lunes, 10 de junio de 2019

Ginés Marín, una estocada de Diego Urdiales y la grandeza de Román.

Esto no acaba, se hace demasiado largo. Tras dos semanas de toros, es mirar al calendario y ver que hasta el 16 de junio, tenemos los aficionados una cita cada tarde en el duro granito de Las Ventas. Acabada la intensa semana cárdena, el domingo de rejones nos dimos un merecido descanso. Os comento que hubo puerta grande de Leonardo Hernández tras cortar una oreja a cada uno de sus toros. La décima en su carrera. Como vengo haciendo estos días, os enlazo al resumen del festejo por si es de vuestro interés.
Arrancamos la tercera semana de Feria el lunes 3 con una novillada de la ganadería de Fuente Ymbro. Cartel internacional de jóvenes promesas: el portugués de Monforte, João Silva "Juanito" (purísima y oro); el mejicano de Querétaro Diego San Román (lila y oro) y el torero patrio nacido en Salamanca, Antonio Grande (blanco y oro). La novillada de presentación estuvo correcta, sobre todo destacó el último y de juego el que más opciones dio fue el segundo novillo de nombre Hostelero. También habría que mencionar al cuarto pero durante la faena de muleta se rajó y manseó. 16.500 espectadores pasaron por taquilla.
Tarde insípida en la que destacó el valor del mejicano. Se mantuvo firme y muy dispuesto. Su primero utrero, que era manso y con peligro, en vez de lidiar con él y meterse se puso a torear bonito cuando el animal requería gobierno en vez de belleza. Recibió un palizón de espanto durante la faena de muleta, pero gracias a la providencia, nada grave ocurrió. Después de haber leído opiniones interesantes sobre Antonio, tenía ganas de ver a este salmantino. Nada que contar. No fue su día y con el acero estuvo desacertado. Juanito, lidió en en primer lugar un novillo que acusó genio en el caballo y la muleta mostró alguna opción. El viento le molestó en el cuarto y tras una estocada honda, saludó una ovación.

                    

                     
             
                    

El martes 4 llegó desde Albacete un encierro de Las Ramblas para Morenito de Aranda (negro y plata), Juan del Álamo (blanco y plata) y Tomás Campos (marino y oro). Con 12.000 espectadores, posiblemente ésta ha sido la entrada más pobre en lo que llevamos de feria. El viento molestó todo el festejo complicando las cosas a los toreros.
Tarde aburrida en la que los mansodontes de Daniel Martínez decepcionaron por su juego. Lo que tuvo de cara, faltó en casta. El único toro con opciones le correspondió a Juan en segundo lugar. Le vi un poco acelerado. Entrada la faena ligó varias tandas por el lado derecho. Le vi un poco desordenado en el planteamiento de faena que le hizo a esta res. Este animal tenía movilidad pero salía suelto de cada muletazo. Un toro simplón que iba y venía. Leves palmas tras matar al toro.
El burgalés de Aranda de Duero es un torero de corte clásico y suele firmar destellos de buen toreo, pero en esta ocasión no vi absolutamente nada a Morenito, y Tomás, que en junio destacó en su presentación, quiso pero poco pudo. Dos sustos se llevó que dejó helada a la plaza pero se libró gracias a las mansedumbre de su oponente. Algunos naturales sueltos y poco más.
Me gustaron con las banderillas Manuel Rodríguez "Mambrú" en el segundo de la tarde y "El Víctor" en el tercero.


                     

                     


Otra jornada interesante con 21.790 espectadores en los tendidos. Avanza la feria y estamos teniendo días con buenas entradas. Este miércoles día 5 llegaron desde Alaraz los toros salmantinos de Garcigrande y Domingo Hernández. En el cartel estaban anunciados Sebastián Castella (tabaco y oro), Álvaro Lorenzo (tabaco y oro) y Ginés Marín (sangre de toro y plata). El toro más notable fue el tercero, de nombre Poeta. Tuvo nobleza y movilidad.
Abrió la tarde un zambombo de Buenavista para Castella que remendaba a unos los toros titulares. Fue éste un animal parado y el francés poco pudo hacer. En el cuarto se lució con las banderillas José Chacón. Animal descastado y el galo no perdió el tiempo, tras probarlo una serie se marchó por el acero y fue silenciado.
Ya hablé el viernes sobre Lorenzo. Le quedaban dos cartuchos y no convenció. Silenciado en su lote. Con el capote pegó un buen ramillete de verónicas. En las banderillas se lucieron Alberto Zayas y Rafael González. Ligó varios derechazos en unas series aseadas. La faena iba de más a menos. Perdió la muleta tras dos enganchones. Ni fu ni fa en el quinto. Feria para olvidar del diestro toledano.
El jerezano Ginés Marín Sigue redondeando la buena feria que está echando. Se las vio con el ya mencionado Poeta que vino un poco justo de presentación. En el caballo empujó al peto. El toro iba franco y con recorrido. Ginés se adornó en el comienzo de la faena con unos detalles muy toreros. Más tarde recetó al animal varias series de derechazos con la franela planchadita y encandenando unos cadenciosos muletazos. Con la izquierda bajó un poco la faena. A medida que avanzaba ésta, decaía la intensidad del trasteo. Aún así se animó a dar un cierre por bajo muy rotundo y tras un gran espadazo, tocó pelo.

                         

 En el sexto toreó con pureza y ligazón al natural. Un torero que sabe estar bien colocado y corre la mano mandando en la embestida del toro. Al rematar cada serie se alejaba del toro y lo citaba en largo. Cerró con unas bernadinas. Tras un pinchazo y una estocada levemente caída, el presidente D. José Magán no concedió la oreja que sumada a la de su primero, le habría abierto de par en par la puerta grande al diestro andaluz. Tras una merecida vuelta al ruedo, dio otra por su cuenta que no venía a cuento. Bien el presidente. Rajó de él en los micrófonos, pero señores, esto es Madrid y aunque haya mayoría de petición, el presidente puede negarse siempre velando por la seriedad de la plaza. Con esas dos orejas habría sido un triunfo muy barato. Los que le vimos con Barberillo de Alcurrucén hace dos años, sabemos de sobra la capacidad de este chaval. Como toree el viernes 7 como lo hizo aquel día, será día grande.

                         


El jueves 6 tocaba nuevo encierro salmantino, en este caso los toros de El Puerto de San Lorenzo pertenecientes a la familia Fraile. Anodina tarde en la que esperábamos que Antonio Ferrera (marino y oro) entrara en éxtasis como lo hizo el sábado pero no surgió la improvisación debido al paupérrimo juego de los toros y al vendaval que sopló esa tarde. Cerraron la terna Miguel Ángel Perera (blanco y plata) que volvía a Madrid tras su puerta grande el día del santo y Alberto López Simón (gris perla y oro). 22.310 personas.
Bueyada lisarnasia en la que el tercero de la corrida fue aplaudido en el arrastre. Tarde en la que destacaron Fernando Sánchez en el primero y Curro Javier en el segundo con las banderillas. Antonio Ferrera movió el capote con imaginación ante el cuarto en una especie de tijerillas, quite inventado recientemente por Juan Bautista en el campo y llamado arlesina en honor a la ciudad natal de éste último. En el tercio de varas toreó por caleserinas para sacar al toro del caballo.

                          

 Perera fue silenciado en su lote y López Simón recibió un porrazo toreando por bernadinas (abajo en las fotos: se coge la muleta con la mano derecha sujetando el palillo y la espada y con la izquierda se agarra el extremo de la misma pasando el toro por debajo), suerte de muleta que cada vez está más de moda pues varios toreros lo han hecho en lo que llevamos de feria y que no siempre debería usarse atendiendo a las condiciones del animal. La nota curiosa la puso el diestro de Barajas cuando entró a matar al tercero. Al llegar a la jurisdicción del animal tiraba la muleta y se frenaba, lo hizo varias veces y pinchó otras cuantas. Como si tuviese miedo o no se mostrara seguro. Jamás he visto a un torero realizar al suerte suprema de la manera en la que lo hizo ayer Alberto. Le quedan al madrileño dos toros más el domingo 16.

                            

                            

El viernes 7 volvían a torear Antonio Ferrera (purísima y oro) y Ginés Marín (verde y oro). Diego Urdiales (gris y oro) cerraba la terna. Un cartel ilusionante, pues los tres toreros saben de sobra lo que es escuchar los olés de Madrid. Por segunda vez, volvían los toros de la ganadería de Alcurrucén. Mala corrida de la familia Lozano. Esperábamos mucho más. 22.400 espectadores.

Lo mejor del festejo aconteció en el primer toro. Sacó genio en el caballo. Zambombo tenía clase y repetía en la muleta. Fue un toro exigente. Una faena realizada en los terrenos de toriles. Le dio el extremeño varias series por ambos pitones. No me convenció Ferrera. Y ante el manso cuarto, nada pudo hacer el extremeño.
El riojano Urdiales volvía después de torear en esta plaza el pasado día 15. Mató de una estocada delantera al mansurrón segundo y fue silenciado. Ya en el quinto y muy avanzada la faena, a base de sobarlo, consiguió Diego recetarle varios muletazos con ese sello que él tiene. El toro, mansito y parado exigía buscar la colocación y empezar de nuevo tras cada muletazo, obligando al matador a hacer el llamado unipase. Finalizó su trasteo con un soberbio espadazo.  Posiblemente de las mejores de la feria junto a las de Roca Rey o Román por ejemplo.
Ginés cerró su paso por Madrid con un lote sin opciones. El primero estaba mal presentado y tras dar muestras de invalidez, se pidió la devolución del toro, cosa que el presidente no concedió. El sexto se salía de cada muletazo buscando las querencias y huyendo. Silencio al matador.

Se desmonteró Fernando Sánchez tras banderillear al primero de la corrida. Gran feria de este torerazo. Tarde que torea, tarde que lo borda.

                             

                

Aunque no soy aficionado a los caballos, el sábado 8 me acerqué a ver la última corrida de rejones. Toreaban el navarro Pablo Hermoso de Mendoza y la francesa Lea Vicens. Y como de equinos entiendo lo mismo que de jardinería pues poco puedo contaros. Es un lujo ver como se manejan delante de los toros. Triunfal tarde en la que Pablo y Lea salieron a hombros. Pablo lo hacía por octava vez en su carrera y Lea se convertía en la primera rejoneadora en salir a hombros de Las Ventas. 

                       



Cerramos la semana con una corrida de Baltasar Ibán. De caras muy serias y ofensiva de pitones pero vacía de casta y raza. Decepcionó esta ganadería siempre esperada en Madrid. Curro Díaz (azul y oro), Pepe Moral (canela y oro) y tras caer lesionado días antes en Cáceres, Emilio de Justo fue sustituido por Román (azul y oro).
Gran feria de Román. No se puede venir con más ilusión y más ganas que las que ha puesto el valenciano en sus tres tardes en esta Isidrada. No se dejó nada en el tintero. Cerró su última actuación venteña con una faena a un toro muy difícil que vendió cara su vida. Soltaba gañafones y tarascadas, complicando la vida a Román. A base de valor y raza le consiguió ligar varios muletazos. Hirió de gravedad al levantino al entrar a matar viviéndose unos momentos angustiosos. La plaza premió al torero con una oreja. Este es el parte médico:

"Herida por asta de toro en tercio medio de la cara interna muslo derecho con una trayectoria de 30 centímetros hacia fuera y abajo que produce destrozos en vasto interno, musculatura aductora, contusión con vaso espasmo de arteria femoral, rodea fémur por su cara posterior produciendo contusión en nervio ciático, presentando orificio de salida por cara externa tercio inferior de muslo.

Es intervenido bajo anestesia general en la enfermería de la plaza de toros. Se traslada al hospital San Francisco de Asís para valoración por Cirugía Cardiovascular. Pronóstico muy grave que le impide continuar la lidia".


Curro cortó otra oreja al cuarto en un trasteo que emocionó al público madrileño. Ese toreo desmayado y relejado tuvo premio. Y Pepe Moral estuvo mal.

Ante semejante encierro, las cuadrillas poco pudieron hacer. Debido a las dificultades de los animales, amén de unas lidias poco efectivas, los de plata pasaron momentos muy apurados.

19.000 espectadores.



                       


                       



                      (Fotos: Las Ventas)



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