Dejé mi historia contando como fue el toreo durante el gobierno de Francisco. Tras 36 años que han marcado la historia de España en todos los aspectos, comienza un nueva era: con la Transición y tras la muerte de Franco los cambios
sociales, políticos, culturales etc se suceden en España. Llegan los 80 y una
corriente juvenil alcanza una fama insuperable en la capital:es la Movida
madrileña. Gabinete Caligari, Loquillo… Esta gente es aficionada y presume de
ello dejándose ver en las plazas de toros. Antonio Chenel “Antoñete”, fue el
torero de esta generación. Tras mucho tiempo de mediocridad y de hastío,
Chenel, con ese halo castizo, bohemio y un toreo clásico y bello hizo que los
drogadictos, los músicos, los “colgaos” y muchos aficionados aburridos de
monotonía se fijaran en él. Dos héroes caen en la arena en esta década
golpeando en la sociedad del momento: el gran Paquirri en el 84 y el
jovencísimo Yiyo en el 85. En el lado amable, Madrid “canoniza” a un ganadero y
hace que forme parte de su historia y leyenda: Victorino Martín.
En Los 90, surgen varios toreros de
distinto corte y trayectoria, por citar a alguno, citaré a un gaditano que
causó furor: Jesulín. Con la llegada de nuevos canales en abierto como Antena 3
y Telecinco se empiezan a dar festejos a mansalva. Comenzó el espectáculo de un
torero que era valiente y poderoso pero acabó enredado en este mundo: líos
amorosos, se bajó los pantalones delante de toda España, toreaba única y
exclusivamente para mujeres, cantó ante cientos de personas… en lado opuesto de
la frivolidad, toreros como Enrique Ponce o José Miguel Arroyo “Joselito” (que
nada tiene que ver con el sevillano de principios de siglo), mandaban en el
escalafón y movían aficionados sin necesidad de escándalos amorosos o grotescas
extravagancias fuera de la plaza.
Llega el nuevo milenio y Enrique
Ponce, José Tomás y El Juli dominan el toreo. La crisis económica y la
corriente animalista hacen mella. Barcelona cierra sus puertas, si en los 80 el
PSOE y el Partido Comunista iban a los toros y celebraban festivales, ahora la
izquierda ataca sin piedad y el número de festejos se reduce. De las plazas
abarrotadas y vacas gordas de los 80 y 90 a la caída estos últimos años. Decía
Antonio Ordóñez que en su época a los españoles les aburrían los toros y las
plazas no se llenaban. Ahora las plazas no se llenan y los mismos nombres se
repiten en todas las ferias. ¿Será cuestión de cambios cíclicos? Ya veremos.
En escultura destacó Benlliure,
filósofos como Ortega y Gasset, Víctor Gómez Pin y Francis Wolff han disertado
sobre la tauromaquia, grandes diseñadores como Giorgio Armani han creado
vestidos de torear, Federico García Lorca cantó la muerte de Ignacio Sánchez
Mejías, en muchos museos hay alusiones al toreo y gracias a las nuevas
tendencias y modas destacando la gastronomía, grandes cocineros están poniendo
en valor esta carne para los paladares más exigentes... ¿Qué más puedo contar?
Mejor os sugiero que os acerquéis a una plaza, compréis una entrada y
descubráis todo esto.
Hemos hablado de música, de
arquitectura, literatura, medicina, de zoología… ¿Ven como el toreo es fuente
de aprendizaje? Parafraseando al gran Juncal, “El mundo entero está rendido a
este arte y todo gira alrededor de la tauromaquia: los músicos para componer
pasodobles, los poetas para cantar a los toreros, los médicos para curar a los
toreros, los arquitectos para construir plazas, los pintores para pintar
toreros y las mujeres para amar a los toreros”.
Así
pues, paciente lector, y no me extiendo más para no ser tachado de pesado, verá
que el toreo va a la par que la historia, aunque muchos lo desconozcan o lo
nieguen. Espero que haya disfrutado y si no, pues no pasa nada. Y si pasa ¿qué
importa? y si importa ¿qué pasa?
En loslos 90 la feria de San Isidro se llenaba todos los dias.
ResponderEliminarTodo el mundo queria ir a la plaza.
Yo oi un comentario de los empresarios de la plaza en el sentido de que era tal la demanda de entradas que se podrian llenar 20 plazas todos los dias