lunes, 29 de agosto de 2022

Santana Claros, Pablo Aguado, Callejón y el gusto de Alejandro Mora.

El domingo 21 volví una tarde más a pasarme por Alcalá 237. Un encierro de la ganadería sevillana de Villamarta (que sustituyó a uno de El Risco) para Antonio Santana Claros (blanco y oro con remates negros), José Rojo (obispo y oro) y el colombiano Leandro Gutiérrez (marfil y azabache) que se presentaba ante la cátedra madrileña. La novillada en general estuvo muy bien presentada y fue complicada. 

A pesar de que hizo viento y puso las cosas difíciles a nuestros protagonistas, el sol apretó y por ello, en una grada de sombra presencié el devenir de la tarde. Lo más destacado lo hizo el torero malagueño. Busca torear limpio y hacer las cosas bien. Tiene aires agitanados. Me gustaron sus formas. Tiene un concepto que puede calar en la exigente afición venteña. Su primer novillo pecó de poca presentación. Vareado de carnes y pequeño. En este primer toro fue cuando más arreció el viento. Marró con la espada una faena intrascendente. El fuerte aire sumado a un novillo mansurrón, quedó en silencio este primer capítulo. Todo lo contrario en el cuarto. U novillo serio, con cuajo y con trapío para la plaza madrileña. Se lució el andaluz con unas vistosas verónicas y estuvo variado en las diferentes remates y lances. La faena prometía. Cargando la suerte y con torería empezó la obra con unos ayudados por alto. Cuando la faena empezaba a coger son, el toro se paró y todo quedó en agua de borrajas. Aún así pudo Antonio dejar retazos de su personal forma de interpretar el toreo. Volvió a fallar con la espada y de nuevo un silencio se escuchó en la plaza tras la muerte del novillo. Las fotos de Ana Escribano atestiguan del toreo caro del novillero malagueño. 

Inicialmente estaba anunciado el sevillano Jaime González Écija, pero al igual que días antes en Perales de Tajuña volvió a ser sustituido por José Rojo. Si apenas me convenció este extremeño en aquel pueblo, volvió a estar vulgar y simplón. Quiso hacer un toreo moderno y estuvo acelerado toda la tarde. Mató de una buena estocada a su primero y en el quinto, ante una irrisoria petición de oreja, se dio por su cuenta una vuelta al ruedo. 

Poca fortuna tuvo Leandro en su primer paseíllo en el ruedo capitalino.  Aguantó estoicamente los mil y un problemas que presentó el tercer novillo al que despachó de una estocada caída y levemente delantera y vio como el sexto toro fue devuelto a los corrales. Salió un sobrero de Chamaco que le volteó fuertemente en los primeros compases de la lidia y el caleño acabó en manos del buen equipo médico que dirige García Padrós. Fue trasladado al hospital y ni veinte horas pasó en él. Le dieron el alta y pudo cumplir sus inminentes compromisos: Collado Mediano y Cerceda. A este animal lo lidió, sin mucha historia, Santana Claros. 

Entre las cuadrillas se desmonteró Víctor del Pozo tras un airoso par de banderillas en el cuarto.









El lunes 22 me fui a una ciudad en la que he estado varias veces pero nunca en su plaza: Cuenca. El cartel era sensacional: los cárdenos toros de Rehuelga esperaban en corrales para ser lidiados por Morante de la Puebla (rosa y azabache), Emilio de Justo (azul rey y oro) y Pablo Aguado (catafalco y plata). 

Lo mejor de la tarde fueron tres cosas: la gran presentación del encierro que trajo Rafael Buendía, la vuelta a los ruedos de Emilio de Justo y el deslumbrante toreo al natural de Pablo Aguado al sexto de la tarde.

Abrió cartel el genio de La Puebla del Río. José Antonio se estrelló en su primer toro. Un animal desrazado con el apenas pudo hacer algo. Algún que otro pito sonó ya que Morante anduvo un poco apático. Mejoró la cosa en el cuarto, pues cortó una oreja. Ante otro animal soso y bobalicón, hizo el sevillano una faena suave y medida que tuvo premio. Tiró de su habitual repertorio y encandiló a la afición conquense. 

Si antes he mencionado que Emilio volvía a los ruedos, es porque lleva sin torear desde el 10 de abril. Aquel Domingo de Ramos, en su primer toro sufrió una espantosa voltereta que le causó una lesión de vértebras. Tras unos meses convaleciente sin moverse debido a la gravísima lesión y una posterior rehabilitación, volvía el de Torrejoncillo a lucir el chispeante. Su vuelta no fue en esta plaza. Realmente lo hizo el día antes en Almería. Tras abrir la puerta grande, cruzó toda la meseta sur hasta llegar a esta capital manchega. Y de nuevo, lo hizo con triunfo. Cortó dos orejas al segundo y abrió la puerta grande. Lo más rotundo de su faena fue el toreo al natural. Templó las embestidas de aquel cárdeno animal y puso a la plaza en pie. El quinto se aplomó así que Emilio abrevió.

Otro sevillano cerró cartel. Pablo bordó el toreo con el sexto, de nombre Callejón. Fijeza, clase, codicia... fue un gran toro, pero, a mi juicio, ni de lejos era de indulto. Las tandas con la mano diestra fueron muy buenas pero con la izquierda fueron mejores. Dicen que el toreo que hace ganar dinero es el que se hace con la mano izquierda. Ver torear bien al natural es de las cosas más bellas que existen. Pablo entendió perfectamente a este animal y lo bordó. Los naturales de Emilio fueron la pera, pero los de Pablo es que fueron alucinantes. Con suavidad, con majeza, con torería... los ramilletes de naturales de Pablo jamás se me olvidarán. La gente pidió el indulto pero el presidente, con criterio no accedió. Pablo escuchó dos avisos porque el tiempo pasaba y cuando vio que no se iba a cumplir la petición de indulto y tras escuchar dos avisos, mató de una estocada tras pinchazo. 

Fue silenciado en su primero. En cambio, en este no terminó de verlo claro y creo que hizo todo lo que toro no pedía. Quitando la gran faena del sexto, lo mejor de Pablo llegó en dos verónicas y una media durante el tercio de varas del segundo y los dos poderosos inicios por bajo que recetó a los toros de su lote.




El segundo y el sexto fueron premiados con la vuelta al ruedo en el arrastre. Entre las cuadrillas destacó Iván García con capote en el tercero y con banderillas en el sexto. En general se picó en exceso. Sobre todo al sexto. En vez de medir y calibrar, se picó muy duro.


El domingo 28, se recordó al gran torero cordobés, Manuel Rodríguez "Manolete" en el 75 aniversario de su muerte. Ese domingo en Las Ventas hubo póker de presentaciones: La divisa salmantina de Campo Cerrado tomaba antigüedad y debutaban en Madrid los siguientes novilleros: Rafael Reyes (blanco y plata), Alejandro Mora (rioja y oro) y Jesús García (negro y oro). 

Mala y descastada novillada que lidió en Madrid este hierro charro. Correctos de presentación pero sin fuerzas. Dos silencios escuchó Rafael Reyes ante un lote que no dio posibilidad alguna. Lo intentó en su primero y ante el cuarto, un toro que fue a menos, la faena quedó en nada. Alejandro Mora, dio una vuelta al ruedo en el quinto. Hubo escasa petición y el extremeño, dio una vuelta al anillo sin que nadie la pidiera. El toro titular fue devuelto y salió un sobrero de Chamaco. Quizá estuvo Alejandro un poco acelerado y durante la faena hubo unos cuantos enganchones. Surgieron varios destellos como unos naturales preciosos y varios torerísimos remates como los pases de la firma y los kikirikíes. Cerró terna el madrileño. Jesús también fue silenciado. Hay que destacar su toreo a la verónica: cargando la suerte, echando los vuelos del capote... se gustó Jesús en varios lances del toreo fundamental de capa. En general los tres muchachos estuvieron desacertados con la espada.



Entre las cuadrillas hay que comentar que en general los puyazos fueron desastrosos y dos banderilleros fueron aplaudidos tras dos pares pero sin ser excepcionales.  

Durísimo domingo. En la segoviana Cuéllar Manuel Diosleguarde cayó herido de mucha gravedad. En Saint Perdon (Francia) Rubén Fernández sufrió la fractura de tres costillas. Ya queda dicho más arriba que Leandro Gutiérrez cayó herido en Madrid el pasado día 21 y recibió el alta horas después. Actuó en dos pueblos madrileños, el viernes 26 en Cerceda y este domingo en Collado Mediano pero volvió a caer herido: recibió una fuerte cornada en el Triángulo de Scarpa. El murciano Jorge Martínez también sufrió una cornada pero de menos gravedad en Collado Villalba. ¡Ánimo Toreros!


Estos son los festejos que cierran la temporada en Madrid. Todos a las seis en punto de la tarde.

Domingo 4 de septiembre. Novillos de Los Bayones, Alejandro Vázquez, Montealto, Toros de Brazuelas, Pablo Mayoral y Hermanos Quintas para Rubén Fernández (presentación), Fernando Plaza y Alejandro Adame. 

Domingo 11. Toros de Palha y Saltillo para Octavio Chacón, Pepe Moral y José Carlos Venegas. 

Domingo 18. Toros de José Escolar y Hoyo de la Gitana para Fernando Robleño, Miguel Tendero y Luis Gerpe, que confirmará alternativa.

Domingo 25. Toros de Juan Luis Fraile, Fermín Bohórquez, Pallarés, José Escolar, La Palmosilla y Sobral para Javier Castaño, Rubén Pinar y Gómez del Pilar. 

Sábado 1 de octubre. Novillos de Fuente Ymbro para Víctor Hernández y Álvaro Alarcón.

Domingo 2. Toros de Adolfo Martín para Adrián de Torres (confirmación de alternativa), Román y Ángel Sánchez.

Jueves 6. Novillos de Valdellán para Yon Lamothe (presentación en Madrid), Diego García y Jorge Martínez.

Viernes 7. Toros de El Pilar para Diego Urdiales, Juan Ortega y Pablo Aguado.

Sábado 8. Toros de El Puerto de San Lorenzo para Uceda Leal, Morante de la Puebla y Ángel Téllez.

Domingo 9. Toros de Fuente Ymbro para Miguel Ángel Perera, Juan Leal y Álvaro Lorenzo. 

Martes 11. Novillada sin caballos. Final del certamen de escuelas taurinas.

Miércoles 12. Toros de Victoriano del Río para Alejandro Talavante, Roca Rey y Francisco de Manuel.



(Fotos: Las Ventas y Ana Escribano).


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