos tildan de incultos. Según unos recientes informes del Ministerio de Cultura, aseguran que en España es el aficionado a los toros es alguien que le gusta visitar museos, asistir a conciertos o teatros y leer de una manera más habitual que aquellos que no tienen la tauromaquia entre sus aficiones. ¿Casualidad?

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 Lo que primero se ve al entrar en este rincón en la red, es una referencia a como el toreo y la historia de nuestra nación han estado unidos desde la noche de los tiempos. Un ejemplo rápido: un popular dicho asegura que para ver la realidad de nuestra tierra, no hay más que asomarse a una plaza de toros. Lo podemos comprobar en la locura de estadísticas en la década de los 90 con el descenso de corridas y muchos más problemas en estos últimos años. Es imposible no encontrar referencias al toreo en diferentes ámbitos de la pintura, escultura, música, moda, poesía etc. Sin animales de por medio, una de las actividades más populares en torno al toreo son las tertulias. Infinidad de peñas y asociaciones organizan estos encuentros con el fin de escuchar y aprender de las vivencias de ganaderos, toreros, empresarios y un largo etcétera de protagonistas de la Fiesta. Mientras nos tachan de cazurros, hay aficionados que es un lujo escucharles. Al que nos acuse de ello le diré que busque a Luis Francisco Esplá y le escuche durante tan sólo diez minutos. No le dejará indiferente. Respecto a los matadores, cada vez hay más toreros con formación universitaria. Aquellos con estudios saben que esto es un mundo y como llegar a la cima es casi imposible, tienen preparada una alternativa por si llega un más que posible fracaso. Y no sólo formación académica, sino también en valores humanos. Uno de los objetivos de las escuelas taurinas no sólo es formar toreros sino también formar a la persona en muchos valores que ahora mismo escasean en la sociedad. Ahí van otros ejemplos: la antigüedad es un grado y hay que respetarlo. Tuve la oportunidad de entrevistar a Daniel Menés y comentó que la primera vez que un matador de toros le ofreció entrenar un rato con él, Daniel se negó. Le imponía entrenar con alguien más veterano. Un matador de toros que ya había recibido el doctorado mientras que él era un incipiente novillero con una larguísima carrera por delante.

Pongo otro ejemplo que he visto en ocasiones en reportajes e informativos deportivos o situaciones que he vivido en primera persona: el trato de un chico que quiere ser torero hacia un matador de toros, es radicalmente diferente al que está en la cantera de un equipo y se dirige a su futbolista preferido. Jugué al balonmano en el equipo del colegio durante toda la época de Primaria y al entrenador le tuteábamos. No me enseñaron a tratarle de usted. Él era el que enseñaba y yo el que quería aprender pero nunca hubo un margen de maestro y aprendiz. Él era el entrenador, nada más. Con un trato de amigos pero no más allá de un respeto hacia alguien que te trasmite sus conocimientos. En las escuelas taurinas se inculca a los alumnos desde pequeñitos a dirigirse con educación no sólo a los profesores y a los toreros veteranos sino a cualquier persona de más edad enseñándoles a comportarse, a hablar en público, a cómo actuar ante cualquier medio de comunicación...
Otro detalle muy interesante para que se conozca un poco más cómo es la formación de los alumnos, que ocurre en los días de labores camperas, es el día en el que llevan las escuelas taurinas a los chiquillos para que tengan contacto con el animal. En un libro (Antesala de la gloria, historia de la Escuela taurina de Madrid de José Luis Ramón) he llegado a leer que cuando llegaban en coche a la finca, los chiquillos no se bajaban del mismo hasta que el ganadero daba permiso. Es su casa y ahí manda él.
En los festejos, ya sean a pie o de rejones, siempre torea en primer lugar el diestro que lleve más tiempo en ese escalafón. Incluso en la tranquilidad de campo cuando hay que torear becerras para que las pueda examinar el ganadero ocurre lo mismo: siempre empieza el diestro más veterano y se va alternando con los más jóvenes.


Nos llaman violentos. ¿Hay violencia en una corrida? No. Es un espectáculo duro, pero no cruel. Uno de los lemas más conocidos por todos es aquel que dice: "la tortura no es cultura". Y yo pienso, ¿tortura? (En primer lugar y según la RAE esta es la primera acepción de dicha palabra: grave dolor físico psicológico infligido a alguien, con métodos y utensilios diversos, con el fin de obtener de él una confesión, o como medio de castigo). ¿Es el toro alguien? No. La tortura se aplica a los seres humanos. El toro es un animal y por ello no se puede aplicar este término. En los toros hay educación. Ni ha habido ni habrá ninguna suspensión por conducta indigna de aquel que pise el tendido de una plaza de toros. ¿El fútbol es violento? No. ¿Genera violencia? Sí. Basta con dar un paseo por los aledaños del estadio en un Clásico o en cualquier ciudad de nuestra Piel de Toro los días de partido y veremos que la presencia policial es abundante. Si además es un derbi en el que se enfrentan los equipos locales donde reina una máxima rivalidad, la policía está en alerta total. Debido a estas situaciones, es muy frecuente que haya encuentros que reciban la etiqueta de partidos de alto riesgo. ¿Cuántas veces hemos oído una corrida de alto riesgo? Un caso muy reciente ocurrió en Argentina donde tuvieron que suspender un partido y modificar fecha y lugar. Ese partido se celebró en Madrid, a una distancia que según Google es de... 10.039 kilómetros. Sí, diez mil y pico kilometros, al otro lado del oceáno. ¿Es esto normal? Podría poner miles de ejemplos pero no es cuestión de extenderse. Cualquier día en los informativos deportivos es normal ver noticias de diferentes actos violentos y que en aumento ocurre en el deporte base, en el que los padres cometen auténticas barbaridades delante de críos. Si alguien se acerca a una plaza un día con cartel de relumbrón con el papel acabado, notará que la fuerzas del orden están de manera testimonial y por obligación al ser un evento público.
Los más jóvenes conocerán videojuegos que han sido absolutos éxitos de ventas en todo el mundo y llevan muchos años en el mercado: Call of Duty, Medal of Honor o el Grand thef Auto. El fin de estos juegos es matar. De temática bélica o ambientada en los bajos fondos de algunas ciudades americanas en el caso de éste último en el que jugador deberá delinquir de cualquier manera para ir avanzando en el juego. Es más, se ve normal y se acepta. Nadie ha puesto el grito en el cielo excepto alguna madre responsable que no querrá que sus hijos se nutran de violencia. Salió recientemente un videojuego de temática taurina y la polémica estaba servida. Antitaurinos y animalistas consideraban una auténtica atrocidad que los niños pudiesen torear virtualmente a un toro. Las redes sociales echaron humo.
Cada vez que llegan noticias en la que se informa de masacres en una universidad ya sea en Estados Unidos u otro país, se acaba comprobando tras investigaciones policiales y forenses que el alumno que atentó contra sus compañeros estaba influenciado por esos videojuegos.
En estos países aquellos alumnos no tienen la más mínima noción sobre el toreo. En cambio, desde que un chaval entra en una escuela taurina hasta el fin de su carrera, convive rodeado de espadas, descabellos, banderillas, puyas.. es decir, tiene al alcance de la mano herramientas que hieren y matan. Aún no se conocen casos (o yo por lo menos) de toreros trastornados que hayan causado alguna desgracia en un lugar público con los útiles de torear.

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Hablemos del maltrato animal. ¿Es maltrato animal meter a un toro en un ruedo y darle muerte bajo unos preceptos y siguiendo unas normas? Es triste ver como las nuevas formas de comunicación han hecho estragos en la difusión de la tauromaquia. Es una información sesgada y que no tiene nada que ver con la realidad. Los que atacan sin piedad a la tauromaquia son aquellos que sólo saben lo que es un semáforo, el Metro o el asfalto. No tienen ni idea de lo que es una bellota o cuál es la diferencia entre un árbol de hoja caduca y otro de hoja perenne. O cuáles hay entre el barbecho y la rotación de cultivos. A muchos de esos que opinan estas cosas, deberían de visitar una explotación ganadera y comprobar in situ la atención que reciben estos animales. En el ruedo se produce un combate y el toro lucha por su vida durante diez minutos largos tras haber vivido en libertad durante cinco años. Y esos cinco años son los que se han ocultado a la sociedad. Y recordemos que el indulto es un premio extraordinario al animal extraordinario. Un premio que sólo recibe el toro de lidia.
Todos esos que viven dentro de la M-30 son animalistas en contra del toreo pero en cambio llevan perritos en un carrito como si de un hijo se tratase, les dan alimentos veganos o o los someten a todo tipo de comportamientos que atentan contra su naturaleza desde que es un cachorro hasta que muere de viejo. ¿Eso no es maltrato? Uno de los pobres argumentos repetidos cientos de veces es que el toro no decidió estar allí. Cada vez es más frecuente que aquellas personas que comulgan con la ideología animalista no sólo tratan de imponer su pensamiento a los demás sino lo aplican también a sus mascotas. Yo les pregunto: ¿ha decidido un perro ir metido en una mochila?¿Ha pedido ser sometido a tratamientos de belleza para concursos caninos? ¿Ha pedido un animal que sea alimentado con piensos que no están preparados para ser digeridos por su organismo? ¿Ha elegido un mastín del Pirineo vivir en Madrid a 40 grados en verano en una casa minúscula?

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Dicen que no somos ecologistas. ¡Qué casualidad que donde hay explotaciones ganaderas ya sean de ganado bravo, de ovino o cualquier otro animal es donde el monte está más atendido y vigilado! Las cacerías que se realizan en Andalucía, La Mancha u otras regiones ayudan a controlar las especies, protegen el entorno, benefician económicamente a las comarcas en donde se organizan y mucho más. Fíjese apreciado lector que cada vez que hay un incendio forestal, una de las habituales quejas de los bomberos es que el bosque está lleno de maleza que hace sino agravar esa catástrofe. El bosque es un vertedero de desechos naturales, por lo tanto hay que limpiarlo y vigilarlo constantemente. Los lugares donde se se producen esos incendios son aquellos que no reciben protección y control. El campo se cuida trabajando en él y no desde la pantalla de un ordenador o desde un escaño del Congreso. Mientras el Pacma dice proteger al reino animal poniendo "tuits" en las redes sociales y regándose con pintura roja en manifestaciones, los ganaderos de toda España trabajan a destajo en el crudo invierno o el tórrido verano de la meseta para sacar adelante a su ganado. Veinticuatro horas al día, trescientos sesenta y cinco días al año. Así que es absolutamente indiscutible que no hay nadie más ecologista que el que vive por, para y en el campo.

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En resumen, como dijo San Juan Pablo II: "Las ideas no se imponen, se proponen". No trato de convencer a nadie, comparar distintas situaciones o dar argumentos. Lo que intento querido lector, es repasar diferentes reflexiones que me he cuestionado para que opines sobre ellas. Espero que saques tus propias ideas y conclusiones.


Un saludo.


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